Por Marly Rivera
Por primera vez desde que salió de Cuba rumbo a Santo Domingo en 2004, Kendrys Morales no pasará sus mañanas bajo los rayos del sol de los cielos de Florida o Arizona, donde los 30 equipos de Grandes Ligas se estarán reportando la próxima semana para el inicio de los entrenamientos primaverales.
Y aunque quizás se quedó corto de las expectativas que se había trazado él mismo cuando agarró su primer bate a los ocho años de edad, Morales se siente satisfecho con poner punto final a lo que fue una extensa y gloriosa carrera entre la pelota cubana y estadounidense.
En entrevista con ESPN Digital, Morales reveló oficialmente su retiro luego de celebrar 13 campañas militando con los Los Angeles Angels, Seattle Mariners, Kansas City Royals, Minnesota Twins, Toronto Blue Jays, Oakland Athletics y New York Yankees, con las últimas dos novenas siendo con las que cerró la pasada temporada 2019.
Fue el capítulo final de una excepcional carrera que increíblemente lo vio compartir el mismo clubhouse con Vladimir Guerrero, padre, en Anaheim, y Vladimir Guerrero hijo, en Toronto.
“Tomar esta decisión fue bastante fuerte, ¿no? Pero todo en la vida se acaba,” indicó Morales en entrevista con ESPN Digital. “Pasé muchos años, desde Cuba, jugando béisbol y perdí mucho tiempo con mi familia. Esa fue una de las causas por la que tomé la decisión de retirarme, a ver si puedo recuperar el tiempo perdido. Además, el béisbol en Grandes Ligas ha cambiado y quizás no se valoran a peloteros veteranos como yo, así que es el mejor momento para esta decisión. Es muy duro, pero es la decisión correcta para mí y para mi familia”.
“Pasé muchos años, desde Cuba, jugando béisbol y perdí mucho tiempo con mi familia. Esa fue una de las causas por la que tomé la decisión de retirarme”Kendrys Morales
Las mañanas de Morales ahora estarán dedicadas a preparar a sus hijos para la escuela, incluido su único varón, Kendrys Rafael. Morales ya no le dedicará horas diarias a la jaula de bateo, sino esperará que llegue la tarde para entrenar a su niño de 10 años, quien quizás algún día pueda seguirle los pasos de su gran amigo, el inmortal Guerrero.
Morales se destacó en la Serie Nacional Cubana, donde debutó en 2001, antes de desertar la isla comunista en su octavo intento en junio de 2004. En diciembre de ese mismo año, el oriundo de Fomento llegó a un acuerdo de seis temporadas con los Angelinos.
A sus entonces 22 años, Morales debutó el 23 de mayo de 2006, y no decepcionó al conectar tres hits, incluido un jonrón, y registrando tres carreras remolcadas.
Compartió camerino con el futuro Salón de la Fama, Guerrero, y tal vez con uno de los mejores jugadores en la historia de la franquicia de los Angelinos, Garrett Anderson, a quien Morales idolatró y emuló parte de su juego a pesar de la barrera que existía entre los dos con el idioma.
“Anderson, yo lo admiraba tanto y era un gran ejemplo. Ese hombre, cuando venía con deseo de jugar pelota, el ‘play’ se le quedaba chiquito de verdad,” dijo Morales. “A él yo le cogí muchas cosas positivas. No importa si daba un fly al pitcher, si daba un fly adonde sea, él se desprendía a primera base a pesar de que era un hombre pesado y de estatura. Era uno de los más rápidos cuando llegaba en primera que nosotros teníamos”.
El toletero cubano finalmente se estableció en la gran carpa en la temporada 2009, registrando sus mejores marcas personales, con un promedio de bateo de .306, y 34 cuadrangulares y 108 RBI. Morales finalizó quinto en la votación para el galardón de Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
En total, Morales acumuló un promedio de por vida de .265, con 740 carreras impulsadas en 1,363 partidos de Grandes Ligas, donde conectó 213 cuadrangulares, actualmente el mayor número para cualquier pelotero que hubiese jugado en la Serie Nacional.
Y si bien esos 213 vuelacercas son la quinta mayor cantidad conectados por un pelotero nacido en Cuba, el ‘grand slam’ que conectó en el Angels Stadium la tarde del 29 de mayo de 2010 marcó el resto de su carrera.