Por su edad aún pudiera estar lanzando. También por su temple. Pero su vida sobre el box fue lamentablemente efímera, aunque meteórica. A los 32 años le queda el inacabable deseo de subirse en la lomita, pero lo sofoca ahora formando lanzadores.
De biotipo impresionante y de carácter regio solo por la seriedad de su rostro, Ifreidi Coss Gómez resultó uno de los mayores prospectos del béisbol nacional. Cuatro medallas de oro en eventos internacionales: una en la categoría juvenil (Panamericano), donde también obtuvo bronce en el Mundial de Canadá y tres en mayores (Copa Intercontinental, Mundial y Preolímpico). El pinero devenido espirituano dominaba el arte de lanzar con aplomo y control y una sabia combinación de rectas que rozaban las 90 millas, slider y, sobre todo, valentía.
Llegó desafiante. Cuando subió al box en Series Nacionales por primera vez (la número 41), con apenas 18 años, mostró que el talento no cree en edades, no solo por su impresionante balance de 10 triunfos y tres reveses, sino por sus 120.1 innings lanzados, 1.94 PCL, 87 ponches y 26 boletos. Pese a su novatada en la memorable final vs. Holguín, ganó dos partidos como abridor, uno cuando todo parecía perdido, y obligó a ir al sexto y séptimo partidos.
“Esa responsabilidad de abrir el primer juego en una final es un recuerdo muy lindo que quedará conmigo para toda la vida. Tenía la disposición al ciento por ciento y sí, pedía mucho la pelota, siempre quería lanzar, pudo ser esa una de las cosas que condujeron a mi lesión”.
En un staff donde estaban Maels Rodríguez y Yovani Aragón, ¿cómo pedir la pelota?
Fue inmenso y bonito estar entre esos dos grandes de Sancti Spíritus y el país, por eso me sumé a ellos, oí sus consejos, siempre estuve a su paso porque si ellos aportaban yo también quería sumar mi granito de arena por muy novato que fuera; creo que por eso me gané el puesto de abridor y así tuve la dicha de llegar joven al equipo Cuba.
¿Cómo ocurre el tránsito de Santa Fe para Cabaiguán?
Empecé en el fútbol por un tío, pero veía a los niños jugando pelota en la calle y me fui sumando hasta que entré a un área. Y, mira, en el 9-10 años hice preselección para ir a un evento internacional. Pero en 1994 nos mudamos para Cabaiguán, pues toda la familia de mi mamá es de ahí, y comencé en un área con Javier Araújo. Durante el primer año no pude entrar en la EIDE, pero lo hice al siguiente. Mis primeros entrenadores fueron Pedro Martín y Roberto “El Caña” Ramos y fue un período muy lindo porque ellos me condujeron hasta lo que fui y lo que soy.
Tus nueve campañas se dividen en dos etapas: una (de la 41 a la 45) espléndida y profusa y la otra discreta. Cuarenta de los 53 triunfos y solo 16 de tus 40 fracasos los alcanzaste en la primera fase. ¿Por qué este otro tránsito?
Me lesioné el brazo…, luego pasaron otras cosas. No tuve el apoyo suficiente para rehabilitarme bien, primero me atendió Uberto Beltrán y me fue bien, pero no se le dio el seguimiento requerido a dicha lesión, quizás por celos profesionales.
En un momento se habló de trabajar con el entrenador Cortina, pero se ponían reparos. Realmente directivos del Inder en ese momento nunca me dieron el frente, ni estuvieron de acuerdo con que volviera a lanzar, no era justo dejarme fuera de un entrenamiento del equipo de Sancti Spíritus después de haber tenido una Serie Provincial muy buena.
Muchos recordamos tu agresividad en el box, el lanzar pegado.
“Eso te da mucho respeto, tienes que hacerte sentir en el box, esos lanzamientos pegados son los que te van a defender esa otra zona del lado de allá; era mi estilo y me dio mucho resultado. Algunos bateadores se me enfrentaban y eso me gustaba, porque me daba más deseos de seguirlos retando; sin embargo, no me podía descuidar porque le tiraba por dentro a buenos bateadores, pues no podía regalarle la zona del centro tan fácil. Pero te puedo asegurar que nunca tuve ningún problema, pues fuera del calor de juego todo volvía a la normalidad.
¿Qué valor le das a la concentración?
“Es primordial, te desconcentras un poco y viene lo que nadie quiere: el batazo a la hora clave, o das una base cuando no tienes que darla, pero esa es una cualidad que llega con el tiempo.
No fuiste el mismo en tus últimas campañas.
Fue algo muy fuerte, la afición espirituana es muy ingrata, no agradece el esfuerzo que hacemos, es duro para un atleta que quiera regresar para realizar lo que le gusta y darle éxitos al equipo y a la provincia y lo reciban de esa manera; tengo anécdotas duras referidas a malas salidas después de la lesión y me gritaron muchísimo, son cosas que le duelen a uno porque al final los resultados uno se los dedica al pueblo.
Debutaste como subcampeón con el Sub-23. ¿Crees que podrás como técnico lo que te fue negado como lanzador?
El Sub-23 fue excelente, muy bonito por ser mi primera experiencia. Los muchachos demostraron ser muy aguerridos y tener mucha disposición; ellos se están desarrollando y creo que lo hicieron bien en la serie, pero necesitan tiempo, por eso te afirmo que el momento exacto de Sancti Spíritus para obtener el título está por llegar.
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170 53 40 7 800.1 108 20 21 245 3.27 554 301