Uno de los prospectos estrella del montículo cubano, el pinero Héctor Mendoza, confía en que esta temporada podrá demostrar su calidad con el primer equipo de los Gigantes de Yomiuri de la liga japonesa.
Mendoza firmó en enero pasado su tercer contrato consecutivo con la franquicia capitalina, quizás la de mayor historia en la pelota nipona, pero sus actuaciones en el Tokio Dome no han sido lo que esperaba. Actualmente juega y entrena con el segundo equipo.
“¿Estoy esperando una nueva oportunidad y estoy seguro de que puedo hacerlo bien?”, le dijo a Granma en una entrevista poco antes de su habitual sesión de entrenamiento en Yomiuriland, un ultramoderno complejo deportivo a las afueras de Tokio. “El equipo está en segundo lugar y creo que puedo aportarles mucho durante el resto de la temporada”.
¿Qué te ha pasado con el equipo grande?
Cuando subí no me fue bien. Perdí el dominio de la bola y no me estaba cayendo donde quería. Me batearon mucho la recta. El nivel del primer equipo es diferente. No saco los mismos out que en el segundo. Allá te hacen un estudio muy profundo y hay mucha tecnología puesta en función de los análisis de la forma de lanzar, cada gesto y movimiento.
¿Cómo van los entrenamientos?
Trabajamos en la mecánica y en el control. También estoy perfeccionando un nuevo lanzamiento, el Split-finger, que me ayudará a ponchar a más bateadores. Lo tiro, incluso lo he utilizado en algunos juegos, pero aún no lo domino.
La escuela cubana y la japonesa de pelota tienen diferencias en los métodos de entrenamiento. ¿Qué tipo de ajustes has tenido que hacer?
Me ponen menos lanzamientos que a los japoneses. Ellos logran el control a base de repeticiones. Aunque aquí me dijeron que comer con palitos los ayudaba. Igual yo ya aprendí a usarlos.
¿Qué diferencias hay entre las dos pelotas que conoces?
Ambos bateadores son muy buenos y con mucha calidad, pero creo que Japón está delante en el pitcheo. También influye un poco la calidad de los estadios en los que se cometen menos errores. Pero yo creo que la pelota cubana, con todos sus problemas, no tiene que envidiarle mucho a la japonesa. Tenemos tradición y calidad y creo que al final vamos a seguir siendo una potencia.
¿Qué lecciones sacas de estos últimos años?
He aprendido a ser un pitcher. Desde que llegué he cambiado y madurado. Tengo más confianza y más calidad en los lanzamientos. Me he esforzado mucho también en la parte de los entrenamientos. Mi objetivo es lograr resultados y mantenerme sin lesiones, para si Dios quiere poder integrar el equipo cubano al Clásico el próximo año. También quisiera jugar con la Isla.
¿Qué opinas de la forma de contratación?
La Federación Cubana de Béisbol es nuestro agente y han hecho una gran labor, pero creo que pueden exigir más y ser más profesionales. Si uno compara con otros muchachos, algunos tienen mejores condiciones. Eso también viene con el tiempo y la experiencia, y también a medida que haya más contratos.
¿Crees que hay más espacio en la liga para jugadores cubanos?
Sin menospreciar a nadie, aquí hay jugadores que tienen menos calidad que los cubanos. Lo que pasa es que a los extranjeros se les exige mucho. A José Adolis García lo bajaron al segundo equipo porque no logró conectar en sus primero juegos. El extranjero lo tiene que hacer casi perfecto para mantenerse. Pero los jugadores cubanos tienen muchas oportunidades, especialmente los jóvenes.
Eres uno de los mejores prospectos del pitcheo cubano y ya tienes experiencia en la liga nacional y en la nipona. ¿Te ha pasado por la mente jugar en la MLB?
Todo el mundo quisiera jugar en las Grandes Ligas. Espero que Cuba y la MLB pueden llegar a un acuerdo que permita contratos legales; que los jugadores cubanos puedan ir a demostrar su calidad y regresar a su país.