Por René Javier Domínguez Morales
Es actualmente el prospecto número uno de las paradas cortas en Cuba. Le vi por primera vez en la final del campeonato nacional juvenil de 2014, defendiendo los colores de La Habana y me pareció un jugador interesante. Responde al nombre de Yolbert Sánchez Zayas y apenas tiene 19 años.
Él, junto a otras prominentes figuras de su generación como Jorge Luis Oña, Yusnier Efraín Díaz, Hasuán Viera, Alfredo Rodríguez, Andrés Hernández, Joan Oviedo y Raidel Orta, fueron las claves para que la capital escalara a lo más alto del podio en ese torneo.
Inexplicablemente, la Comisión Provincial de Béisbol en La Habana prefirió cederlo la pasada campaña a Isla de la Juventud para que se desarrolle, en vez de darle la oportunidad de demostrar su valía con Industriales.
Defensivamente tiene buena movilidad hacia ambos lados del campo, un certero brazo y un sentido de la colocación poco común para un beisbolista novel. En 59 partidos con la casaca de los Piratas fildeó para .951 (283 lances), realizó 188 asistencias, participó en 49 double-plays y cometió 14 marfiladas, mientras que con el madero tuvo línea ofensiva de .280/.323/.360.
Al decir de Roger Machado, timonel del equipo nacional, será en poco tiempo el campocorto titular de la selección cubana. “Me impresionó su manera de jugar, hace las cosas con deseos y tiene madera para imponerse. Aquí ha impresionado también con lo que puede hacer con su bate”, apuntó.
Pese a ser uno de los hombres que más lució en los entrenamientos no fue elegido a un evento, cuyo principal objetivo era desarrollar habilidades competitivas en los atletas con mayores perspectivas del país.
-¿Cómo te has enfocado en estos entrenamientos?
-He tratado de salir a realizar el trabajo. Para mí es una gran experiencia participar en esta preselección. Aquí he aprendido mucho con la ayuda de los entrenadores y he podido mostrar mis cualidades en el terreno. Estoy muy agradecido por esta oportunidad.
-¿Cuáles son las principales diferencias entre el béisbol de mayores y el juvenil?
-En la categoría juvenil el rigor es menor. El calendario es mucho más suave y el pitcheo es algo predecible. Una vez en la Serie Nacional, las cosas se complican un poco. Los traslados continuos, mayor velocidad y repertorio de los lanzadores. Además de una mayor concentración de la calidad. El proceso de transición es complejo.
-¿Tienes pensado regresar a La Habana o permanecer con Isla de la Juventud?
-Me gustaría continuar con el equipo que me dio la oportunidad de debutar en la Nacional. Me siento bien con ellos y es un buen territorio para desarrollarme. Todavía no conozco lo que opinan los directivos del béisbol en La Habana, pero quisiera jugar otra vez por La Isla.
-¿Qué te motiva más: actuar a la defensa o aportar con el madero?
-Las dos funciones son importantísimas. Desde mi posición disfruto evitar las carreras de los contrarios. Le pongo mucho énfasis al trabajo defensivo, pero no dejo de preocuparme por mi bateo. Soy un pelotero que busca el contacto siempre y tengo poder ocasional. Lo demostré en esta preparación.
-Algunos ídolos en el béisbol…
-Soy admirador del holguinero Yordan Manduley. Es un buen compañero y me ha ayudado mucho. Quisiera seguir sus pasos como jugador. No tengo mucha información de otras ligas en el mundo y por eso no sigo a otros peloteros.
-¿Te gustaría representar a tu país en competencias internacionales?
-El Clásico Mundial de 2017 sería un bonito sueño. Debo trabajar bien duro para lograrlo. La consistencia, seriedad y dedicación serán el punto de partida. Lo otro se lo dejo a los técnicos…