Tres lechadas, 12 equipos con cinco o menos carreras, solo cuatro con más de diez jits, y cinco estadio que no superaron los mil aficionados. Así se puede resumir la jornada beisbolera dominical en la 56 Serie Nacional, en la que Matanzas extendió a 11 su cadena de triunfos y alcanzó la descomunal cifra de 20 éxitos cuando se ha cumplido la primera mitad de la fase inicial del campeonato.
El 20 de agosto, en el parque Paquito Espinosa de Morón, tropezaron por última vez los yumurinos en el presente clásico de las bolas y los strikes. Después de aquella derrota ante Ciego de Ávila, los pupilos de Víctor Mesa han arrasado sin piedad ante Isla de la Juventud, Las Tunas, Camagüey y ahora Granma, su última víctima.
En sus dominios del Victoria de Girón, los Cocodrilos siguen invictos y aumentaron a diez sus sonrisas allí, apoyados este domingo en gran faena monticular del zurdo espirituano Ramón Licor, efectivo durante siete episodios con una limpia. Y nunca mejor dicho: no hay peor cuña que la del mismo palo, pues Yordanis Samón castigó a su equipo de toda la vida (jugó 13 campañas para los Alazanes) con par de remolques cruciales.
Sin alcanzar un ritmo arrollador, los campeones defensores avileños también han encontrado una ruta positiva, con ocho victorias en sus últimas diez presentaciones para escalar a lo alto de la clasificación. Las Tunas, con seis fracasos en los siete choques precedentes, sufrió la blanqueada de Vladimir García y el azote de Yorelvis Charles (tres remolques) y Eliecer Griñán (tarde perfecta de 4-4), ambos con vuelacercas.
Mucho trabajo les costará a los Leñadores sobreponerse a la ausencia de Yosvani Alarcón por el resto de la contienda tras confirmarse su sanción de un año separado de los eventos beisboleros, pues el máscara era una fuente indiscutible de jonrones, impulsadas, carreras creadas e ímpetu en el terreno gracias a su juego explosivo y liderazgo.
Otros que van a soñar con ceros son los elencos de Santiago de Cuba y Cienfuegos, los cuales no acaban de encontrar estabilidad en su rendimiento. Los indómitos fueron dominados de punta a cabo por la dupla internacional de Vladimir Baños y Liván Moinelo, quienes le dieron una bocanada de aire a Pinar del Río con triunfo ajustado, en el que Luis Abel Castro y Juan Carlos Arencibia remolcaron las dos únicas carreras.
Los sureños, por su parte, sintieron el frío de las gradas vacías (menos de mil personas como concurrencia dominical) y nada pudieron hacer ante la labor combinada de Carlos Santiesteban y Yunier Suárez, muy efectivos para la causa holguinera, que contó con producción ofensiva de José A. Castañeda y Yeison Pacheco.
Camagüey también retomó el camino del éxito contra Villa Clara en el Sandino, duelo dos veces interrumpido por la lluvia. Al cierre fue justamente el agua la que decretó el final de las acciones, cuando a los anfitriones les quedaba un chance para consumir y buscar la igualada.
En el resto de los desafíos, Industriales, Mayabeque y Guantánamo aprovecharon la localía para sacar respectivas victorias. Los Azules desataron un vendaval de 15 inatrapables frente al pitcheo de los Gallos espirituanos, quienes contaron en el box con su primer abridor, el diestro Yoen Socarrás.
Noelvis Entenza regresó al montículo por los capitalinos y aunque dio cinco pasaportes gratis, solo permitió una limpia en siete entradas, toda una bocanada de aire fresco para un plantel repleto de brazos jóvenes, al cual le vendrá muy bien la incorporación de Frank Montieth, dado de alta este fin de semana.
Los Indios del Guaso ganaron a Artemisa y continúan jugando para 500, algo que honestamente no me esperaba después de 22 partidos. Dayron Riera, quien ya mostró potencial para esta pelota hace un año, ganó su cuarto choque, mientras Luis Enrique Castillo, hombre que solo lanzó 2.2 entradas en la pasada contienda, aportó su sexto rescate en la presente lid, líder.
Por último, el colista, Mayabeque, aprovechó que la lluvia llegó a San José justo después que dieron la vuelta al marcador en el sexto capítulo, y dejaron con las ganas a Isla de la Juventud, que lamenta un mundo no haber podido desarrollar el tercio conclusivo de un encuentro presenciado por 120 espectadores.
Esta cifra, unida a la de otros cuatro parques con menos de mil aficionados en las gradas un domingo libre, nos pone a pensar en la salud del clásico beisbolero como espectáculo y en el interés del público en el mismo, tema sobre el cual profundizaremos en las próximas jornadas.