Por Raul Hernández Lima
El Latinoamericano arropa siempre a sus Industriales. Aún cuando ocupan el puesto más incómodo de la tabla, alrededor de 6 mil fanáticos se congregaron en el coloso del Cerro para aupar a los suyos aunque nunca falta allí quien viene por el visitante de turno en la heterogénea ciudad.
Marcos Ortega se paró en la colina de los suspiros y entabló cara a cara una porfía de lanzadores contra el avileño Yander Guevara, refuerzo de los actuales campeones nacionales. El duelo no duró mucho tiempo y en la tercera entrada explotó el capitalino ante la imposibilidad de sacar un out.
Después de un hit de Andrés de la Cruz Ortega perdió el control de sus lanzamientos y regaló tres boletos consecutivos para traer caminando la primera del choque. La entrada concluyó con saldo de dos para los tuneros suficientes a la postre para el éxito.
Yander dominó a su antojo la tanda capitalina y sus lanzamientos se convirtieron en acertijos indescifrables. En siete completas bañó la pizarra de ceros cediendo la lomita a José Ángel García cuando el juego favorecía a los orientales 3 carreras por cero.
En la alta de la séptima se combinaron hits consecutivos de Quiala y Larduet para subir la del puntillazo. La novena fue fatídica para José Ángel. Los de Anglada se revelaron y amenazaron con volcar el marcador. El sueño de barrer a Las Tunas para asaltar la cuarta posición de la tabla parecía ahora alcanzable, ya se sabía de la derrota cienfueguera y las gargantas reventaban de gritos en el mítico estadio.
Con las bases llenas y un out Yoalkis Cruz tomaba el control de la situación. Un elevado de Aroche rompía el encanto de la lechada pero con dos outs había que pensar en un jonrón. Oscar Valdés sin embargo apagó con un roletazo las esperanzas y alejaba a tres juegos de la clasificación a los Capitalinos que dormirán otro día más en el frío sótano.
Con el 3-1 final favorable a los tuneros concluyó la porfía encarnada de ambos equipos envueltos en una rivalidad marcada en los últimos años. Los Industriales se mostraron pésimos a la defensa con 4 pifias, incompatibles con la victoria. A ellos no les queda otra alternativa que ganar. El terreno dirá si son capaces.