SCOTTSDALE, Arizona – Aledmys Díaz tuvo un 2016 para el recuerdo, subiendo a las Grandes Ligas de manera inesperada en los Cardenales y destacándose hasta el punto de ser convocado al Juego de Estrellas. Ahora para el torpedero cubano, la clave será llegar a la próxima campaña en buena forma física y mantener el buen impulso que estableció la temporada pasada.
«Experimentó el béisbol a nivel de Grandes Ligas a un nivel muy alto», dijo acerca de Díaz el gerente general de los Cardenales, John Mozeliak. «Terminó la temporada pasada con mucha confianza y puede construir a base de eso de cara al 2017.
«Desde nuestro punto de vista, es un lugar muy positivo para él».
Jugando más de 100 juegos por segunda temporada consecutiva a nivel profesional en los Estados Unidos, el oriundo de Villa Clara-quien tenía lazos familiares y de amistad bastante fuertes con el fenecido lanzador de los Marlins y también nativo de dicho pueblo, José Fernández-surgió como figura clave del equipo de San Luis ante las lesiones del dominicano Jhonny Peralta y del panameño Rubén Tejada. En un total de 111 partidos, bateó .300 con 28 dobles, 17 jonrones, 65 empujadas, slugging de .510 y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .879.
Una fractura en el pulgar de la mano derecha, producto de un bolazo recibido ante los Marlins en Miami, le costó a Díaz un mes y medio de acción a partir del 1ro de agosto, pero el jugador de 26 años pudo terminar con OPS de .773 en el mes de septiembre y una defensa que siguió mejorando notablemente en la segunda parte de la campaña.
En el invierno, Díaz se encuentra en la Florida, no muy lejos de las instalaciones de los Cardenales en la localidad de Júpiter.
«Como todo el mundo puede imaginarse, el año pasado fue muy exigente para él, no sólo en torno a ganar experiencia en Grandes Ligas, sino también que se convirtió en papá, tuvo que recuperarse de la mano y finalmente terminar la temporada en salud», expresó Mozeliak. «Creo que desde el punto de vista de la parte mental, se encuentra muy bien».
San Luis firmó a Díaz en el 2014 por cuatro años y US$8 millones garantizados, pero el camino para el infielder no fue nada fácil. A mediados del 2015, después de varias lesiones y una falta de producción en liga menor, el cubano fue colocado en waivers para que los Cardenales pudieran agregar al roster de 40 jugadores al veterano Dan Johnson.
También hubo rumores de una pobre ética de trabajo de parte de Díaz, algo que desmintió Mozeliak.
«Nunca cuestioné su ética de trabajo, sino su durabilidad», aclaró el ejecutivo. «Él siempre ha estado comprometido con la meta de mejorar y desde que lo firmamos, ha trabajado extremadamente duro».
Ahora el objetivo Díaz es terminar de establecerse de una vez por todas como un verdadero torpedero de Grandes Ligas.
«(Será clave) la habilidad de hacer los ajustes. Cuando ves los éxitos que tuvo en el transcurso del año, la oposición empezó a formular estrategias para tratar de hacerle out, y él también hizo sus ajustes de lugar», dijo Mozeliak. «Desde el punto de vista de la parte ofensiva, hay mucha confianza de cara a la próxima campaña.
«Creo que la mayor interrogante ahora es cuánto va a mejorar a nivel defensivo. No creo que nadie cuestione la parte ofensiva, pero ahora vamos a ver si lo puede hacer todo bien con consistencia. Por eso es que creo que lograr ese año de experiencia le dará esa confianza. Hay espacio para crecer (a la defensa) y creo que con el paso del tiempo (el año pasado) tomó pasos positivos en ese sentido».