Por: Raúl Hernández Lima
PINAR DEL RÍO, CUBA- Más de 36 mil espectadores abarrotaron el Victoria de Girón esta tarde. Lista la fiesta sólo faltaba el motivo así como la piel del oso sería vendida quedando sólo cazarlo. Es escenario esperaba la celebración de la corona mas los camagüeyanos estaban allí para derrumbar las ilusiones matanceras.
El aguafiestas mayor resultó Lázaro Blanco. El granmense lanzó sin sobresaltos hasta el sexto capítulo. Apenas tres hits permitió en ese lapso blanqueando el marcador de los locales. Sin embargo el séptimo devolvió el debate sobre su sustitución.
El dilema ‘shakespeareano’ del ser tomó matices en el extraerlo o no. Borroto tenía en sus manos las riendas del partido y decidió dejarlo lanzar esta vez. La elección resultó en contra a los deseos de los toros. La defensa hizo aguas mientras despertaron los bates de los yumurinos logrando arrancarle al estelar abridor cuatro carreras de las que dos resultaban limpias.
Poco duró su rival en la lomita. El diestro Fredy Asiel Álvarez aguantó menos de lo imaginado. Después de dos entradas ya perdía por cinco dejando su lugar al novel Naykel Cruz quien solventó por tres entradas mantener a raya a sus rivales.
El muchacho soportó mientras pudo. La toletería taurina en cambio logró mandarlo a las duchas, lo mismo que con su sustituto Irandy Castro. La abultada diferencia de nueve carreras a la altura del séptimo hacía pensar en el próximo partido cuando emergió la reacción de los cocodrilos.
Así llegó el choque al capítulo conclusivo. Aparentemente la tarea de guardar la ventaja de cinco resultaría fácil para Isbel Hernández. Todo lo contrario. El apagafuegos pinareño perdió el rumbo y prendió las alarmas en la comandancia de su equipo. Yadián Martínez las hizo reventar, tres bateadores, tres indiscutibles.
La pizarra marcaba ahora ventaja de tres con un out y las almohadillas congestionadas. En los brazos de Santoya descansaban las esperanzas locales de finiquitar al moribundo cuando Yosimar Cousín asomó su diestra y tomó la pelota.
El ponche frente al inicialista matancero atizó el suspense y la tensión. Erisbel Arruebarruena entró a la caja de bateo con la encomienda de dar la vuelta al partido y desatar la locura con un movimiento de muñecas. Si alguien podía hacerlo era precisamente el paracortos, líder en jonrones del torneo.
Cousín estaba allí para impedirlo y no dio libertades al exligamayorista que se marchó cabizbajo después de abanicar un slider envenenado que se alejó del bate dejándolo inmóvil frente a la celebración de los agramontinos.
El play off final del béisbol toma carretera de vuelta a la casa de los líderes del torneo regular. En los predios del Cándido González quedará decidido el campeón. La corona aguarda la investidura de un rey. En la grama se sabrá de quien se trata.