Por Juan Carlos Lahera
Después de cambios de fecha y restructuraciones en su formato, parece que la Serie Nacional número 60 abrirá sus cortinas a mediados de septiembre. Los recientes repuntes en los casos de coronavirus han levantado especulaciones sobre nuevos cambios de fecha o la celebración del torneo en sede única en el oriente del país.
A lo largo de esta semana se darán a conocer las plantillas iniciales de los equipos para comenzar la justa. Ya se informó que las primeras subseries se jugarán en la zona oriental, a excepción de los partidos entre Camagüey y Matanzas que si lo harán en la casa de los cocodrilos.
Entrando en el ámbito meramente deportivo, la serie 60 despierta grandes expectativas. El nuevo formato luce más atractivo y con un calendario con más posibilidades para los equipos que no arranquen bien. Otro aspecto llamativo será la participación de jugadores que regresan a la isla con aventuras profesionales en sus carreras y que aportarán más calidad al torneo.
Los candidatos a disputar el título parecen los mismos del torneo precedente. Los equipos de Matanzas y Camagüey, finalistas del año anterior, lucen sólidos otro año para llegar a las instancias finales. Un conjunto que pujará bien fuerte por llegar a las finales serán los Leñadores tuneros, campeones hace dos años y que mantiene el núcleo que los llevó al título.
Dos equipos que ilusionaron a su afición la pasada contienda por su talento joven y su buen accionar, fueron Sancti Spiritus y Cienfuegos. Sus expectativas para el nuevo curso son estar en la pelea hasta el final, para con la adición de los refuerzos aspirar a disputar el campeonato.
Al hablar de pronósticos siempre hay que tener en cuenta a los cuatro grandes de la pelota cubana, aunque ninguno atraviesa por buenos tiempos. Industriales parece el más fuerte para luchar el torneo, pero la ausencia de Yordanis Samón, ahora con Camagüey, y sus recurrentes problemas de picheo, le pueden para factura.
Santiago de Cuba por su parte que mostró una buena imagen en el curso anterior, aspira este año a quedar entre los 8 mejores. La ausencia de un líder en la alineación y sus mejores lanzadores ya veteranos presagian un final incierto para Las Avispas.
Los otros dos grandes, Pinar del Río y Villa Clara, se ven fuera de la pelea. Sus rosters lucen poco ilusionantes de cara a la nueva contienda, La presencia de los Urquiola por casa puede ser un aliciente para los vueltabajeros y su sabiduría los puede impulsar en busca de una buena actuación. Con Villa Clara las aspiraciones son pocas, en voz de su propio comisionado la estrategia de renovación del conjunto es para volver a pujar en un par de años.
En el orden individual la mayor expectativa la despiertan algunos jóvenes que ya despuntaron en años anteriores. Madero en mano todos queremos ver al cienfueguero Cesar Prieto o al santigüero Yoelkis Guibert. Desde la lomita atraen las miradas los azules Andy Rodríguez y Brayan Chi, así como el agramontino Yosimar Cousin.
La adición de jugadores venidos deligas profesionales, así como el siempre presente talento de la isla llenarán de polémica terrenos y gradas en los próximos días. La expectativa crece a medida que nos acercamos a la fecha inicial con la ilusión de un niño esperando la voz de play ball.