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Desde que el Inder anunciara la cancelación de todos los eventos deportivos, nacionales e internacionales en el país hasta el venidero 30 de abril, muchos se preguntan acerca del futuro inmediato de la Serie Nacional de béisbol.
Con los nuevos cambios, tanto en el reglamento del torneo, como en la estructura competitiva, con un calendario presentado y aprobado por los directores de los 16 conjuntos participantes, se presagiaban sorpresas y una gran rivalidad.
Con medidas encaminadas, fundamentalmente, a reducir la duración de los partidos y con la intención de jugar más béisbol en casa, la Dirección Nacional de la disciplina había previsto un campeonato, en primera instancia, de 75 juegos (16 equipos) sin refuerzos, con la posterior celebración de una segunda etapa, en la cual tomarían parte los seis conjuntos líderes del segmento inicial, con la inclusión de siete refuerzos y un calendario de 50 desafíos.
La fiesta tenía prevista, como fecha de inicio, el 11 de abril, y no contemplaba, como en otras ocasiones, una parada intermedia por la celebración del Preolímpico de América que acogería la ciudad estadounidense de Arizona. También se había determinado que al tope ante la selección nacional universitaria de Estados Unidos, y a la semana del béisbol, en Holanda, asistiría la escuadra nacional categoría Sub-23.
Ahora mismo todo ha cambiado, las actuales circunstancias sanitarias que vive el mundo, que también afectan a Cuba, exigen un nuevo análisis, teniendo en cuenta que lo primero es la salud de nuestros atletas.
Si analizamos la realidad que hoy vivimos, cuando no sabemos el tiempo que dure esta situación epidemiológica, me animo a sugerir como una posible solución, al menos por el momento, mantener la anterior estructura y, pasada la pandemia, ya de cara a la 61 Serie Nacional, aplicar lo aprobado o incorporar, a aquello previsto, algún elemento nuevo, aconsejable cuando se implemente la modificación de la temporada.
(Tomado de Granma)