Foto (Instagram Chicago Whitesox)
Por Raúl Hernández Lima
El Kauffman Stadium, estaba listo como tantas veces para albergar un juego de béisbol, a priori uno como cualquier otro de los 30 que acogerá esta temporada, o de los cerca de 80 que acostumbra cada año, o como los 4698 que se juegan cada temporada en 30 estadios de las dos ligas en la gran carpa.
Seguramente nadie en la ciudad advirtió, abortos entre las típicas parrilladas y el jazz, que una armada antillana llegaría a escribir una página en la historia beisbolística. Justamente en la ciudad donde el American Jazz Museum comparte edificio con el Negro Leagues Baseball Museum en el histórico barrio 18th & Vine Jazz District de Kansas.
Rick Rentería, mánager de los White Sox de Chicago se sacó un truco de la manga y entregó la hoja con su Line-Up al principal Ben May. En ella, ubicados en línea del primero al cuarto turno figuraban 4 cubanos. Pasaron 151 años del mejor béisbol del mundo y 214 nacidos en la isla caribeña, cerca de 300 si se suman aquellos con raíces cubanas que vieron la luz allende los mares y jugaron las grandes ligas, para que esta tarde de sábado sucediera por primera vez.
Desde la sensación Luis Robert como timonel de la nave patiblanca hasta Yasmani Grandal, pasando por los cienfuegueros Yoan Moncada como segundo y José “Pito” Abreu como tercero, todos compartían la sangre de la llave del Caribe, la bandera isleña como signo distintivo de una forma de vivir el béisbol, esa que no es la única pero sí peculiar y reconocible.
Tanto atrevimiento no podía ser un dislate de Rentería. Un fundamento pragmático respaldaría sin dudas su decisión y allí estaban miles de fieles a 2122 kilómetros que separan Kansas de La Habana deseando que así fuera. Los cabalísticos se cebarían de saber que la suma de los dígitos de esas 1316 millas sería la misma cantidad de indiscutibles que soltaría la tanda criolla en el partido.
Luis Robert, acaso una estrella en ciernes, con sólo 7 partidos en el big show, de ellos 6 bateando de hit, se ganaba el puesto de primer madero. Su capacidad de embasarse quedaba a prueba de toda duda mas, esta tarde resultó de consagración para el candidato de muchos al Rookie del año en la Liga Americana.
Los #cubanos haciendo historia en la @mlb por primera vez cuatro jugadores de la isla ocupan turnos del 1ro al 4to en un juego. Esta vez para los @loswhitesox Luis Robert, Moncada, Pito Abreu y Yasmani Grandal. pic.twitter.com/LbzmMMVpeL
— Raúl Hernández Lima (@PeriodistaRaul) August 2, 2020
La Pantera no creyó en cuentos de camino y castigó el pitcheo de los Royals a su antojo con 4 hits en 6 turnos. Tres de los indiscutibles del avileño le llevaron a tomar bases extra, un enorme cuadrangular a 415 pies por el jardín derecho y par de dobletes le dejaron a punto de lograr la escalera que sólo su coequipero Pito Abreu logró para los libros de las estadísticas cubanas.
Nada menos que 9 bases recorrió el joven pisando dos veces el home plate impulsando otras dos. Otros tres sencillos repartió Yoan Moncada al maltrecho pitcheo local y una base por bolas lo puso una cuarta vez en circulación de las que anotó en dos oportunidades.
Pito aportó otros dos imparables en 6 veces oficiales a la gesta que cerró Yasmani Grandal con otros dos. El máscara anotó en par de ocaciones y trajo a sus compatriotas Moncada y Abreu hasta la registradora en la novena entrada con profundo batazo de dos almohadillas entre left y center para poner cifras definitivas al choque de 11 carreras por 5 favorable a los de la ciudad de los vientos.
Más de la mitad de los hits de Chicago (11) salieron de los bates cubanos, en 7 de las 11 anotaciones pisaron sus spikes el home, 4 de ellas impulsadas con sus brazos, cuatro de los 6 extrabases también sonaron al ritmo del son.
Si a estas alturas parece difícil igualar la gesta espere a saber que otro connacional del temido cuarteto, el cubanoamericano Gio González, se encargó de abrir por la tropa de Rentería elevando a 5 los cubanos de ese lado.
Más complejo y peculiar resulta el capítulo beisbolero al descubrir que otro cubano, Ronald Bolaños se encaramó en la lomita por los locales y hasta un séptimo, el designado Jorge Soler ocupó el segundo turno por los Reales. El crudo también estampó su nombre en la hazaña, quizá contagiado por sus paisanos, y devino el quinto cubano con partido multihits (2) en el mismo choque (4 de ellos de un solo equipo).
La noche terminó, tal vez como otra cualquiera para muchos, ebrios del Jazz y el vino en Missouri, ajenos algunos a que la derrota del equipo local, acaso un golpe entre tantos con solución posible en la cosecha de futuras victorias, para los nacidos en Cuba, donde el béisbol es un modo de vida, agosto primero del 2020 se dibujó en su recuerdo con el pincel imortal de la historia.