Si los pitchers de Matanzas —los de mejor efectividad hasta entonces en el campeonato— no pudieron «enlazarlos», era de esperar que tampoco lo lograran los Cachorros. Después del súper KO del martes frente a los Cocodrilos, los Alazanes de Carlos Martí dejaron fuera de combate par de veces a los holguineros este jueves.
Si aquella noche Alfredo Despaigne empujó la mitad de las 18 carreras de su equipo, ayer ni siquiera se notó su ausencia en la alineación por problemas personales. Ambos partidos concluyeron con igual marcador de 10-0, y aunque a la segunda fase le faltan dos tercios de su calendario, los Cachorros «ladran poco, muerden menos» y siguen en el sótano de la tabla de posiciones.
Lázaro Blanco transitó sin contratiempos siete entradas en el primer desafió, a ritmo de seis ponches sin boletos. Un rato después, César García recorrió el mismo tramo que Blanco con igual cadena de ceros, solo que apenas sacó un out por la vía de los strikes y tampoco regaló pasaportes gratis para primera.
Al bate, sumando el desempeño en ambos duelos, Osvaldo Abreu conectó de 7-5 y Dennis Laza, de 8-5; con el guante, los vencedores tuvieron otra jornada impecable. ¿Quién iba a decir que Granma estaría de líder a la defensa?
Ni el pinareño vestido de Tigre Bladimir Baños ni el anfitrión Yoanni Yera pudieron lucirse en el pantano de los Cocodrilos. La afición matancera, no obstante, conservó hasta el octavo episodio las esperanzas de ver un final feliz en el primer «culebrón» de la doble cartelera. Pero en ese capítulo se les ponchó el sueño.
Edilse Silva abrió el inning con cohete, y ahí se embullaron los avileños. Otro hit, y otro, y otro, y otro, y un pelotazo; y entonces llegó al cajón de bateo Osvaldo Vázquez con el juego empatado y las bases llenas. Era algo así como tentar al diablo, y él, con un swing furioso, mandó la bola al otro lado de las cercas. Ese batazo decretó la quinta derrota consecutiva del equipo yumurino, el mismo que se ha jactado en el torneo de dos extensísimas rachas victoriosas. Así es la pelota.
Mas, como el que persevera triunfa, las huestes matanceras no se desanimaron y lograron en el duelo siguiente el desquite y quebrar la cadena negativa. Con ocho dentelladas en el inning de la suerte consumaron un nocaut que les devolvió la sonrisa al rostro de sus seguidores. La «gracia» definitiva la hizo Yurisbel Gracial con bambinazo de tres carreras para sellar la superioridad, después que seis compañeros suyos habían conectado hits en esa entrada.
Donde sí los lanzadores estuvieron con el santo claro fue en Santa Clara. A primera hora, los azucareros de Villa Clara aprovecharon dos pifias al hilo de la defensa para dejar sangrando sobre la grama a los Toros de Camagüey. A la conclusión del noveno llegaron los visitantes con mínima ventaja de 1-0, obrada por triple de Julio Pablo Martínez y tubey de Alexander Ayala; pero esas imprecisiones en el cuadro le permitieron a Michael González (una vez más se calzó con los arreos de receptor en las postrimerías) disparar el cañonazo que concretó el éxito de los Naranjas.
Y si bueno fue el mano a mano entre Alain Sánchez y José Ramón Rodríguez, mejor estuvo el de Robelio Carrillo y Erly Casanova (sin que tampoco pudieran aspirar al éxito en lo individual), cuando ambas novenas se liaron a ceros hasta que se aplicó la Regla IBAF.
En el onceno capítulo, uno y otro conjunto marcaron par de veces; pero en el siguiente, los villaclareños aprovecharon un wild pitch para dejar al campo, por segunda vez, a los Toros y regalarle al jovencito Pablo Guillén su primer éxito en series nacionales.