Por Juan Carlos Lahera
Pasados los primeros 10 juegos para casi todos los equipos, sin contar los partidos del miércoles, hay puntos positivos y otros no tanto dentro del accionar cubano en las mayores. En una temporada con características peculiares y donde el margen de reacción de los equipos es muy corto urge tomar el camino a tiempo.
Dentro de lo poco positivo de este arranque está la salida de Yoenis Céspedes envuelta en polémica. El granmense optó por no jugar más este año después de crear grandes expectativas y por supuesto decepcionando una vez más a los Mets.
Las ausencias de Yasiel Puig, Yordan Álvarez y Aroldis Chapman también caen en lo desafortunado de este inicio. El primero vio frustrado su acuerdo con Atlanta tras resultar positivo a la Covid y de esa manera el cienfueguero volvió a estar desempleado.
Diferente resulta el caso del tunero que al aún se le espera en el Minute Maid Park. Los Astros lo mantienen en la lista de inhabilitado por 10 días. Mientras, Chapman ya fue habilitado por Yankees pero no ha visto acción todavía.
Dejando a un lado lo anterior expuesto, ha sido un gran inicio para los nuestros. Si en años previos la mayoría de las miradas estaban puestas en Houston por la cantidad de antillanos en su roster, ahora la pasión se mudó al sur de Chicago. Ahora mismo solo Yuliesky Gurriel aparece en el line up de Astros por las ausencias de Aledmis Díaz y Yordan Álvarez.
Mientras los Medias Blancas lucen una alineación con gran protagonismo cubano. Desde el primero hasta el cuarto madero de la tanda patiblanca en los últimos partidos provienen de la isla. Un hecho visto este año por primera vez en la historia de los cubanos en grandes ligas. Luis Robert, Yoan Moncada, José Abreu y Yasmani Grandal, por ese orden, son la vanguardia en la ciudad de los vientos.
Entrando en números, el novato avileño comandaba la Liga Americana en robadas con 4 y es tercero en hits con 16. Exhibe además un promedio de .364 con 2 jonrones y OPS de .997. Su desempeño en este inicio cumple con las expectativas depositadas en él y auguran un gran año para el jardinero que ya lanza su candidatura para erigirse como el mejor novato.
Otro antillano que empezó la contienda a todo tren es el torpedero de los Orioles José Iglesias. En 6 encuentros acumula 10 jits para promedio de .526 como tercero en la alineación del equipo de Baltimore. Lo más llamativo de sus números es su OPS con 1.316 que lo ubicarían cuarto de todo el béisbol de contabilizar solo los 6 partidos en los que ha participado.
Mención merecen también los dos cubanos en Kansas, Jorge Soler y Ronald Bolaños. El toletero, líder jonronero del pasado año, ya comienza a carburar sacando 2 pelotas. Las 6 bases por bolas recibidas hasta la fecha y la velocidad de salida de sus batazos predicen otro gran año. Por otra parte, al joven lanzador recién llegado a Kansas le otorgan la responsabilidad de abrir. En sus dos primeras salidas no le ha ido bien, pero es destacable en una posición donde no abundan los brazos cubanos.
Sin lugar a dudas el de mejor en forma de los nuestros es el jardinero nacido en la Florida Nicholas Castellanos. En su estreno con los Rojos no le puede ir mejor, en los 3 últimos juegos despachó 4 vuelacercas. Ahora acumula 6 jonrones y 13 carreras impulsadas, además batea para .368 con extraordinario OPS de 1.363.
Otros cubanoamericanos que van tomando la forma son José Daniel Martínez y Nolan Arenado. El designado de Boston disparó par de dobles en la última jornada bateando de 4-2. Nolan por su parte conectó su segundo jonrón en la fecha reciente para colaborar con la victoria de unos inspirados Rockies.
Con buenos inicios también aparecen los hermanos Gurriel. El pequeño en Toronto batea para .308 mientras su hermano lo hace para .282. Sus OPS parecen similares, el Yuli computa .793 mientras Junior muestra un .796, números nada despreciables a ese nivel.
Mucho por resaltar del trabajo de nuestros peloteros en este arranque de la gran carpa. Nombres propios y aportes colectivos que pasarán a la historia del deporte más seguido por la afición cubana. Por el momento a seguir disfrutando de su talento y a ponderar su desempeño con orgullo.