Malleta se distinguió por su calidad y carisma. Foto: Ricardo López Hevia
Autor: Pablo E. Díaz Hurtado
Alexander Malleta fue de esos peloteros con un carisma singular, cualidad que combinó con su extraordinaria calidad.
Esto lo conecta con su público de una manera especial, y lo hace una figura muy querida por la afición. Al mítico número 55 de los Leones de Industriales le costó mucho sacrificio llegar a convertirse en un jugador de renombre.
A golpe de talento y disciplina se convirtió en el cuarto bate de un equipo que, comandado por Rey Vicente Anglada, conquistó el título en 2006, siendo él protagonista esencial. Su excelente actuación en la postemporada de ese propio año lo llevó, por primera vez, al equipo Cuba que compitió en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias, donde también se desempeñó como cuarto bate y tuvo mucho que ver con la victoria de nuestro equipo.
Granma se le acercó para conocer detalles de su carrera, y actualizarnos sobre su rutina en estos tiempos de pandemia.
–¿Cómo recuerdas tus inicios en el béisbol?
–Comencé a los siete años en mi municipio de Playa, allí me ayudó muchísimo el profesor Ciro Perera. En las categorías escolares me costaba trabajo integrar los equipos provinciales; sin embargo, en mi último año como juvenil llegué al equipo Cuba que participó en el Mundial de Boston, en 1995.
–¿Cuándo pasas a la Serie Nacional?
–En la temporada 1995-1996 comencé en la Liga de Desarrollo y me llamaron al equipo grande. Ese momento lo recuerdo con cariño, venía de tener buenos resultados en la categoría juvenil, y ese año fuimos campeones, con Pedro Medina como director, en la Serie Nacional.
–¿Qué significó Metropolitanos para ti?
–Los Metros me dieron la oportunidad de jugar todos los días, fue una escuela.
–¿Cuáles momentos relevantes marcaron tu carrera?
–El periodo entre 2004 y 2008 resultóclave. El 2006 me marcó definitivamente, concluí como el más valioso en los play off y debuté con el equipo Cuba, siendo, igualmente, el mvp de aquel torneo en los Centrocaribes de Cartagena de Indias. En el aspecto negativo sentí mucho la derrota en Beijing 2008, tuvimos esa medalla de oro en las manos y se nos escapó.
–¿Prefieres pararte en home a definir un juego o transmitirles tus conocimientos a las nuevas generaciones?
–Siempre resulta más cómodo ser jugador que entrenador. Todavía siento el deseo de coger un bate y salir a empuñar. Esta etapa de entrenador es compleja, pero me está gustando, los muchachos tienen talento y yo trato, humildemente, de brindarles mis experiencias.
–¿Qué representó la familia en tu carrera?
–La familia es el sostén principal en la vida de un atleta, sin su aliento no hubiesen sido posibles todos mis logros, me ha apoyado de manera incondicional.
–¿Cómo llevas el proceso de desentrenamiento?
–Hago ejercicios en el gimnasio, ahora más que nunca hay que mantenerse activo ante la covid-19. Estuve mucho tiempo en el alto rendimiento y la actividad física me ayuda a mantener con salud el cuerpo y la mente.
–¿Qué le recomiendas al pueblo de Cuba, ante la situación epidemiológica que vivimos?
–Deben ser disciplinados y cumplir con las medidas que han orientado las autoridades al respecto. Deseo que se mantengan en casa para volver a verlos en los estadios.
(Tomado de Granma)