Por Chuck King
WEST PALM BEACH, Florida — Sin importar lo que ocurra, Yuli Gurriel no estará con los Astros de Houston en el juego inaugural de la campaña. Pero ahora existe la posibilidad de que el primera base cubano tampoco esté en la lista de los lesionados.
Tras varios días de realizar prácticas ligeras de bateo, Gurriel recibió el domingo la autorización de entrenar con una máquina que lanza pelotas.
“Estos próximos dos días para batear ante la máquina de alta velocidad representarán una gran prueba para él, porque ahí es donde aumentará la resistencia y la velocidad”, consideró A.J. Hinch, manager de Houston.
Gurriel, de 33 años, se sometió a una cirugía el 28 de febrero, para retirar el gancho del hueso hamatal de la mano izquierda.
El pelotero de Sancti Spíritus permanecerá en West Palm Beach después del domingo, día en que los Astros concluyen el campamento de pretemporada. Si sigue progresando, pasaría los próximos días en las ligas menores, antes de reincorporarse a Houston.
“Es una decisión de la gerencia, pero me siento bastante bien, y los médicos me han dicho que mi recuperación va mejor de lo previsto”, comentó Gurriel.
Los Astros, campeones de la última Serie Mundial, comienzan la temporada el jueves en Texas.
Gurriel, quien bateó para .299 y produjo 75 carreras la temporada anterior, su primer año completo en las mayores, habría comenzado la nueva campaña después de sus compañeros, incluso si no se hubiera lesionado. Las Grandes Ligas lo suspendieron por los primeros cinco encuentros de esta temporada, a raíz de un gesto considerado racista hacia Yu Darvish, pitcher japonés de los Dodgers de Los Ángeles, durante la Serie Mundial.
La cirugía de Gurriel representó prácticamente el único problema durante una pretemporada tranquila, en la que Houston acumuló un récord de 19-9.
“No tuvimos un campamento perfecto, pero sí saludable”, valoró Hinch.
Los Astros no parecieron perder fuerza respecto de la postemporada anterior.