Por: Yirsandy Rodríguez
Yonder Alonso entró a la temporada 2017 con 29 años hasta el 8 de abril, fecha en que celebró su cumpleaños número 30. En dicha jornada, la alegría no pudo ser mayor: Bateó 2-for-4, y en la parte alta del octavo inning golpeó su primer jonrón, para poner el marcador 5-1 a favor de los Atléticos de Oakland.
En apenas su sexto partido de la campaña, promediaba .611 slugging y registraba el segundo desafío con multi hits. A inicios de abril, parecía que era solo un buen arranque, o mejor, un equilibrado balance semanal que contó con buena suerte y sincronización al poner la pelota en juego. ¿Qué otro resultado alcanzó a mitad de temporada? El cubano conformó el roster del Juego de las Estrellas, con una meritoria actuación de 20 jonrones, 43 remolcadas y un sluggings de .562.
Ciertamente, la segunda mitad no fue tan sensacional, pero Yonder consiguió demostrarse a sí mismo y al mercado de la MLB, que su valor podía crecer aún más. Desde el pasado invierno, forma parte de los Indios de Cleveland, quienes buscarán llenar el hueco que dejó el agente libre Carlos Santana, Mr. OBP. ¿Podrá Yonder Alonso mantener la capacidad de su swing ahora en Cleveland? ¿Habremos visto el mayor desempeño posible en la capacidad de generar poder? Vamos a mirar más adentro…
Flashback
Alonso trabajó fuertemente en el Spring Training 2017 para dotar de mayor potencia a su golpeo, buscando elevar con consistencia la pelota y, lógicamente, lograr más jonrones. Romper su acostumbrado balance y rutina para atacar los pitcheos, fue parte de lo que sacrificó Yonder para intentar convertirse en un bateador mejor valorado. El complemento fuerza era, sin dudas, lo que le faltaba al impactar los pitcheos en las Grandes Ligas, pues desde 2012 se sabía que él podía batear en las Mayores.
En esa campaña conectó 39 dobles y fijó igual cifra de 62 empujadas y boletos, pero en Petco Park no aprobó la difícil asignatura de sacar la pelota frecuentemente más allá de los límites. Aquel año bateó solo nueve jonrones, una pobre marca si de poder se trata. A inicios de la temporada 2017, Alonso aún no se daba por vencido: Sorprendió a todos con un esperanzador abril (.279/.355/.515, 4 HRs y 14 RBIs en 18 juegos iniciados), un sensacional mayo (10 HRs, 17 RBIs y 220 de OPS ajustado en 20 partidos), y un mes de junio donde golpeó para .344 BABIP. Su rendimiento fue suficiente para unificar votos y conformar el primer All-Star Game de su carrera.
Al menos en la primera mitad del año, Yonder Alonso consiguió llevar a feliz término parte de su enfoque, con una sobresaliente marca de 20 jonrones en 71 juegos iniciados en el line up de los A’s. Pero no solo alcanzó éxito para desaparecer la pelota del parque: También sorprendió con una intensa tasa de 13.08% paseos por visita al home plate, lo que superó con creces el registro promedio en su carrera (9.60%). Alimentó el BABIP hasta .302, y el .396 slugging de su historial en todas las primeras mitades de temporada, lo superó con .562. ¡Fue un emocionante!
En apenas 109 PAs, Alonso igualó su récord personal en jonrones, que era de nueve, durante su primer año del traspaso de los Rojos de Cincinnati a los Padres de San Diego en 2012. El 26 de septiembre golpeó su 27th jonrón, para así igualar el mismo acumulado que tuvo entre 2010 y 2014. Si miramos solo este rango de fechas, entre el 6 de mayo y el 4 de julio, encontraremos ahí los únicos partidos de multi jonrón de su carrera, después de apuntarse sus primeros 45 cuadrangulares:
Mayo 6, vs (2-HRs) Jordan ZimmermannMayo 9, vs (2-HRs) Alex MeyerJulio 4, vs (2-HRs) James Shields
*El dato es una cortesía de Baseball-Reference.
Aunque en la segunda mitad de la temporada Alonso no consiguió la misma consistencia en la caja de bateo –a veces aquejado de algunas lesiones—, su .301 BABIP aún se veía bueno. En lo que sí rebajó a casi en un 50% fue su ritmo de jonrones: Golpeó apenas ocho y empujó 24 carreras, con otra caída en el slugging de .562 a .420. No creo realmente que Alonso sea un bateador de más de .500 de slugging, pero el .405 de agosto me parece demasiado bajo para él.
Lo cierto es que, a falta de jonrones, Yonder consiguió encontrarse con una mejor mecánica para elevar la pelota, algo que significó el ingrediente principal para buscar más batazos de vuelta completa y extra bases. No obstante, tenemos que indagar mucho más adentro de su éxito, pues sus ajustes técnicos le sirvieron para ir más allá de golpear cuadrangulares: En la comparación que les ofreceré a continuación, queda totalmente demostrado que Yonder Alonso podría volver en 2018 con ese poder que explotó en 2017.
De seguir manteniendo el equilibrio entre la habilidad de ataque de los pitcheos en la zona de strike, tanto como desechar todos los lances malos, Alonso estaría cerca de moderar de nuevo su tasa de paseos récords en 2018. Y eso, sobre todo, le ofrecería una mejor visión para golpear los mejores pitcheos con más frecuencia.
Aquí vienen los numeritos comparados de 2012 y 2017, las temporadas más calientes en su historial:
A simple vista, se aprecia la ventaja de 2017 sobre 2012 en todos los complementos que se necesitan para golpear más jonrones: Contacto fuerte, elevar la bola y halar con un poco más de intensidad. Lo otro interesante que no se ve ahí, es que Alonso adicionó a ese poder una sólida capacidad para no abanicar a pelotas malas, con una tasa de 13.10 BB%. Gracias a su nuevo plan de ataque, se incluyó en el 15th puesto en la MLB, con 74.50% de swing a pitcheos en la zona de strike, según muestra FanGraphs. ¿Quiénes lideraron esa categoría? Tome los nombres del Top-5:
1-Freddie Freeman, 84.20%
2-Avisail García, 83.40%
3-Didi Gregorius, 81.30%
4-Adam Jones, 78.90%
5-Corey Seager, 78.80%
¿Cuántos malos bateadores ahí? Creo que todos esos chicos resaltan por su excelencia en la caja de bateo.
Siguiendo en la comparación de Yonder Alonso, revise ahora todas las líneas ofensivas de esos años, además de la cuenta general:
2012
.273/.348/.393/.741, 39 2B, 9 HRs, 62 RBIs, 62 BB.
2017
.266/.365/.501/.866, 22 dobles, 28 jonrones, 67 RBIs, 68 BB.
Carrera
.268/.340/.407/.747, 149 2B, 67 HRs, 306 RBIs.
¿Fue tan bueno para el cubano cambiar algunos dobles por cuadrangulares?… ¡Sin dudas! He aquí la importancia de golpear jonrones: Quizás Yonder Alonso haya conquistado un rendimiento bastante parecido con sus 39 dobles de 2012, pero los jonrones se pagan más y tienen mayor valor en MLB. Los 28 bambinazos de la temporada 2017, han hecho de Alonso un jugador mejor valorado en el juego.
Tal y como indica su nuevo contrato de $16.0 millones por dos años (2018 y 2019, más una opción para 2020) con los Indios de Cleveland, el desafío apenas comienza, y el reto está ya en pie durante este Spring Training.
Otro apunte de vital importancia: De tanto centrarnos en la ofensiva, quizás hemos omitido un poco el desempeño en el campo. Y en ese papel, Yonder Alonso tendrá que ser más hábil en el diamante y fortalecer sus piernas para ejecutar un mejor alcance en la inicial. Él ocupó el 19th puesto de 21 inicialistas en 2017, con un menos-9 en DRS (Carreras Salvadas a la Defensiva). En ese grupo, Carlos Santana encabezó un trabajo de excelencia para los Indios, con más-10, en el segundo puesto, detrás del líder absoluto, el inicialista de los Rojos Joey Votto (más-11).
Principal plan de la primavera
Lo primordial: Mantener la armonía y sincronización de su swing. Con un nuevo contrato, el 2018 será un año donde Yonder Alonso deberá al menos mantener todo lo que mostró en 2017. Su estado de salud será la clave mayor, para entonces seguir trabajando en el ataque a la hora de entrar al home plate. Pensar en una nueva perspectiva para atacar no estaría mal. Alonso bateó 34-for-68 (.500/.500/.824) al primer lanzamiento, por lo que deberá prepararse para recibir menos rectas. Sin embargo, vale resaltar que su poder se reflejó después de su segunda visita al plato:
1.2 HRs, 11 RBIs, .689 OPS
2.8 HRs, 18 RBIs, .918 OPS
3.8 HRs, 20 RBIs, 1.098 OPS
Revisando las plataformas de Brooks-Baseball, se puede apreciar que Alonso ha recibido en su carrera el 43% y 31% de bolas rápidas en el primer pitcheo frente a zurdos y derechos, respectivamente. Ya con dos strikes, los porcentajes de fastball, slider, curva y cambio de velocidad aumentan, mientras él tuvo su temporada más caliente contra solo dos de esos pitcheos en 2017.
Teniendo en cuenta que el BABIP de Alonso en su carrera aún no sobrepasa los .300s de promedio contra cambios de velocidad (.267) y sliders (.264), podríamos apuntar como positivo su .426 BABIP vs cambios en 2017. Pero cayó a .182 vs curveball —fue el 6th que más curvas recibió con un 14.7%, en un listado de 144 bateadores— y a .150 vs sliders esos resultados, situación que tendrá que manejar entre sus planes de mejoría en esta primavera.
¿Cómo podría superar el éxito de 2017?
Manteniendo el mismo enfoque de seleccionar los mejores pitcheos, y aprovechar ese golpeo de su swing halando la pelota desde su estreno en Progressive Field. Después de una carrera con un alto porcentaje de contactos inexactos, Alonso dejó atrás su 58.20% en la tasa de conectar de foul, para disminuir sus fallos a 52.60%. ¡Eso fue genial! Entre todos los cubanos, él ocupó el 2nd puesto en la tasa de paseos con bolas fuera de la zona de strike (30.6%), detrás de Yandy Díaz (33.9%), su compañero ahora en la tribu. Únicamente contra zurdos, a quienes le bateó .181/.263/.417, las tasas de Alonso se vieron dañadas durante su estancia tanto en Oakland como Seattle en 2017.
Borrar ese hoyo de su swing cuando ataca bolas rompientes de rotación rápida y lenta
Alonso todavía es inconsistente contra pitcheos quebrados, a pesar de que golpeó 28 jonrones. En la distribución se ve fácilmente el problema: 25 jonrones contra fastball (15), sinker (6) y cambio de velocidad (4). Contra bolas rompientes, solo 3 jonrones: (2) bateando curvas y uno contra slider.
Algo sí parece muy alentador: Todos esos pitcheos serán relativamente buenos cuando los lanzadores logren tirarlos en la zona baja, ya sea en strike o no. Y en esos puntos sobre lo bajo, especialmente en la zona vertical central de plato, Alonso fue bastante bueno. Mire usted la zona caliente de todos sus cuadrangulares:
En la revolución actual de los jonrones en la MLB, es posible que Yonder Alonso nos sorprenda con un 2018 donde logre golpear más de 30 pelotas fuera del parque. Su antecesor, Carlos Santana, entró en esa lista en 2016, cuando bateó 34 jonrones, pero impulsó 87 carreras. Así que, el reto será, más allá de batear 30 jonrones, producir carreras para los Indios de Cleveland.
Desde Earl Averill en 1931 (32 HRs y 143 RBIs) hasta Edwin Encarnación (38 HRs, 107 RBIs) y Francisco Lindor (33 HRs, 89 RBIs) en 2017, 54 bateadores de los Indios han conectado 30 jonrones o más en una temporada. Pero de ellos, 44 han conseguido 100 o más empujadas en la misma campaña.
A su vez, deberías saber lo que encontré después de una investigación que hice en los últimos 98 años:
•1920: Larry Gardner, 3 HRs, 118 RBIs
•1921: Larry Gardner, 3 HRs, 120 RBIs
•1923: Joe Sewell, 3 HRs, 109 RBIs
•1924: Joe Sewell, 4 HRs, 106 RBIs
•1926: George Burns, 4 HRs, 114 RBIs
Todos ellos fueron ejemplos de alto nivel de producción, aunque Luke Easter (1951) no está en esa lista, y él resultó el jugador con menos extra bases (44) de todos los que alcanzaron el centenar de empujadas. Eso sí, 27 de ellos fueron home runs.
Golpear la bola fuera del parque es excitante para todos, desde los fans hasta los dueños del negocio, pero eso no es lo más importante. Yonder Alonso tendrá que sacar lo mejor de todo eso.