POR JORGE EBRO
Las injusticias suelen dejar marcas imborrables en la niñez. Lency Delgado experimentó una en carne propia que nunca ha olvidado el resto de su vida y le ha servido para llegar más lejos que otros. Es el impulso del dolor.
Casi estaba seguro de que su nombre sería llamado a la selección nacional cubana de la categoría 11-12 años, ya se soñaba enfundado en el uniforme, cuando lo dejaron fuera sin explicación alguna, por debajo de otros de menor talento. Un golpe así produce una molestia invisible y profunda.
“Al principio me molestó mucho, pero luego me dije que eso me iba a servir para esforzarme más”, comentó el prospecto del béisbol, uno de los mejores de Estados Unidos. “El recuerdo de aquella injusticia me ha servido para no detenerme por nada ni por nadie”.
Y ahora aquel impulso lo tiene muy cerca de iniciar su travesía profesional hacia las Grandes Ligas, pues Delgado -un jugador de campocorto- se ubica entre las plazas 50 y 60 del próximo Draft Amateur, posición que lo proyecta para ser elegido en segunda ronda.
Pero si aquella decepción lo hizo más fuerte, más lejos le llevó la decisión de venir a este país junto a su mamá y su hermano cuando tenía apenas 16 años, a meses de haber integrado la escuadra Sub-15 de Ciudad de La Habana.
Delgado poseía una idea vaga de su talento, pero no imaginaba cuan lejos podría llegar en un sistema de entrenamiento más completo y metódico, como el que desarrollo en la Doral Academy y en sesiones de entrenamiento privadas.
No pasa una semana sin que el prospecto no tome clases de bateo con el profesor Ricardo Sosa, uno de los entrenadores de bateo más respetados del país, donde acuden decenas de jugadores de Grandes Ligas.
“En Cuba las cosas son más relajadas, no existe la disciplina que se requiere aquí, la profesionalidad constante”, agregó Delgado, actualmente con 18 años. “Aquí me he dado cuenta de lo lejos que se puede llegar si uno se aplica al entrenamiento y confía en los técnicos”.
Con 6.3 pies de estatura y 210 libras de peso, su perfil en el sitio especializado en prospectos Perfect Game lo describe como alguien atlético y fuerte, ágil, con movimientos de piernas limpios y un brazo fuerte, avanzado defensivamente.
Mientras que su ofensiva, a la derecha, se destaca por un swing corto, sin necesidad de alto esfuerzo en el inicio, que pudiera alcanzar una cota superior de poder con un mínimo de pulimento.
De las Grandes Ligas admiraba a Derek Jeter, de la pelota cubana a Yuly Gurriel, y ahora su equipo favorito son los Astros, pero pase lo que pase en el Draft está seguro de que en un tiempo no muy largo se le verá en la mejor pelota del mundo.
“No he venido desde tan lejos ni soportado tanto para quedarme al borde mis sueños”, recalcó Delgado. “Allá en Cuba quedaron mi padre y mi abuela, y tanta gente que me apoya. No pienso defraudarlos ni a ellos ni a mí mismo”.