El béisbol cubano continúa dejando huellas dondequiera que se juega. Ahora, lo hace en la preselección del equipo nacional de Estados Unidos que buscará el título mundial Sub-18 este septiembre en Okinawa, Japón. Entre los 88 convocados por USA Baseball destacan tres nombres con sangre cubana que ya comienzan a dar de qué hablar: Yodelkis Quevedo, Jacob Lombard y Joseph Contreras.
Yodelkis Quevedo, nacido en Trinidad, Sancti Spíritus, es uno de los nombres más seguidos por los scouts en el sur de la Florida. A sus 17 años, Baseball America lo ubicó entre los 100 mejores prospectos de High School rumbo al Draft de 2026. Desde que llegó a Estados Unidos, su impacto ha sido inmediato. Juega para Mater Academy en Hialeah Gardens, y con sus 6’3” de estatura y 210 libras, impone presencia en la caja de bateo. Su poder es lo que primero salta a la vista, pero su progreso constante también ha quedado reflejado en los números: en su segundo año dejó un average de .415, con extrabases y solidez defensiva en la antesala.
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Su disciplina y ética de trabajo han sido claves. Entrena con Ricardo Sosa, uno de los instructores de bateo más respetados del sur de Florida, y mantiene su meta clara: firmar como profesional directamente desde High School. Así lo confesó en una entrevista con Pelota Cubana USA hace tres años, donde también mencionó su admiración por Fernando Tatis Jr. y su simpatía por los Padres de San Diego. Hoy, ese sueño se siente más tangible.
Otro nombre con raíces cubanas es el de Jacob Lombard. Hermano del prospecto número uno de los Yankees, George Lombard Jr., e hijo del coach de banca de los Tigres de Detroit, George Lombard, Jacob también lleva sangre cubana por parte de madre. Juega para Gulliver Prep en Miami y acaba de ser nombrado el tercer mejor prospecto para el Draft de 2026. Su juego es limpio, técnico, con fundamentos que hablan de una crianza rodeada de béisbol.
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Torpedero natural, Jacob es uno de los bateadores más disciplinados de su clase. Su swing es corto y eficiente, mantiene la cabeza fija y sabe reconocer los lanzamientos. Aunque ha tenido rachas con más swings fallidos, normalmente se embasa a buen ritmo y ahora muestra un poder emergente que podría convertirse en una herramienta por encima del promedio. A eso se suma su velocidad de élite, su guante firme y su sentido del juego. No necesita hacer jugadas espectaculares para destacar: lo suyo es la consistencia y el control.
El tercer nombre en esta historia es Joseph Contreras. Si el apellido les suena familiar, es porque es hijo del gran José Ariel Contreras, uno de los brazos más imponentes que haya salido de Cuba en su generación. Pero Joseph no quiere vivir a la sombra de su padre, sino abrirse paso por méritos propios. Y lo está logrando.
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Con 6’4” y 195 libras, este derecho de Blessed Trinity Catholic en Georgia acaba de ser incluido en el puesto 65 del ranking nacional de Baseball America. En 2024 alcanzó las 91 MPH, pero este año su recta ya se mueve entre las 92 y 96, con picos de hasta 98. En el PG National Showcase brilló con spin rates impresionantes: 2235 rpm en la recta y 2622 en su slider. También mostró un cambio de velocidad efectivo y una recta que corre con intención. No es solo un pitcher de showcase: durante la temporada escolar tiró un juego perfecto con nueve ponches.
Algunos especialistas mencionan detalles a corregir en su mecánica, pero el potencial está a la vista. Si pule el control y sigue en esa línea ascendente, no sería extraño verlo escalar más puestos en los próximos rankings. Joseph quiere escribir su historia y lo está haciendo con su brazo, no con su apellido.
El talento cubano siempre ha estado presente
Lo que está ocurriendo con estos tres muchachos no es nuevo. Lo vimos antes con Raynel Delgado y Triston Casas. También con entrenadores como Fredi González y ejecutivos como Mike Hill, ambos con vínculos con Cuba. Incluso en niveles mayores, peloteros nacidos en la isla han vestido el uniforme de Estados Unidos en torneos internacionales. El talento cubano ha echado raíces en el sistema estadounidense y, cada año, sigue generando impacto.
Mientras Cuba disputará el Mundial en el Grupo A, Estados Unidos estará en el Grupo B. El roster final del Team USA contará con solo 20 jugadores, y los tres jóvenes de sangre cubana están en carrera para representar a un país que, aunque no los vio nacer a todos, hoy los abraza como propios.
¿Y si en Okinawa el destino cruza a Cuba y a Estados Unidos en una fase decisiva? ¿Y si Quevedo, Lombard o Contreras terminan enfrentando al equipo de la isla? El béisbol tiene esas vueltas. Y lo que no cambia es la presencia constante de la sangre cubana, donde quiera que haya un diamante.

Prospectos del béisbol cubano
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