Por Aliet Arzola
Las Tunas.– «Veníamos por dos y ya vamos por cuatro», se escuchó decir en la cueva de las Avispas santiagueras tras conseguir su cuarta victoria en la 58 Serie Nacional de Béisbol, la cual han comenzado con sendos triunfos en los compromisos particulares frente al campeón y subcampeón del pasado certamen.
Los Alazanes granmenses y los Leñadores tuneros, pese al calor de sus predios, no han podido hacerle frente a la novena indómita, que fusiona la veteranía de Edilse Silva, Maikel Castellanos, Alberto Biset y Danny Betancourt con los bríos juveniles de Ricardo Ramos, Yoelkis Guibert, Sergio Barthelemy, Carlos Font y Norge Carlos Vera.
Precisamente, Barthelemy, uno de los más portentosos talentos del béisbol cubano en la actualidad, asegura que el equipo quiere cambiar algunas cosas esta temporada, ser más estable y buscar liquidar a los rivales sin relajación, algo que los golpeó en la pasada campaña, cuando quedaron a dos juegos de los comodines.
De momento, su arranque es prometedor, no solo por el hecho de vencer a dos de los más duros rivales del Oriente, sino por la imagen que han dejado en dichos duelos. «Hemos salido a divertirnos, creo que podemos crecer con el torneo y brindar un buen espectáculo al pueblo cubano, en particular a los seguidores de Santiago, que son muchos», confirma a Granma el mentor Heriberto Rosales, debutante en series nacionales.
Pese a su corto recorrido en este nivel, el estratega es una personalidad respetada en el dogout, pues condujo a la provincia en los dos títulos de la lid Sub-23, y muchos de sus baluartes en aquellos triunfos ahora son la base de las Avispas.
«Ellos conocen mi carácter y mi forma de dirigir. Saben de la exigencia y el trabajo fuerte que deben realizar, y también saben que lo más importante es la confianza, la unidad, el compañerismo, que funcionemos como una familia. Es cierto que aquí pueden resaltar algunos nombres, pero somos un equipo de 40 en el que todos tienen que estar listos para cumplir con una responsabilidad en determinados momentos », destaca Rosales.
Uno de los puntos que más se trata de potenciar en esta versión de Santiago de Cuba es la construcción de carreras en base a la velocidad, filosofía radicalmente opuesta a la tradición indómita de impactar en el marcador con bateo de largo alcance.
«Estamos frente a un equipo totalmente diferente, con peloteros de mayor velocidad y buen tacto, pero sin el poder de los sluggers que marcaron una época en el béisbol cubano. Los tiempos y el material humano nos han obligado a cambiar, algo que hemos hecho progresivamente, con un fuerte trabajo desde las categorías inferiores, sobre todo la Sub-23.
«Ahora queremos perfeccionar ese juego, ganar en concentración en el plato, correr las bases con inteligencia, y por supuesto, combinar estas armas con la fuerza de Barthelemy, Gelkis Jiménez o Edilse Silva», explica el timonel.
Respecto al pitcheo, aspecto vital en el béisbol moderno, el mentor de las Avispas ratifica que, aunque cuentan con una rotación de abridores definida, no descarta la posibilidad de utilizar a algunos de esos hombres para asegurar una victoria importante.
«Sé que el béisbol moderno está marcado por la especialización de los lanzadores, pero nosotros no contamos con una gran cantera para poner en práctica dicha estrategia con todas las de la ley. De cualquier manera, sí pensamos que en el futuro sea posible.
«En Santiago, por ejemplo, queremos profundizar en nuestras academias para que los muchachos se formen como relevistas y que no afronten ese rol de manera forzada en categorías superiores», precisa Rosales, cuyo cuerpo de serpentineros tendrá una importante inyección dentro de dos semanas, cuando se incorpore al plantel el zurdo Ulfrido García, contratado en Italia.
Al margen de fortalezas y esperanzas, el mentor de las Avispas no está de espaldas a la realidad, sabe que no han hecho demasiado daño a sus contrarios durante la última década, por lo que se vuelve mucho más complejo el reto de regresar a planos estelares para la nueva generación.
«Yo sé que todos los aficionados de Santiago y los miles de seguidores del equipo en todo el país esperan cada año que nos insertemos entre los cuatro o seis grandes de la pelota nacional.
Ahora tenemos un equipo joven, con deseos de ganar, que hasta ahora va haciendo bien las cosas en el terreno, superándose en defensa, con defensa y pitcheo a buena altura.
«Pero todavía es temprano para decir que vamos a clasificar o que vamos a ganar el campeonato. Hay que corregir errores, concentrarnos en fortalecernos. El mensaje que transmito es que estamos trabajando».