Por Joel García León
Muchos lo dijeron antes de empezar: el play off Matanzas-Granma es una final adelantada. Y tras la división de honores en el estadio Victoria de Girón la afirmación cobró vida, aunque al estilo de Pánfilo, personaje humorístico del programa Vivir del Cuento, lo que ocurra desde hoy en Bayamo será otra historia, otra historia…
De lo sucedido en tierra yumurina varios detalles llamaron la atención, que de no corregirse pudieran definir el ganador de esta subserie: el descontrol de los lanzadores granmenses (19 boletos), los nueve errores entre los dos conjuntos (cinco por los visitantes y cuatro por los de casa), la pobre eficiencia de Yurisbel Gracial como tercero en la alineación de los cocodrilos, así como la ausencia del líder jonronero de la campaña, Lázaro Cedeño, en las dos nóminas iniciales de los alazanes.
La diferencia en el primer desafío la marcó Yoanni Yera, con una labor de lujo (10 ponches, un boleto y apenas tres hitspermitidos) en seis capítulos; mientras para la segunda jornada la ofensiva de los actuales campeones hizo recordar a más de uno porqué son los actuales monarcas, lidereados por Roel Santos y Yolexis La Rosa (ambos de 5-4) y Guillermo Avilés, con par de vuelacercas.
En la ciudad de los coches la porfía no apunta a barridas, pero es previsible que los rojos muestren de nuevo una mejor cara desde el box con un trío de lujo: Dachel Duquesne, Yosvani Torres y otra vez Yera; al tiempo que el mentor Carlos Martí pudiera apostar por Alaín Sánchez este lunes, elegir entre Leandro Martínez y Yanier González el abridor del martes y rematar con Lázaro Blanco para el choque del cierre.
Por supuesto, para una serie tan corta y estresante los cambios del line up hay que pensarlos muy bien, sin embargo, los mentores pudieran realizar algunos. Víctor Figueroa quizás suba a Frederich Cepeda al tercer madero de los rojos para aprovechar su experiencia y tampoco es descartable que le busque un hueco a Jefferson Delgado en pos de blindar su ofensiva.
Los anfitriones del Mártires del Barbados verán con agrado si Yoelkis Céspedes finalmente entra a custodiar el jardín derecho tras la recuperación total de su lesión o si por fin Cedeño deja de ser un espectador más en el banco. Nadie como el mentor de más tiempo en nuestras Series Nacionales sabe qué piezas usar en cada momento y lo impracticable que es en béisbol aferrarse a una única fórmula.
La disciplina táctica y el repunte psicológico serán elementos claves en esta semifinal. Por eso aplaudo la decisión del alto mando de Matanzas de no pasar intencionalmente a Alfredo Despaigne cuando no toque por el librito, así como las conexiones de Yordan Manduley para empujar una carrera o adelantar un corredor a la causa de Granma. De eso se habla poco, pero es buen béisbol.
Que sea otra historia… lo que veamos a partir de hoy no quita que este play off debe regresar a la ciudad de los puentes el venidero fin de semana para su punto conclusivo, pues una barrida no está en los cálculos de ninguno de los protagonistas y mucho menos en las aficiones de ambos elencos, que dicho sea de paso, también pueden competir en iniciativas dentro del espectáculo.
Lejos de pedirle al periodista que defina su pronóstico entre cocodrilos o alazanes, lo mejor sería ver menos errores y más concentración, mayor entrega y pocos disgustos por una bola que el árbitro cantó strike, más producción de carreras y menos temores al robo de base y al squeeze play.
No obstante, con total justicia, Matanzas parece más cerca de levantar un título tras 27 años de espera, aunque para eso primero tendrán que estropear el galope de un Granma que ya probó la miel de la corona nacional y quiere repetir la dosis.