Escrito por Kitin Rodríguez Girado
Me sorprende en mi móvil una llamada del reconocido narrador-comentarista deportivo cubano Modesto Fabián Agüero Yabor, simplemente para los cubanos, Modesto Agüero, invitándome a visitar su domicilio temporal aquí en España.
Respondo afirmativamente entusiasmado y quedamos para el sábado 29 de Septiembre. Me voy pues con mi esposa Diana y la pequeña Elizabeth al esperado encuentro.
Aguarda Modesto por nosotros frente al edificio y al pasar el umbral de su apartamento, exquisitamente decorado por “Cusy”, su entrañable compañera de vida, nos envuelve la romántica melodía “Estás tan linda”, del cantautor brasileño Roberto Carlos. Es el preámbulo de lo que será sin dudas una tarde de sábado inolvidable, al menos, para este servidor.
Agüero no oculta su emoción cuando conoció la noticia de que, estando ya en España, se le otorga el merecidísimo Premio Nacional de Periodismo Deportivo “Obra de la Vida”, hecho que lo sorprende pero que agradece ilimitadamente.
La evidencia cuelga de la pared que conduce a su habitación, donde también guarda con recelo, recuerdos imborrables. Le ofrezco disculpas por, estar ya jubilado, solicitarle la oportunidad de que me conceda una entrevista. Espero tímidamente una negativa, pero caramba, su rostro jovial y afable, dándome confianza, me hace cómplice de iniciar, un poco más cerca, una relación de amistad soñada por mucho tiempo. Sobre su decisión de retiro, me comenta:
“Yo quise siempre retirarme en buenas condiciones, es decir, dejar a la gente con deseos de seguirte escuchando, de seguirte viendo. Sé que muchos se preguntaron cuando conocieron de la decisión: Pero y ¿Por qué se retira, si se mantiene bien?
Ya entonces venía pensando en retirarme con un evento de envergadura y escogí el Clásico Mundial. Además la jubilación es una etapa de la vida que también se disfruta mucho. La gente piensa que la jubilación es ponerte una jabita en la mano para ir a buscar los mandados a la bodega y demás y no es así, es decir, que llegar a ella en buenas condiciones es disfrutarla de verdad”.
Sabemos todos que eres camagüeyano….
“Así es, nací en Camagüey pero desde que yo era bien pequeño, mi papá se fue a trabajar para Santiago de Cuba porque él laboraba en un aserradero y entonces desde esa edad nos fuimos para Santiago. Viví varios años allí y después nos regresamos”.
¿Veías algo en las personas que se dedican a nuestra profesión que te hizo inclinar por ella?
“Siempre me gustó la narración deportiva. He dicho en otras ocasiones que narraba con una lata. Cuando pasaba por un placer y veía un juego de pelota ahí mismo me ponía a describir lo que estaba pasando y la gente me gritaba; ¡cállate loco¡ y cuando estaba estudiando la carrera de técnico agrónomo especialista en caña de azúcar, narraba en la litera y no dejaba dormir a mis compañeros y se mortificaban mucho; te digo, lo llevaba en la sangre y un día dije: me voy a presentar en la emisora de Camagüey y lo hice ante Raúl Noriega, el subdirector informativo de Cadena Agramonte. Le dije que yo quería ser narrador deportivo, se rió, me preguntó si yo había pasado algún curso de locución, le dije que no pero acto seguido le sugerí; mire, lleven una grabadora para el estadio esta noche, yo le narro un ining del juego o dos; si sirvo me quedo y si no me voy. Lo hice a sabiendas de que había una plaza. Llevaron la grabadora, me hicieron una prueba y me aceptaron. Así comencé. Era el año 1973”
Tus últimos años, luego de la desaparición física del inolvidable Eddy Martin, fueron básicamente narrando béisbol, pero te recuerdo describiendo con mucha eficiencia el boxeo y el voleibol. ¿Son dos de tus deportes preferidos?
“Muchos conocen que los narradores de provincia se les hace difícil narrar otra cosa que no sea béisbol, es decir, para narrar otros deportes tiene que ser la final de un campeonato nacional que se desarrolle allí y entonces en Camagüey siempre era el béisbol y algún evento de boxeo que aconteciera. Me gustaron mucho esos dos deportes y cuando llego a La Habana comienzo a relacionarme con el voleibol junto a uno de los más grandes narradores que yo he conocido; René Navarro”.
Cuando se llega al nivel que tu alcanzaste, es decir, convertirte en narrador-comentarista deportivo de los medios nacionales; ¿logra uno, aunque lo lleve en la sangre, despojarse de la parcialidad que pueda sentir por un equipo determinado?
“Todos los narradores deportivos simpatizan con un equipo y el que te diga que no, te está mintiendo. Demostrarlo o no es otra cosa y yo siempre he simpatizado con el equipo de Camagüey aunque como ahora, estamos en los últimos lugares. Pero cuando llegué a La Habana me dije; Camagüey se me tiene que quitar de la mente y aprovecho que me haces esa pregunta para decirte que algo bien erróneo es pensar que todos los narradores de la Habana que lo hacen en un medio nacional, le van a Industriales. No es así. Puede haber alguno que sí, pero yo mismo, viviendo y trabajando en La Habana, nunca tuve preferencia por los azules”.
Modesto, lamentablemente se decidió en un momento determinado que los narradores de provincia no viajaran más con sus equipos cuando salían como visitadores y desde hace un buen tiempo, en esta condición, los aficionados tienen que contentarse con la descripción ajena, despojada muchas veces, de la ética requerida.
¿Qué opinión te merece esto?
“Yo creo que por muchas limitaciones económicas que existan, nunca debió llegarse a esa decisión. La afición de un equipo quiere escuchar a sus narradores y no me parece que estemos hablando de miles y miles de pesos por el hecho de que nuevamente, se pueda pensar en esta posibilidad”.
¿Por qué llegas a España después del retiro?
“Bueno porque tenemos, mi esposa y yo dos hijas aquí, y decidimos venir a vivir un tiempo, seguiremos viviendo otro tiempo en Cuba, y así nos vamos a ir alternando. Tengo otra hija en Miami, Estados Unidos, con una nieta preciosa y el varón que también nos ha regalado otro lindo nieto y viven allá en Ranchuelos, Villa Clara”.
¿Conocer a Eddy Martin, a Héctor Rodríguez que te aportó en lo personal?
“Mira, de los tres deportes que yo narré fundamentalmente, Héctor Rodríguez en el béisbol, Rolando Crespo en el boxeo, y René Navarro en el voleibol, fueron mis grandes parejas y yo por supuesto, tengo mi evaluación. El más brillante de los narradores que yo he escuchado es Boby Salamanca, el más profesional Eddy Martin y la mejor voz Héctor Rodríguez”.
Difícil el momento de estar presente en el sepelio de Héctor Rodríguez…
“Lo sentí mucho mucho. Lo tuve como una excelente pareja en la narración del béisbol y sin que me quede nada por dentro te digo que fue hombre y amigo”.
Con que agrado Modesto, vi hace unos días, cuando estabas en Canarias, una foto que te tomaste junto a un gran púgil pinareño Juan Carlos Lemus. ¿Cómo te ha llegado en lo personal el reencuentro con este y otros atletas cubanos?
“Cómo no, tremendo encuentro. Primero cuando llegué a Canarias me dijeron aquí está Juan Carlos Lemus y yo respondí enseguida; pues yo quiero verlo. Nos comunicamos por teléfono y vino a mi encuentro.
Para mí fue una alegría tremenda porque yo narré la pelea final de Lemus cuando los Juegos Olímpicos de Barcelona y alcanzó el oro frente a su rival holandés y verlo de nuevo, comprobar lo bien que se mantiene físicamente, fue para mí tremendo orgullo”.
Has visitado muchos países en función de la cobertura de disímiles eventos internacionales, pero ahora, después de tu jubilación y tener una estancia más prolongada en España. ¿Qué comparación haces al conocer otra cultura con la de nuestro país?
“Que puedo decirte, primeramente conocer otro tipo de personas, extrañar la gente nuestra, el salir para la calle y que nadie te conozca, de salir en Cuba donde todo el mundo te habla de pelota. He tratado de seguir las transmisiones del béisbol cubano y lo he logrado porque aquí se puede así como las transmisiones del boxeo por Youtube. Es algo que necesito después de haber dedicado 44 años a una profesión como esta”.
Me ha sorprendido en esta visita y en uno de los videos que me has mostrado, el hecho de verte cantar. ¿Alguna de tus vocaciones escondidas?
(Risas)… “Bueno primero cantaba en la ducha, después me atreví a hacerlo en un círculo un poco más íntimo y después fui más osado cuando compartí con ese gran intérprete cubano que responde al nombre de Héctor Téllez, en Musicalia, un lugar que teníamos nosotros en Playa, rinconcito muy acogedor, muy familiar y nada, me atreví a subirme en el escenario y cantar con Héctor y pasar el rato libre de esa manera. Otro con quien he compartido antológicas piezas musicales es con José (Pepe) Valladares a quien de igual le tengo una gran estima”.
¿Cusy para Modesto?
“La gran mujer que uno necesita a su lado para poder triunfar en la profesión escogida y sobre todo en una muy difícil como esta. A Cusy le debo pues, gran parte de los éxitos que yo he alcanzado en mi carrera deportiva. He tenido mucha suerte en encontrar a una compañera de tantos valores como ella”.
Nos marchamos en verdad, muy complacidos de esta gran oportunidad que la vida nos dio. Queda sellado, tras este encuentro, el inicio de una fraternal relación de amistad, amén de haberle conocido de años mientras dediqué 28 de mi vida al bello oficio de narrar y comentar deportes en Pinar del Río.