En Torreón, Coahuila, la historia encontró el lugar que merecía. El Club Unión Laguna retiró oficialmente el número 25 que alguna vez vistió Martín Dihigo, el pelotero cubano que redefinió la palabra “versatilidad” en el béisbol. A partir de ahora, ese número no volverá a ser usado. Será símbolo de eternidad.
La ceremonia tuvo un momento especialmente emotivo: la primera bola fue lanzada por Gilberto Dihigo, periodista, hijo del legendario jugador y presidente de la Fundación Martín Dihigo. “Fue un momento muy especial. Este proyecto era una de nuestras mayores aspiraciones desde que fundamos la organización”, le dijo al Nuevo Herald.
Pero el acto no terminó con el retiro del número. El club también colocó una estrella con el nombre de Dihigo en el paseo principal de su tienda oficial y anunció que, próximamente, se erigirá una estatua en su honor. Un gesto de profundo respeto, encabezado por el licenciado Guillermo Murra, dueño del equipo.

“Nos emociona profundamente ver cómo en México se honra la memoria de mi padre con tanto respeto y cariño”, expresó Gilberto Dihigo. “Estamos alineados. Ellos, como nosotros, quieren que las nuevas generaciones conozcan y valoren a las figuras del pasado”.
La grandeza de Martín Dihigo
Y no hay muchas figuras tan grandes como la de Martín Dihigo. Conocido como “El Inmortal”, no fue simplemente un pelotero: fue todos a la vez. Brilló en cada rincón del diamante, ya fuera con el guante, con el bate o desde la lomita. Fue dos veces All-Star en las Ligas Negras (1935 y 1945), campeón bate de la Eastern Colored League (1926), cuatro veces Jugador Más Valioso en la Liga Cubana (1927/28, 1935/36, 1936/37 y 1941/42), ganó 107 juegos como lanzador y completó 121 partidos. En la Liga Mexicana, dejó un porcentaje de victorias de .676, cifra que todavía impone respeto.
Su legado está cimentado en piedra y en placas: es miembro del Salón de la Fama del Béisbol Cubano (1951), del de México (1964), de Cooperstown (1977), del Salón de la Fama de República Dominicana y del Latinoamericano
Ahora, también tendrá su estatua en Torreón. Porque hay números que se retiran y nombres que se inmortalizan. Y Dihigo, sin duda, pertenece a esa liga donde el tiempo no borra