Por Raúl Hernández Lima
Anglada dirigió su tropa hasta las orillas del Yumurí más con la dignidad de no entregar las armas hasta el final que con la tranquilidad de la utilidad de la victoria. No dispuesto a ceder le entregó la bola al pinareño Vladimir Baños, acaso el responsable de que los azules discutan esta fase en lugar de los de su tierra natal, y lo enfrentó a un imponente Yera presto a defender su patio.
Un patinazo del zurdo bastó para resolver el acertijo de las combinaciones numéricas. Los astros se alinearon para los Industriasles y para Cepeda. Yera boleó a Calderón y soportó indiscutible de Peñalver para servir ante el mago Frederich quien repitió el truco de desaparecerla.
Los de casa a la riposta amenazaron pero el ining sólo les alcanzó para descontar una frente a Baños que no dio más libertades hasta el séptimo donde entregó el Box a Pedro Álvarez, no sin antes repartir seis ceros consecutivos. Lo demás sólo sirve para la anécdota.
Las tres del noveno del conjunto de la capital sólo adornaron el 6-1 de un partido convertido en trámite varias entradas atrás. Nunca fue tan tedioso sacar 27 outs, sobre todo cuando las miradas se fueron del partido para aterrizar en el oriente donde los tuneros se ponían a tiro con blanqueada a dos manos entre Yadián Martínez y Frank Madan.
Entretanto los elefantes desesperados en el fondo de la tabla servían de escuderos a los habaneros y le echaron un cable venciendo a unos indómitos que no encuentran la forma que los mantuvo en la cima de la clasificación durante gran parte del torneo. Los sureños espantaron a las avispas por la mínima 3-2 con César Prieto vestido de largo y Rudens Sánchez como contrapartida botándola de igual forma.
El panorama de la clasificación se cierra de manera que mientras los toros se alejan, los Capitalinos y los sureños asedian la tercera y cuarta plazas cuando leñadores y avispas se tambalean. Once partidos nos separan del desenlace de la porfía. Para entonces ya veremos.