Por Norland Rosendo
En las últimas temporadas han tenido tres epítetos: Naranjas, Leopardos y Azucareros. De los tres, si me hubiese tocado decidir, escogería el segundo, por historia (fue un gran equipo de Santa Clara) y por las garras de ese animal. Porque el tercero es como un «despojo» a dos provincias vecinas que mucho aportaron a las novenas del centro del país con ese nombre.
Pero ese no es el tema de hoy, solo una pincelada sobre el valor de la identidad en la pelota. Villa Clara, luego de dos años sin moler en la segunda fase de la Serie Nacional, logró que el «ingenio» pitara el pasado martes en la reanudación del campeonato. De los cuatro grandes, o mejor, de los cuatro históricos, es el único que puede aspirar al título. Aunque por sus venas corre pelota pinareña e industrialista y casi, casi santiaguera también.
La selección de refuerzos del mentor Vladimir Hernández no ha sido de las más elogiadas. Más de uno se quedó con el bate al hombro en la sala José White, de Matanzas, ante la combinación de «jugadas» del timonel de los anaranjados.
Tras los dos primeros partidos frente a la selección de Granma, la razón se ha aliado con los críticos. En especial, con los que le reprochan a Vladimir no haberle echado el guante a un lanzador que pudiera sostener la ventaja de los abridores.
En diálogo con JR, el mentor de los Naranjas defendió sus puntos de vista.
—Sorprendió con algunas adquisiciones. ¿Se lleva lo que traía en mente?
—Escogí atletas que en verdad le hacen falta al equipo. Yosvany Torres hará una dupla excepcional con Freddy Asiel y Malleta será el cuarto bate, nos ayudará mucho alentando a los jugadores del cuadro y a los pitchers. Como tercera opción pensaba en Michael González, me llegó y lo pedí. Yaifredo Domínguez es un buen lanzador y Reinier León tiene experiencia en juegos de play off, será el primer bate.
—Se especulaba sobre la posibilidad de que pediría a Edilse Silva, un hombre que juega la inicial y los jardines y que ya fue campeón con Villa Clara…
—A Silva lo teníamos entre las probabilidades. Él llamó a la provincia y nos dijo que quería jugar con nosotros. Si nos hubiera llegado, lo hubiese solicitado, pero lo último que yo quería era un jardinero y Ciego de Ávila se lo llevó antes.
—¿Y por qué no el isleño Leonardo Urgellés?
—Ese muchacho de la Isla lució muy bien, tiene mucho futuro. Ante la imposibilidad de Carlos Tabares, nos debatíamos entre él y Reinier León, pero te repito, en estos momentos lo que necesito son peloteros con experiencia.
—Con Yosvany Torres tiene una pareja de abridores que para muchos es el uno-dos de la pelota cubana, sin embargo, durante la primera etapa el equipo sufrió sobremanera con los relevos y ahora no se decantó por un cerrador que acompañe a Yasmani Hernández Rojas. ¿No le preocupa eso?
—Sí me preocupa, yo quería a Miguel Lahera para esa función, pero Granma lo escogió primero. Ahora incorporamos al juvenil Pablo Guillén para utilizarlo como cerrador y también está Eduardo León, un muchacho sin experiencia, pero al que hay que darle confianza; espero que esos jóvenes nos ayuden.
—La ofensiva se comportó mejor que en otros años.
—Así mismo, se destacaron Norel González, Raúl Reyes, Yeniet Pérez, Yulexis La Rosa, Yurién Vizcaíno. Pero necesitamos fabricar más carreras, por eso me incliné por tres bateadores.
—Usted dijo que su propósito era avanzar a la segunda etapa, ¿satisfecho?
—No, eso fue al empezar el campeonato. Ahora vamos por la postemporada