Por Jorge Morejon
CIUDAD DE PANAMÁ – El lanzador derecho cubano Lázaro Blanco le ha hecho honor a su apellido.
En 12 entradas de actuación en la Serie del Caribe del 2019 ha dejado en blanco a sus rivales y ha sido, por mucho, el serpentinero más destacado de todo el torneo.
Ante Cardenales de Lara, tiró cinco entradas sin carreras y llevó a su equipo a la final del domingo.
Blanco trabajó siete episodios ante los Charros de Jalisco en la primera presentación de los Leñadores de las Tunas, el martes pasado, para llevarse el triunfo con pizarra final de 3-1.
Y en juego de vida o muerte ante los Cardenales de Lara, tiró cinco entradas sin permitir carreras, para llevar a su equipo a la final del domingo.
“El equipo me pidió cinco innings porque solamente tenía tres días de descanso. Ya había pasado de los 100 lanzamientos, pero estoy satisfecho porque hice mi trabajo y el equipo está en la final”, manifestó el serpentinero tras concluir el encuentro en el que los cubanos se impusieron por blanqueada de 3-0.
Con esta actuación, Blanco ya reúne los méritos para ser considerado para el Salón de la Fama de la Serie del Caribe, con actuaciones consistentes en al menos tres torneos.
En total, el serpentinero cubano ha tenido seis aperturas en Series del Caribe (2017, 2018 y 2019), con cuatro victorias y una derrota.
Acumula entre las tres 37 entradas de trabajo con apenas cinco carreras limpias permitidas, para una efectividad de 1.22.
Perfectamente, cuando sea elegible, podría ser el primer representante de su país en ser exaltado al Salón de la Fama del Beisbol del Caribe desde el regreso de Cuba a estos certámenes en el 2014. Gracias a Blanco, Cuba llega por segunda vez desde entonces a una final de la Serie.
La anterior fue en el 2015, cuando los Vegueros de Pinar del Río se coronaron al vencer en el choque decisivo a los Tomateros de Culiacán.
Asimismo, los cubanos tienen posibilidades de mantener intacta su “cábala panameña”.
En las tres ocasiones anteriores que este evento se realizó en Panamá, durante la primera etapa (1952, 1956 y 1960), el ganador siempre fue un equipo de la Mayor de Las Antillas.
En 1952 se impusieron los Leones de La Habana y en 1956 y 1960 los Elefantes de Cienfuegos, equipos de la desaparecida liga profesional cubana.
(Tomado de ESPN Deportes)