POR JORGE EBRO
Julio Pablo Martínez perdió la cuenta de las veces que le propusieron escapar de Cuba. Pero algo adentro le decía que todavía no era el momento. Ese llegaría tiempo después en Canadá, acompañado de una gran decepción: la de no haber ido al Clásico Mundial.
Mientras vestía en noviembre el uniforme de las Águilas de Trois-Rivieres, de la Liga Independiente Can-Am, el chico decidió que era la hora de romper con la pelota cubana y buscar un nuevo horizonte para su talento.
«Es una decisión difícil, pero creo que ha sido lo mejor para mi futuro y mi familia», comentó Martínez desde la República Dominicana. «Estoy seguro de que alcanzaré las Grandes Ligas, porque las ganas me sobran. No puedo permitirme fallar».
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En la Can-Am promedió para .298 con siete cuadrangulares y 21 remolcadas, cosechando elogios de todas partes, afianzando la confianza de contar con las herramientas para triunfar en el mejor béisbol del planeta.
Pero nada de esto hubiera sucedido si en Cuba no sufriera el dolor de verse fuera de la selección nacional que acudió al IV Clásico Mundial, a pesar del clamor de los aficionados y algún sector de la prensa.
«Eso fue como una espina que me afectó mucho, porque creía haber hecho lo suficiente para ser parte de ese equipo», reveló Martínez, quien despertó el interés de los scouts desde sus días de estrella juvenil. «Uno trabaja fuerte para ganar algo en su carrera. Sentí que se había cometido una injusticia conmigo».
Durante su última Serie Nacional, el jardinero de Ciego de Guantánamo finalizó con una línea ofensiva de .333/.469/.498, con seis cuadrangulares y 24 bases robadas, además de recibir 52 bases por bolas. En cinco temporadas bateó para .293 con 23 vuelacercas y 105 remolcadas, junto con un OPS de .823.
Muy próximo a recibir la agencia libre, Martínez espera mostrar el 8 de diciembre su talento delante de los evaluadores de Grandes Ligas en el terreno de la Fuerza Aérea cercano a Santo Domingo.
«Me estoy preparando fuerte para este día que puede significar mucho en lo adelante», afirmó Martínez. «He establecido una rutina de entrenamiento y con la ayuda de mis preparadores todo saldrá bien».
Por sus 21 años de edad y sus cinco Series Nacionales, Martínez sería un agente libre sujeto a las restricciones del nuevo convenio salarial, que impone una cantidad fija a gastar para cada club en el mercado internacional.
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A diferencia de épocas anteriores, cuando los equipos estaban dispuestos a pagar una penalidad -un ejemplo el caso de Yoan Moncada y sus $31.2 millones- por excederse del límite, ahora no deben sobrepasar una cifra fijada en algo más de $5 millones.
En cualquier caso y por el monto que sea su bono, Martínez estaría en condiciones de iniciar su recorrido por el circuito superior de la pelota profesional a una temprana edad para buscar un contrato jugoso más adelante.
Un reporte de la publicación especializada Baseball América apuntaba que Martínez era un «excelente corredor que jugaba un jardín central vistoso, con buena velocidad en el swing, aunque este era un poco largo».
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La revista indicaba que poseía condiciones para mejorar mecánicamente y generar un poder superior, pero por el momento se le veía como un pelotero para la parte trasera de una alineación y un sólido center field.
«Mis equipos favoritos son los Cachorros y los Gigantes, pero estoy listo para ayudar al equipo que quiera mis servicios», recalcó Martínez. «No me quejo de nada. El clima de Dominicana es muy parecido al de Cuba. Solo extraño mi familia, mi gente, pero por ellos estoy aquí, decidido a triunfar».