Por: Islalocal
A Germán Mesa sus manos maravillosas, su agilidad felina, su sentido exacto de la colocación, su desplazamiento hacia todos los ángulos y su brazo potente y tiros certeros a las bases.
A Germán Mesa sus manos maravillosas, su agilidad felina, su sentido exacto de la colocación, su desplazamiento hacia todos los ángulos y su brazo potente y tiros certeros a las bases con los que convertía aparentes hits en outs, le hicieron ganarse los sobrenombres de “El Mago” y el “Imán”.
Germán Mesa nació el 12 de mayo de 1967 en Cuatro Caminos, municipio Cotorro, en la ciudad de La Habana.
La llegada de Germán al escenario de las Series Nacionales le dio continuidad a una larga tradición de excelentes torpederos cubanos.
Mesa se inició con el equipo Metropolitanos en la temporada de 1986-87 y luego pasó a los Industriales, novena con la que finalizó su carrera en el 2002. También militó con Ciudad de La Habana y Habana en las llamadas Series Selectivas.
Con estos equipos capitalinos estableció con el camarero Juan Padilla, la mejor combinación de torpedero y segunda en los últimos 57 años en Series Nacionales.
Tuvo problemas con el bateo en sus inicios, pero comenzó a mejorar hasta ser uno de los hombres más oportunos con otros en posición de anotar.
Fue un buen robador de bases, siendo tres veces líder (1988-89-91) y el séptimo de por vida en Series Nacionales con 335.
Muchos aficionados y periodistas lo han comparado con el más grande torpedero defensivo de todos los tiempos en Grandes Ligas, Ozzie Smith. Por tener ambos habilidades similares y también por pura coincidencia, tanto a Mesa como a Smith les llamaron “El Mago”.
Terminó su carrera en Series Nacionales con un buen promedio de .285 en 4,344 turnos al plato, anotó 883 carreras, pegó 1,239 imparables, 195 dobles, 33 triples, 112 jonrones, impulsó 526 carreras y estafó 335 bases.
Mesa actuó en tres Series Mundiales, dos Juegos Olímpicos, tres Copas Intercontinentales, dos Juegos Centroamericanos y tres Juegos Deportivos Panamericanos.
Su average en eventos internacionales fue de .346, al pegar 106 imparables en 306 turnos al bate.
Entre los momentos más recordados a nivel internacional, están el famoso fildeo que realizó en los Juegos Panamericanos celebrados entre el 2 y el 18 de agosto de 1991 en La Habana, en conexión del receptor norteamericano Charles Johnson que evitó la victoria de Estados Unidos en el desafío semifinal, así como el imparable decisivo que le dio el título mundial a Cuba en el 2001, en Taipei.
En octubre de 1996, Mesa fue sancionado por las autoridades deportivas de la isla por alegaciones de aceptar dinero y una propuesta del agente deportivo de Estados Unidos Juan Ignacio Hernández Nodal. Por este supuesto delito también fueron sancionados el lanzador Orlando “El Duque” Hernández y el receptor Alberto Hernández.
Después de una breve ausencia, a Mesa se le permitió regresar al diamante para seguir regalando sus recitales defensivos.
Millones de aficionados en Cuba y en Estados Unidos se quedaron con los deseos de ver jugar en Grandes Ligas a este maravilloso torpedero. De haber dado el paso en plena juventud, hubiera jugado en las Mayores… Y no solo jugar, por su calidad podía haberse convertido en uno de los mejores torpederos de la Gran Carpa.
Las jugadas de Germán Mesa estarán grabadas eternamente como una de las grandes maravillas en la historia del béisbol cubano.