Por Esteban Romero
“Mi oficio es jugar a la pelota, y mi deber es batear (…) si la pasan por encima de home, yo la bateo”. Alejandro Oms
Hablar sobre Alejandro Oms es obligado en el tema del béisbol. No le vi jugar, pero tuve la suerte de tener parientes y vecinos que si le vieron. Costumbre africana, no hay escritos de muchas cosas, no existía ni alfabeto, pero lo sucedido se trasmite de generación en generación. Y aquí ese es el caso. Como me lo trasmitieron, es deber trasmitirlo a otros aficionados al béisbol.
Quien más me habló de Oms fue un vecino que me hizo conocer los nombres de Oscar Charleston, Henry Lloyd o de Papa Cool Bell. Era un cubano, que en los años 20 trabajaba como técnico en la compañía telefónica y viajaba a varios países de América del Sur a dar sus servicios en esta materia. Pues ese vecino me decía que no sabía si Oms o Charleston era el mejor jardinero central que haya visto jugar en la profesional cubana. Hoy en día me llama la atención que no me haya dicho mucho sobre Cristóbal Torriente, que fue, sin lugar a dudas, el mejor jardinero cubano en esa época. Quizá le pasó a él con Oms lo mismo que a este autor con Cachirulo Díaz, muy impresionado con el fildeo de este jardinero, siempre lo tengo entre lo mejor que haya visto jugar en el jardín central.
Volviendo con Oms y Charleston, a ambos el vecino se refería como linces en las bases, excelentes bateadores y fildeadores de los buenos y sin mucho aspaviento. El batazo salía y ya cualquiera de ellos se movía en la dirección justa para llegarle a esas conexiones. Es cierto que los expertos siempre dijeron que Oms era pelotero de cuatro herramientas, ya su fuerza en el brazo no era nada grande. El amigo sí me hablaba de una condición no muy usual en los peloteros de entonces y de ahora, la caballerosidad de Oms en el terreno, incapaz de protestar un conteo o de hacerle alguna mala acción al árbitro o a pelotero rival.
Francisco Alejandro Oms Cosme nació el 13 de marzo de 1895 en Santa Clara, aunque algunas fuentes citan que el pilongo había nacido en igual fecha de 1896. Nació y se crió en el seno de una familia negra pobre, de tres hermanos, cuyo padre, Ricardo Oms, era herrero de profesión. El niño Alejandro, como todo cubano, debe haber jugado pelota de manigua, taco y probablemente cuatro esquinas. Sus hermanos fueron también peloteros. Tito era receptor y Eleuterio jugaba la tercera base. Los tres llegaron a jugar en un equipo llamado Tosca. Alejandro llegó a medir 175 cm y comenzó a jugar con equipos de nombres raros, Chicago y Boston. Lo más probable en que ya en ese momento haya sabido que su juego era en los jardines, sobre todo el central. Sus siguientes conjuntos fueron el Pastora y Dobarganes. Así se mantuvo hasta 1922 cuando debutó en la liga cubana de béisbol vistiendo el uniforme de los leopardos de Santa Clara. Oms era zurdo y jugó desde entonces la pradera central.
Aquel equipo venía dirigido por Agustín Molina, cubano-americano, nacido en Cayo Hueso en 1873, el que jugó la inicial y la receptoría en equipos cubanos y en las ligas negro. El Santa Clara estaba plagado de figuras destacadas cubanas y afro-estadounidenses, entre ellos Julio Rojo, Eustaquio Pedroso, Matías Ríos, Frank Warfield, Oliver Marcelle, Dave Brown y Bill Holland, pero lo mejor de todo fue que Oms llegó a integrar el mejor trío de jardineros que se haya visto en aquella época: el mismísimo Charleston y el cubano Pablo “Champion” Mesa. Aquel conjunto quedó en el sótano y se retiró tempranamente de este torneo. Debutaba el Marianao y vencía bajo la guía del bigleaguer cubano Baldomero Acosta. En el momento del retiro del Santa Clara, Oscar Charleston bateaba para promedio de .446 y Oms para .436. Esta temporada tuvo el honor de haber visto el debut de Oms pero también del más grande de todos los tiempos, Martín Dihigo, en el equipo Habana.
Otra cosa sucedió en la temporada de 1922-23, los leopardos vinieron para ganar, cuya nómina tuvo algunos peloteros de calidad añadidos. Al trío de Oms-Charleston-Mesa se integraba Esteban “Mayarí” Montalvo, hombre de fuerza al bate; en la receptoría estaba también el experimentado Frank Duncan, mientras que el campo corto era defendido por Walter “Dobie” Moore y la inicial por Oscar Johnson. El staff de pitcheo recibía a los cubanos Pedro Dibut y José de la Caridad Méndez, y a Rube Currie. Fue una temporada en la que Oscar Charleston se destacó como líder en anotadas (59), bases robadas (31), slugging calculado por el autor (.537) y promedio ofensivo de .375. El líder de bateo fue Oliver Marcelle (.393) seguido muy de cerca por el torpedero Dobie Moore (.386) y el mismo Oms (.381), quien entre sus 53 hits en 139 veces al bate logró 13 extrabases (7 dobles, 4 triples y par de jonrones).
En 1924 se escenificó el torneo Gran Premio, iniciado tres días después de terminado el anterior, en el cual los leopardos se llevaron el triunfo por un pelito. Fueron 25 juegos, Oms bateó para .290, mientras que Charleston (.375) y Cristóbal Torriente (.377) discutían el título de bateo.
En 1924-25 los leopardos vinieron con algunas de las figuras conocidas, excepto Charleston. En esta temporada Oms se coronó campeón de bateo con promedio de .393, aventajando al cienfueguero Cristóbal Torriente (.390) del Habana. Entre los 57 incogibles de Oms, se incluyen 13 dobles, 4 triples y 1 jonrón. No obstante, su equipo se vio tan mal que su dueño, Abel Linares, debido a la poca asistencia de la afición al Boulanger de Santa Clara, decidió llevarlo a Matanzas. Al final este híbrido de Santa Clara/Matanzas superó al Marianao, ocupante del sótano.
En 1925-26 no hubo leopardos en la temporada, de esta forma Oms pasó a jugar con el San José junto con su compañero Pablo Mesa, conjunto ocupante del sótano, Oms bateó para .324, incluido 7 dobles y 2 triples. El líder de bateo fue Jud Wilson con .430. En la catastrófica temporada de 1926-27 Oms jugó poco con el llamado Cuba, así y todo promedió para .500 (de 18-9). En 1927-28 integró el campeón Habana, con el que bateó para .324. Jud Wilson volvió a repetir el campeonato de bateo con promedio de .424. Los logros de Oms aumentaron en la de 1928-29, jugó con el campeón Habana, estuvo 30 juegos consecutivos bateando de hit, en uno de esos juegos conectó 6 indiscutibles, ambos records en la profesional cubana, y promedió .432, igualmente record. Oms fue líder en esa temporada en hits (76) y dobles (18). El villaclareño no se detuvo en la temporada de 1929-30, integró nuevamente el Santa Clara y volvió a llevarse el título de bateo (.380). Su equipo con Molina de timonel perdió el campeonato con el Cienfuegos dirigido por Pelayo Chacón.
En 1930 la situación política del país con el machadato hacía casi imposible la realización de torneos largos. Primero hubo uno de cuatro juegos, que ganó el Almendares. Oms jugó con los leopardos y bateó para .286, luego vino otro campeonato corto, donde el llamado Almendarista se coronó campeón. Oms jugó para el Habana e increíblemente bateó por debajo de los .200. Cualquiera tiene un desliz, pero Oms, con el Habana, lo arregló todo en la temporada de 1931-32 cuando quedó de líder en anotadas (28), en hits (44), jonrones (3), bases robadas (14), con promedio ofensivo de .389 superado por Ramón Couto (.400) del Almendares.
En la campaña de 1932-33 la situación era difícil en extremo en el país, por lo que fue una temporada sin epílogo real, no hubo serie extra. Habana y Almendares terminaron abrazados, ambos distantes del sótano ocupado por el Marianao. Oms integró el Habana, donde bateó para .368. Miguel Ángel González, receptor y manager de su equipo, se coronó entonces campeón de bateo con .432. En 1934-35 Oms estuvo ausente, pero en 1935-36 volvió con sus adorados leopardos y bateó .311, incluido 10 dobles, 3 triples y par de jonrones. Su equipo arrasó y terminó a 6 de ventaja del Almendares. En la temporada de 1936-37 nuevamente Oms estuvo ausente, pero no así en la de 1937-38 cuando los leopardos volvieron a coronarse campeones. Fue una temporada con dos héroes afro-estadounidenses, Sam Bankhead al bate y Raymond “Jabao” Brown en el pitcheo, ambos con el Santa Clara. Oms no se quedó atrás, bateó .315, incluido 2 dobles y 2 jonrones. La siguiente campaña fue triunfo nuevamente para los leopardos, donde extrañamente Oms no apareció.
En la de 1939-40, el villareño jugó para el campeón Almendares, pero con escaso promedio de bateo (.228), con solo dos extravases/dobles. En la temporada siguiente (1940-41) compartió faenas con el Almendares y el campeón Habana, donde su promedio ofensivo fue de .235. Realmente el gran pelotero cubano estaba en el ocaso de su vida en la profesional cubana.
La despedida de Oms en esta liga tuvo lugar en el inicio de la temporada de 1945-46. La idea fue de su amigo Adolfo Luque, quien lo trajo a la nómina del equipo. Por un lado, la incorporación ayudaría a Oms a mejorar algo su vida ya precaria, por otro era como rendir homenaje a un hombre que deleitó a toda la afición cubana con sus fildeos, batazos, corrido de bases, jugando la pelota con el debido decoro y empeño. El 12 de octubre de 1946, en el estadio de la Tropical, Oms se enfrentó a los envíos del conocido Pedro “Natilla” Jiménez, al que le trabajó una base. Al siguiente día le tocó batear frente al zurdo Agapito Mayor del Almendares, el que no tuvo piedad de Oms y lo ponchó. Los lanzadores adversarios probablemente no supieran que Oms ya entonces no veía de un ojo. Fue la última vez que se vio jugar al Caballero Oms en la liga cubana de béisbol. Los que le vieron ese día, cuentan que el Caballero era una triste sombra de lo que había sido en el pasado, completamente famélico.
Los records de Oms en la liga cubana fueron los siguientes:
Tercer bateador con más alto promedio (.345). Estrictamente en la liga profesional cubana, sin incluir los 3 torneos independientes, Oms bateó para .394 (ver tabla adjunta)
Fue cuatro veces líder en slugging: 1924-25 (.559), 1928-29 (.619), 1930 (.572) y 1930-31 (.592).
Quinto en carreras anotadas (373). En la liga profesional anotó 331.
Sexto en triples (35). En 16 temporadas exactas, sin añadir las tres en torneos independientes, Oms bateó 33 triples.
Octavo en dobles (99). De igual manera son 96 dobles.
En 12 temporadas bateó por encima de los .300.
Tres veces líder de los bateadores: 1924-1925 (.393), 1928-1929 (.432) y 1929-1930 (.380), dos de ellos de manera consecutiva.
En 1928-1929, resultó el Jugador Más Útil a su Club.
1931-1932: líder en bases robadas (14).
Tres veces encabezó los dobles: 1924-1925 (13), 1928-1929 (18) y 1932-1933 (4).
Líder en hits en 1928-1929 (76) y 1931-1932 (44).
1928-1929: 1ro. en veces al bate (176) y carreras anotadas (38),
Electo al Salón de la Fama del béisbol profesional en 1944.
Oms tuvo su historia en Cuba, pero también tuvo otra en las Ligas Negro y en las invernales de los países del Caribe, lo cual se relatará en una siguiente entrega.