Autor: Aliet Arzola Lima
Con más de 260 peloteros de 23 años o menos arrancará la 57 Serie Nacional de Béisbol, o lo que es lo mismo, casi el 50 % de los jugadores del campeonato saldrán a la grama con muy pocas horas de vuelo y un montón de deficiencias que arrastran desde sus inicios en el deporte.
Así de complejo es el panorama del gran espectáculo deportivo del país, que abre una nueva ventana con el reto mayúsculo de recuperar la máxima atención de los aficionados y repletar los estadios no solo en la postemporada, cuando la temperatura y los decibeles suben por la adrenalina y la tensión propia de los momentos decisivos.
Como aderezo, esta versión 57 del clásico beisbolero tendrá choques de trenes con grandes estrellas como protagonistas… pero en los banquillos. Kindelán, Lazo, Víctor o Machado han ilusionado a los seguidores de sus equipos y apuntan a resultados de calibre antes de tirar la primera bola, mientras otros no tan polémicos como Carlos Martí, Noelvis González, José Luis Rodríguez Pantoja o Víctor Figueroa no querrán quedarse atrás.
Pero el cubano quiere ver buen béisbol en el terreno y no solo estrategias avezadas desde el dogout. El cubano quiere ver jonroneros, duelos de lanzadores, jugadas mágicas sobre el segundo saco, atrapadas espectaculares en los jardines, y eso, desafortunadamente, ya los mánagers no pueden hacerlo.
No obstante, el hecho de contar con esas luminarias de vuelta a la grama, al pie del cañón, puede significar una motivación adicional para los peloteros, quienes tendrán a su disposición fuentes de conocimientos indiscutibles. Solo les queda aprovecharlas y jugar el mejor béisbol posible.