Por: Raúl Hernández Lima
PINAR DEL RÍO, CUBA- Los dos colosos del pitcheo cubano hacían presagiar el duelo de lanzadores en el partido inicial de la final del béisbol cubano. Y no decepcionaron Fredy Asiel Álvarez por los visitantes y Lázaro Blanco por los de casa.
No obstante las decisiones caerían en otros hombros. Fredy soportó los embates de la artillería local que intentaba sacarlo de la lomita. Sin embargo Borroto otra vez mostraba la ausencia de mesura relegando su as a las duchas tempranamente. Él aseguró hacerlo por estrategia mas todos notaron la ansiedad apresando al veterano director.
Blanco dejó el montículo con la única mancha del jonrón de Javier Camero que no tardó en borrar la ofensiva taurina. Frank Luis caminó la sexta y salió de pitcheo por error de su defensa en el séptimo. El pelotazo propinado a Erisbel Arruebarruena le costó el puesto frente a Frank Madan.
La escena quedó lista para el protagonista de la tarde. Javier Camero, sin el atuendo de los héroes de historietas puso sus pies en la caja de bateo para guardar este turno entre sus tesoros más preciados. La hazaña voló sobre el estadio junto a la pelota que aterrizó al otro lado de la barda del jardín izquierdo.
El grand slam dio la vuelta al marcador. Ferrer apostaba por el toque al punto de regalar un ining completo con esta jugada renunciando a los 27 outs y eso le pasó factura. Tres veces dejaron las bases llenas, 15 corredores vieron apagarse sus ilusiones en las almohadillas. Por suerte para ellos allí estaban Javier y también Jonder, encargado de contener los embates de los locales.
Hasta que tocó a Yamichel Pérez tomar las riendas del partido para conducirlo al final sosteniendo la victoria. Tarde llegó Yadián Martínez y los cocodrilos mordieron primero en tierra ajena. La victoria 5-3 los pone en una situación más que favorable pero el play off es de 7 juegos. Queda tela.