Por Jorge Ebro
Cuando cierra los ojos y sueña con el futuro, a Yordan Álvarez le aparece un número de manera persistente, el 21. Esa es la edad con la que espera vestir por primera vez un uniforme de Grandes Ligas.
Por ahora es solo un deseo, pero si el chico de 19 continúa impresionando a los evaluadores de talento, tan pronto como los próximos meses comenzaría su travesía por el sistema de granja del equipo que decida firmarlo.
«Digamos que todo me ha pasado muy rápido, que he vivido bastante para mi edad», expresó Álvarez, quien salió de la isla de manera legal y ahora se encuentra en Miami en espera de firmar contrato. «A veces me parece difícil, pero otras me digo que la aceleración es parte de mi vida».
La aceleración no es otra cosa que su vertiginoso ascenso en el béisbol, especialmente luego de que un mundial juvenil en México, a los 15 años, fue elegido el mejor primera base del torneo.
En Las Tunas los aficionados pedían a gritos que le dieran una oportunidad a ese «prodigio» y finalmente lo invitaron a la preselección de su provincia, pero tan bien le fue que la invitación se convirtió en permanencia.
Aunque comenzó la temporada en el banco, poco a poco se fue adueñando de la titularidad en la inicial y en su segunda contienda era uno de los pilares del conjunto oriental, además de ser considerado material de la selección cubana.
Pero su visita a México no solo le había dejado el sabor del éxito.
«Allí pude conversar con peloteros de otros países, que hablaban de las Grandes Ligas, de su nivel», recordó Álvarez. «Fue como si me inyectaran curiosidad por dentro. Luego, al finalizar mi primera temporada en Cuba, decidí que debía buscar ese nivel, probarme con los mejores».
En la isla a Álvarez se le considera un bateador de contacto, pero en los entrenamientos de preparación para sus showcases ha incrementado el poder de sus conexiones y, de acuerdo con un scout que lo ha visto de manera consistente, puede ser una máquina ofensiva en los próximos tiempos.
Lo que siempre destacó en Álvarez fue su capacidad para seleccionar los buenos lanzamientos, un elemento que no siempre acompaña a los jugadores cubanos, y mucho menos a los de su edad.
«Me considero un bateador inteligente, que no se va con pitcheos malos», apuntó el prospecto representado por los agentes Marcos González y Barry Praver. «Me pueden engañar como a todos, pero no siempre ni mucho. Generalmente, espero lo que me conviene para hacerle swing».
Agente libre con restricciones por su edad y poca experiencia en Series Nacionales, Álvarez ya posee a su familia residiendo en la República Dominicana y habla mucho con su padre, Agustín, quien también jugó con Las Tunas hasta que se lesionó.
Desde siempre ha admirado a Eric Hosmer, el inicialista de Kansas City, a quien espera saludar más temprano que tarde en la gran carpa, sobre todo si se cumple su deseo de ascender a los 21.
«No se trata de algo escrito en piedra, puede ser a los 22, tal vez más tarde, pero no tengo duda de que llegaré», recalcó Álvarez, un chico de físico impresionante. «Uno debe ponerse metas en la vida y hacer todo por cumplirlas».
2 comentarios
eres el mejor ,vas a triunfar
gracias hermano y gracias por seguir el blog