Por Yoán Moncada
Este ha sido uno de los mejores años de mi vida. Un año en el que he experimentado muchas emociones y alegrías. Un año en el que he aprendido mucho y me he desarrollado más como persona y como profesional.
La mayor experiencia de este año la viví hace unos días, cuando hice mi debut con los White Sox. Eso fue algo impresionante. Nunca pensé que tantas personas fueran a ir a verme haciendo mi estreno en Chicago. Cuando fui a batear, por primera vez, todo el público se paró y me aplaudió, y eso es algo que le agradezco a toda la gente de Chicago, porque eso hizo el momento muy emocionante.
En el primer turno tenía un poco de presión por toda la bulla del estadio y eso. En el segundo turno fui más calmado, le pegué bien a la pelota, pero no salió el hit. En el tercer turno fue igual, le di duro a la pelota, pero tampoco salió el hit, esas son las cosas del béisbol. En el béisbol lo más difícil que hay es batear.
Me sentí bien especial, como una persona súper querida en Chicago, y eso es algo que agradezco mucho. Espero que me sigan siguiendo y apoyando de esa forma, porque eso es una motivación para mí. Espero seguir jugando la pelota de la manera en la que siempre lo he hecho para darle un buen espectáculo a todos los fanáticos y personas que me apoyan y apoyan a los White Sox, porque ellos se lo merecen. De verdad, que me comprometo a hacer y a dar lo mejor de mí, a entregarme todos los días y a jugar duro por esta organización y sus fanáticos.
Desde que llegue a los White Sox me he sentido afortunado, porque sé que este es un equipo que confía en mí y me va a dar la oportunidad de ser el mejor jugador que yo puedo ser. Además, aquí tengo la oportunidad de estar junto a José Abreu, a quien crecí admirando en Cuba, donde tuvimos la oportunidad de jugar juntos con los Elefantes de Cienfuegos.
De hecho, él fue una de las primeras personas con las que hablé luego del cambio, el 6 de diciembre. Él me llamó para darme la bienvenida y hablar de esta organización. Durante el spring training compartimos bastante y cuando el equipo me subió a Grandes Ligas le pedí a él que si me podía buscar en el aeropuerto para venirnos juntos y así no perderme. Él lo hizo y eso significó mucho para mí. Nosotros somos de la misma provincia en Cuba y tenerlo aquí es como contar con un hermano mayor.
El estar en esta organización con alguien como Abreu me motiva mucho, por eso nunca tomé a mal el cambio de Boston para acá, pese a que fue algo que no me esperaba. Ahora tengo la certeza de que esto ha sido lo mejor que me ha pasado. No digo que no iba a jugar en Grandes Ligas con el equipo con el que estaba, porque yo llegué a jugar en Grandes Ligas con Boston por la calidad que tuve y por el trabajo que hice. Pero el cambio para este equipo es una buena oportunidad y una bendición de Dios.
Es una bendición porque son cosas que pasan en el camino y que son lo mejor para uno. Aquí estoy rodeado de buena gente y de buenos compañeros que estoy seguro que me ayudarán a tener una larga carrera. Aquí, además, tengo a un manager que habla español, y eso es muy bueno para mí, porque lo puedo entender mejor y él me puede decir las cosas directamente.
También porque hay muchos latinos, como Abreu, Melky Cabrera, Avisaíl García, etc.
Quizás por todas estas razones mi debut con los White Sox fue tanto o más especial que mi debut en Grandes Ligas, con Boston, pese a las diferencias. Cuando debuté con Boston, estábamos jugando en Oakland; aquí con los White Sox debuté en casa, en Chicago, y había más personas con emoción de verme, en Boston fue un poquito diferente. La verdad es que me sentí súper bien cuando fui a batear en ese primer turno en Chicago.
Creo que el haber subido en este momento a Grandes Ligas fue algo bueno, porque todo el tiempo que pasé en triple A me benefició mucho. Yo sabía que tenía que trabajar y que mi momento iba a llegar. Aprendí un poquito más acerca de mi juego en la segunda base. El manager que tenía ahí (Mark Grudzielanek) me enseñó bastante, él jugó muchos años en Grandes Ligas y tiene muchos conocimientos.
Aprendí a oír más de las personas que me hablaban y eso me ha ayudado bastante a continuar desarrollándome como jugador.
Confío en que todo va salir bien con los White Sox y que continuaré creciendo y desarrollándome para darle muchas alegrías y felicidades a este equipo y a los aficionados. ¡Este es el tiempo perfecto!