Hace apenas unos días el lanzador pinareño Vladimir Gutiérrez firmó un contrato de Liga Menor con los Miami Marlins que incluye una invitación a los entrenamientos de Spring Training de MLB que se desarrollan desde el 22 de febrero.
El joven de 28 años viene de una operación Tommy John que se realizó a mediados de 2022. En el 2023 lanzó en la Arizona Complex League (Rookie) y en la Triple A de los Cincinnati Reds (Louisville).
En el regreso apenas lanzó cinco juegos, uno como abridor, dejó balance de 1-1 y ponchó a siete bateadores en 6.1 entradas. Es entrenado por el preparador de lanzadores puertorriqueño Héctor Berríos. Su agente es Michael Maulini, agencia Wasserman.
En sus dos años de carrera en las Grandes Ligas, tiene un récord de 10-12, 5.44 de promedio de carreras limpias y ha ponchado a 117 bateadores en 150 entradas de trabajo. Gutiérrez, de 28 años, todavía se muestra muy prometedor y si regresa a su forma de 2021 podría ser un futuro acomodador para un cuerpo de lanzadores en la gran carpa.
Durante esa temporada del 2021 el lanzador registró récord de 9-6, 4.74 de porcentaje de carreras limpias y 88 ponches en 22 aperturas. Su actuación le valió algunos votos en la votación de Novato del Año durante esa campaña.
Recientemente estuvimos conversando con el derecho pinareño a su llegada al campo de entrenamiento de los Marlins en Júpiter y nos dejó las siguientes impresiones:
¿Cómo viviste este proceso de firmar con los Marlins?
«Fue un proceso bastante duro. Estaba trabajando fuerte para recuperarme, primero que todo. Después que me presenté en la demostración que le hice a los equipos, buscaba un contrato de Grandes Ligas. Se consiguió, pero luego pasó algo y pude firmar con los Marlins un contrato de Ligas Menores».
¿Con qué mentalidad llegas a esta primavera?
«Primero que todo darles gracias a los Marlins que me dieron la oportunidad de venir aquí a buscarme un puesto, después de dos años sin lanzar. La mentalidad mía es fajarme por ese puesto».
Imagino que viviste momentos duros.
«Mi familia siempre me estuvo apoyando, sobre todo mentalmente, para que no bajara la guardia. Por esa parte estuve todo el tiempo positivo y trabajando todos los días fuerte para hacer la recuperación para que todo me saliera bien, como ha sucedido».
¿Te preocupó tu futuro?
«Estaba relajado, porque a medida que iba tirando miraba la velocidad. Pero antes de verla sí estuve un poco preocupado, porque ya eran dos operaciones: una Tommy John y una limpieza del codo, pero luego trabajé con Héctor Berrio, el profesor con el cual siempre he trabajado y al cambiar mi mecánica ya iba viendo la velocidad. Cuando toqué 97 millas me dije que ya era el mismo Vladimir de antes».
En tu última salida en Miami enfrentaste a Sandy, ahora está a su lado.
«Para mi significa mucho. Además de ser un gran lanzador, es un tremendo chamaco, y más que estábamos en la rehabilitación juntos el año pasado. Ahí empezamos a conocernos más. Fuera de la pelota es tremendo muchacho, humilde, que es lo más importante».
¿Y ahora qué consejo le das a Alcántara?
«Hace un par de semanas atrás le dije que al principio, cuando comenzara a tirar, iba a sentir un poco de molestia, pero que no pensara en eso. Que siguiera tirando porque eso es algo normal. Cuando uno empieza a tirar a distancia se siente algo y es el tendón que se está estirando un poquito. Ya yo pasé por todo eso».
Tienes el 92 en tu vestidor, con ese número fuiste Novato del Año en Cuba.
«Cuando yo llegué tenía el 61. Me dijeron que era el número de Liván Hernández, tremendo número. Pregunté si tenían el 53 que usaba en Cincinnati, pero me dijeron que no estaba disponible. Pregunté por el 92 y me dijeron que sí estaba. Ese era el número que traía desde Cuba. Es el número de la suerte»
Si haces el equipo, ¿qué significaría lanzar en Miami?
«Miami es como decir Cuba. Hay muchos cubanos aquí y eso sería algo muy grande»