En una reedición de la final de la Serie 50, Ciego de Ávila batió a Pinar del Río nueve carreras por cuatro en el José Ramón Cepero y dio el primer zarpazo en el camino a la revalidación del título. Mañana, Vladimir Baños y Lázaro Blanco se harán cargo de las serpentinas.
Highlights
*Era el comienzo de la finalísima. De un lado, Pinar, el gran guerrero, urgido de ganar al menos uno de los duelos como visitador para virar tranquilo a casa. Del otro, Ciego, el monarca vigente, que sueña con dos éxitos seguidos para llegar con aire al Capitán San Luis. Ambos, muy motivados: Ciego, tras desmelenar sin clemencia al león; Pinar, verdugo en siete matches de la novena más redondeada del torneo.
*Inesperadamente, la dirección de los verdes se encomendó a Wilber Pérez para abrir el encuentro y el zurdo pinero protagonizó un festival de bolas al que, ya con las bases llenas y solamente un out, le dio continuidad el novato Yoandy Cruz. Después –solo después- hizo su entrada el hombre que debió llevar la responsabilidad de la apertura, Yaifredo Domínguez (este año versus Ciego, dos triunfos sin revés, 12 innings sin permitir carrera, 4 hits en 39 turnos oficiales). En descargo del mando pinareño, no obstante, hay que apuntar que Jorge Ricardo Gallardo señaló en la conferencia de prensa que “Yaifredo tenía una ligera lesión y nos había pedido que mejor lo utilizáramos en caso de necesitar que caminara tres o cuatro innings”. A la postre, el primer episodio del choque concluyó con tres anotaciones para el Tigre, derivadas de un wild, un hit solitario y ¡cuatro boletos! Terrible.
*Cuando te enfrentas a Vladimir García, protagonista del comeback de esta temporada luego de apenas aportarle a Ciego en los play off anteriores, no puedes regalarle nada. Y justo eso, un obsequio, fue lo que le hizo Yordanis Alarcón en la segunda entrada, donde lo capturaron más adelantado de la cuenta en la intermedia con tres carreras abajo en el score. Unos minutos más tarde, a modo de castigo, el equipo visitante encajó tres nuevas anotaciones –dos de ellas empujadas por ese tipo incombustible, Ariel Borrero-, el duelo se puso 6×0 y dio la impresión de que todo había terminado para los occidentales.
*Sin embargo, la oreja peluda del error hizo su arribo en el cuarto de la manera más ingenua, una vez que Guillermo Avilés y Luis Robert Moiran no se pusieran de acuerdo para fildear un elevado con los ángulos repletos. La conexión -que habría representado el tercer out- resultó decisiva para que el choque se cerrara, toda vez que limpió las almohadas y encima fue sucedida por un hit impulsor de Michael González. De golpe y porrazo Pinar estaba a dos del empate, y la gente del Cepero empezaba a tener una fastidiosa sensación de déjà vu (en el tercer partido ante Matanzas, los de Gallardo arrancaron perdiendo por esa misma diferencia frente a Yoani Yera y no tardaron en meterse enseguida en el encuentro con cinco anotaciones).
*El famoso lucky seven deshizo la esperanza de los tabaqueros, quienes tuvieron a dos jugadores en base con Yosvani Alarcón madero en manos. El tunero roleteó en conteo de 3 y 1, Borroto y Raúl González facturaron la doble matanza, y ya no hubo más intentos de redecorar el pizarrón.
Positivo: La salida de Vladimir García, acertada de una punta a la otra.
Negativo: El descontrol de los pitchers pinareños en la entrada inicial.
Preocupante: Otra vez, la ausencia de Yusniel Ibáñez.
Incomprensible: Si Yaifredo Domínguez podía relevar desde el primer capítulo, entonces pudo ser el abridor del choque.
Recomendable: Pinar luce cansado. El masajista tendrá un duro trabajo por delante.