Por Julieta García Ríos
«El pitcher tiene que batear», insiste desde hace años José Manuel Cortina, el «más avezado entrenador de pitcheo que tiene Cuba», como gusta presentarlo Michel Contreras, crack de nuestro periodismo deportivo. Sin embargo, algunos desdeñan su consejo.
Desde 1974 hasta hoy, anda Cortina en los trajines del bullpen. Sus inicios fueron con los lanzadores de Forestales y la selectiva de Pinar del Río. Bajo su tutela se formaron grandes serpentineros de la talla de Julio Romero, Jesús Guerra, Juan Carlos Oliva, Rogelio García, Félix Pino, Reinaldo Costa y Omar Ajete. Todos integraron el equipo Cuba, y acumulan más de cien victorias en series nacionales. También entre sus discípulos sobresalen Pedro Luis Lazo, el pitcher más ganador (257) de la pelota revolucionaria.
Pese a su sabiduría y prestigiosa hoja de servicio, Cortina nunca ha integrado el staff de entrenadores del equipo nacional. Nada, que el viejo defiende sus criterios y no matiza las verdades.
Por fortuna, últimamente la Comisión Nacional de Béisbol ha tenido en cuenta sus saberes, por lo que, en casa, él ha reforzado la preparación de las preselecciones criollas participantes en los más recientes torneos internacionales.
A finales de mayo, en el Estadio Latinoamericano, conocí al pinareño —nacido en Minas de Matahambre, el 27 de diciembre de 1950. Entonces trabajaba con los serpentineros que representarían al equipo Cuba en la Liga Independiente Can-Am y el tope amistoso con los universitarios del USA Baseball.
«Déjame felicitarte. ¡A ese lanzamiento no hay quien le dé!», le escuché decir a uno de los novatos. Despues, le dijo a otro: «¿Te puedo pedir un favor?, tira otra vez, ahora más adentro».
En su relación con los atletas advertí ternura. Quizá su éxito radique en esa mezcla de bondad y sapiencia. Previo a la 57ma. Serie Nacional de Beísbol JR conversó con el «viejo zorro» del pitcheo cubano acerca de qué hacer para mejorar nuestro cuerpo de lanzadores:
«Primero debes hacerte pelotero y luego lanzador. Si no sabes batear, fildear y correr, no podrás ser un buen pitcher. Los lanzadores deberían especializarse después de los 17 años.
«En Cuba hay muchos ejemplos de excelentes serpentineros que le dieron bien a la bola, entre ellos José Antonio Huelga. Mira, Rogelio García era jugador de posición; Félix Pino jugaba como jardinero derecho y Ariel Prieto lo hacía en el jardín central, después fueron lanzadores. Hay más, Lázaro Valle pasó por todas las posiciones y, casi a punto de dejar el béisbol, le recomendaron: “¡Métete a pitcher!”, y en poco tiempo se convirtió en un increíble lanzador.
«¿Qué me dices del zurdo pinareño Liván Moinelo? Con 18 años llegó al equipo Cuba para quedarse y ahora está de contrato en la Liga Japonesa. Él en los juveniles era primera base y pitcher.
«Siempre he defendido esa tesis, pero lamentablemente, no me hacen caso».
—Cuando muchos calificaron de fracaso la actuación de Cuba en la Liga Independiente Can-Am, usted la valoró de positiva…
—Por primera vez estamos trabajando para mañana. A la Liga fueron varios de los talentos que en 2020 defenderán nuestros colores patrios: Yariel Rodríguez, José Ramón Rodríguez, Liomil González, Ulfrido García… A ellos y otros muchos jóvenes debemos seguirlos.
«A nuestro béisbol lo está mellando el dichoso “championismo”. Debemos revisar el sistema de evaluación para las pequeñas categorías. No se puede hacer un campeón a los 12 años, ni tampoco a los 16. En pos de un resultado obviamos aspectos del aprendizaje que son obligatorios en edades tempranas, como el toque de bola, el batear a las dos manos y aprender a moverse dentro del campo desde las distintas situaciones del juego, los llamados drills defensivos.
«Hoy nuestros bateadores terminan mal el swing y ponen en riesgo la integridad física del receptor. Evitando ser golpeados se van más atrás y debilitan la defensa de la receptoría y del lanzador. Están más distantes para tirar a segunda, por la misma razón cuesta más fildear los toques de bolas. El ángulo del foul tip es más ancho y así jamás la pelota va a la mascota».
—¿Qué otros aspectos deben mejorarse?
—La mecánica de lanzar y la calidad de los montículos. Trabajar por que se tire strike en el primer lanzamiento. El conteo más difícil para un pitcher es dos bolas, un strike, y en esa situación los rompimientos deben llegar más rápido y los lanzamientos más adentro.
—Nos quejamos de que en Cuba pocos lanzan más de 90 millas ¿Cómo lograrlo?
—Con una buena selección. Hay que buscar jóvenes altos y con buena velocidad, y si son jugadores de posición mejor, aprenden más rápido.