POR JORGE EBRO
De una manera tenaz y burocrática, este 15 de junio marca el final de los millonarios bonos de asombro para los prospectos cubanos y pone sobre la mesa nuevas condiciones que pueden estremecer hasta sus cimientos la forma en que se contempla a los jóvenes peloteros de la isla.
Cuando el nuevo ciclo de firmas internacionales abra sus puertas el próximo 2 de julio, los clubes de Grandes Ligas tendrán un monto de gasto que oscilará entre $4.75 a $5.75 millones, colocado de manera sólida para evitar prácticas muy criticadas en ciertos sectores de la industria del béisbol.
“Se acabaron las vacas gordas para los muchachos que firmaban por bonos de $10, $15 o $20 millones”, comentó una fuente cercana al mercado de cubanos. “Luis Robert Moirán, por ejemplo, se fue en el último tren. De haberse demorado su firma hasta después del 2 de julio, tal vez no habría pasado de los $2, a lo sumo $3 millones. Y estamos hablando de un talento Premium”.
En los ciclos pasados, cuando un equipo se pasaba de la cantidad asignada, sencillamente pagaba un puesto de dólar por dólar, de modo que si el bono de un Moncada era de $31.5 millones, a la organización -en este caso Boston- le costaba realmente $63 millones.
Moirán, de 19 años, se llevó el último gran bono para un prospecto cubano, cuando a fines de mayo los Medias Blancas le ofrecieron $26 millones, que en realidad terminaron siendo $52 al pagarse la multa establecida.
Cuando los clubes sobrepasaban el dinero predeterminado con estos bonos de miedo, en los próximos dos ciclos no podían firmar a talentos por más de $300,000, pero nada parecía detenerlos.
“Los clubes ya no podrán utilizar el recurso de pagar la multa para firmar un cubano”, agregó la fuente. “Nadie podrá pasarse de la cantidad asignada. Es como un techo salarial inflexible. Esto es lo que pudieron conseguir las Grandes Ligas en las negociaciones del nuevo convenio laboral. Querían un Draft Internacional, pero no lo lograron. Deben dividir esos $5 millones entre todos los prospectos. El dinero tocará a menos”.
La lista de promesas antillanas que recibieron bonos importantes es larga y asombrosa, pero los conjuntos de las Mayores entendían que valía la pena el riesgo por chicos menores de 23 años y con menos de cinco Series Nacionales: los llamados agentes libres con restricciones.
Por otra parte, a partir del nuevo ciclo se establecen cambios en la edad y la experiencia en primera categoría, pues ahora un pelotero cubano deberá mostrar 25 años y seis Series Nacionales para ser considerado un agente libre con todos los beneficios.
Sin duda, los más afectados por estas directrices son los cubanos, pues los prospectos de República Dominicana, Venezuela y otras regiones -salvo Japón con su sistema de posting- continuarán en unos parámetros financieros similares.
¿Cómo afectarán estas regulaciones el flujo de peloteros cubanos? Probablemente lo atenúe, pues ahora agentes y promesas saben que el premio inicial será menor que antaño, que ya no es tan importante irse con 16, 17 o 18 años, como ha venido sucediendo en estos últimos dos ciclos.
Puede ser que los considerados súper prospectos sigan optando por una salida temprana para iniciar cuanto antes el camino hacia las Mayores, pero otros contemplarán la posibilidad de completar sus seis temporadas en Cuba y esperar por el momento de recibir todos los atributos de la agencia libre, donde la recompensa sigue siendo alta.
A primera vista, las Series Nacionales podrían salir fortalecidas, aunque a la larga el talento seguirá llegando a las Grandes Ligas.