CLEVELAND – Dan Otero ha salido avante tantas veces de lo que lucían como abismos insuperables, que nadie debería sorprenderse de que sea un brazo bien importante para el sueño de los Indios de Cleveland de ganar su primera Serie Mundial desde 1948.
Seleccionado bien profundo en el draft amateur del 2007 por los Gigantes de San Francisco -21ra ronda, Otero fue una vez adquirido en waivers (lista de peloteros disponibles) en unas 24 horas por dos equipos diferentes – Yankees de Nueva York y Atléticos de Oakland- en marzo del 2013.
Cuando parecía encontrar un nuevo hogar por sus fantásticas actuaciones en Oakland, fue una de las víctimas de la remodelación de ese cuerpo de relevo, en octubre del 2015, tomado en waivers por los Filis de Filadelfia y eventualmente pasó a los Indios de Cleveland al ser comprado su contrato en diciembre del año pasado.
No le cuenten ahora lo difícil que es medirse a bateadores a la hora buena, porque eso no es nada comparado a lo que le ha ocurrido
“Este año ha sido una locura”, declaró Otero, nacido en Miami de ascendencia cubana. “Me habían puesto en asignación los Atléticos y comencé el 2016 sin rumbo fijo. Encontré un equipo que me quería, pero no tenía ninguna garantía, hasta que pude ganarme un puesto con los Indios en los Entrenamientos Primaverales.
“Y de repente estoy en la Serie Mundial entre dos equipos de enorme tradición histórica”, reflexionó Otero. “Tengo una gran energía, listo para entrar en acción”.
Si alguien hubiera puesto en duda el enorme 2013 de Otero con los Atléticos, el derecho logró una campaña aún mejor con los Indios en el 2016. Hace tres temporadas, tuvo efectividad de 1.38 en 33 juegos bajo las órdenes de Bob Melvin y ahora hilvanó un promedio de 1.53 en casi el doble de encuentros (66) y de paso tuvo récord de 5-1.
“No cambié nada [del 2015 al 2016] con excepción de mi mentalidad”, describió Otero. “Traté de olvidarme por completo del año pasado. Lo saqué de mi cabeza, como si nunca hubiera existido. Comencé a tirar cada pitcheo con convicción para arrancar a partir de eso”.
En la postemporada, Otero es parte de un cuerpo de relevo de Francona que está dispuesto a todo, desde usar un cerrador de la talla de Andrew Miller para sacar outs clave a mediados del juego hasta utilizar a un apagafuegos en el propio primer inning por lesión de un abridor.
“Aquello fue bien curioso, imagínate tener que comenzar a calentar en el propio terreno”, refrescó Otero de aquel encuentro del 17 de octubre frente a los Azulejos de Toronto. “No es necesariamente el guion que se planea para una postemporada, pero eso no era nada nuevo porque lo habíamos tenido que hacer en septiembre”.
Ser parte del cuerpo de relevo de los Indios es algo que llena de orgullo a Otero.
“No sé mucho del bullpen de los Cachorros, porque juegan en otra Liga y no nos medimos a ellos este año”, comentó Otero. “Entiendo que tienen muchos brazos buenos y por supuesto sé que cuentan con [Aroldis] Chapman como cerrador. Nosotros tenemos un grupo en el cual confío muchísimo. Ojalá hagamos de nuevo el trabajo ahora”.
Ser integrante de un equipo campeón de la Serie Mundial sería enorme para Otero, pero de hecho ya “lanzaba” en ese tipo de eventos desde que tenía como cinco años de edad.
“Mi papá me preguntó qué deseaba ser de grande y le dije que esperaba ser un pelotero”, rememoró Otero. “En mi patio trasero, cuando jugaba, siempre estaba en cuenta de tres y dos, y procuraba tirar el strike para cerrar el juego, o disparar el hit necesario para ganar”.
Ya no necesita soñar. No solamente está en la Serie Mundial, sino que integra el tremendo cuerpo de relevistas de Francona.