Autor:Norland Rosendo
Cuando era niño, allá en Cabaña, un paraje ignoto de Songo la Maya, Ulfrido García empezó tirando piñazos en un ring improvisado de boxeo, pero rápidamente se dio cuenta de que su mejor pegada era la recta lanzada a los codos de los bateadores, en medio de un campo que les servía a los muchachos de la comarca para soñar con ser peloteros.
Desde que se encaramaba en el montículosi es que lo había en aquel estadio de manigua— el zurdo Ulfrido apretaba la pelota como si fuese un guante y la soltaba para el home plate buscando impactar el sonido de la mascota. En su mente estaba parecerse a Adiel Palma, un cienfueguero que era su ídolo.
Ahora, el muchacho de Santiago de Cuba es uno de los brazos más fuertes no solo de su equipo en la Serie cubana, sino de la selección nacional también. El pasado sábado rubricó un contrato para jugar en el Parma Baseball A.S.D, del principal circuito profesional de Italia.
—¿Qué esperas de esa oportunidad en el béisbol rentado?
—Es una liga que no tiene tanta calidad como otras, pero resulta un buen medidor para mí. Trataré de lanzar lo mejor posible.
—¿No temes que en vez de servirte para crecer tenga un efecto contrario en tu carrera?
—Allí se juega solo los fines de semana, de viernes a domingos, y se entrena los demás días. Voy enfocado en pitchear bien y prepararme para los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Además, ese es el torneo principal de Italia, el nivel debe ser alto.
—¿Conoces algo del equipo para el que vas?
—No, nada todavía.
—¿Llevas algún plan de entrenamiento especial de Cuba?
—Sí, ya mis entrenadores trazaron una estrategia en ese sentido para que yo la cumpla allá.
—¿Llevas algún plan de entrenamiento especial de Cuba?
—Sí, ya mis entrenadores trazaron una estrategia en ese sentido para que yo la cumpla allá.
—Entre tus progresos más significativos está el control, ¿algo especial en el entrenamiento?, ¿alguien que te haya ayudado?
—Afortunadamente, la falta de control era uno de mis problemas como lanzador, pero gracias al profesor José Manuel Cortina y a otros entrenadores he logrado mejorar ese aspecto, ya tengo más comando y coloco la bola donde más daño le hace a los bateadores. Me siento con mucha confianza cuando trabajo, y siempre tengo en cuenta lo que me dijo un grande del pitcheo,
Braudilio Vinent: tú, tira strike, que más feo es que se te embasen por bases por bolas.
—¿Y en cuanto al repertorio?
—Me baso en la recta, el rompimiento y el cambio de velocidad. He incorporado el knuckleball y sigo enfocado en perfeccionar esos pitcheos, sobre todo el cambio que es muy efectivo.
—¿Por qué crees que los lanzadores cubanos tengan tantas dificultades con el control en las competencias internacionales?
—Hay varias causas, pero para mí hay un gran problema, que es la zona. Afuera es más reducida que aquí, por eso, lo que para nosotros es strike, allá es bola, y por eso pasamos más trabajo en colocar los pitcheos.
—¿Dispones siempre de la información necesaria sobre los equipos contrarios?
—Los técnicos chequean a los rivales y nos facilitan esa información, pero no siempre contamos con todos los datos, y eso en el béisbol moderno es imprescindible para lograr un buen resultado. Mientras más uno conozca al adversario, más opciones tiene para salir airoso.
—¿Te cuesta más trabajo dominar a los bateadores cubanos o a los extranjeros?
—Todos son difíciles. Tienen un bate en la mano y tratan de golpear bien la bola, por eso es importante saber sus características para definir la secuencia de pitcheos, dónde colocarlos y poder dominarlos. Nuestra pelota tiene el mismo nivel de la Serie del Caribe.
—Y por último, has tenido una temporada larga, ¿no te sientes cansado?
—A veces sí, pero no como para necesitar ahora un descanso, estoy fuerte.
—¿Sabes lo que es fatiga extrema?, ¿te han hablado de eso tus preparadores?
—No, de eso no me han hablado.