Terminó la historia para el Villa Clara en la 56 Serie Nacional de Béisbol. Puede ser tercera o cuarta, en dependencia del play off entre Matanzas y Granma.
Pudiera empezar diciendo, que sí, en efecto, el juego decisivo fue el quinto. ¿Por qué? Lanzaba la primera carta del pitcheo naranja, Freddy Asiel Álvarez (quién no aportó un triunfo en esta postemporada), y por demás en casa. Por supuesto, llegar a patio ajeno sin pitcheo, era lo que titulo hoy, la crónica de una muerte anunciada. El as de la rotación villaclareña ni siquiera acompañó a los suyos en su último peregrinaje.
El sexto choque, jugada por jugada |
Ciego de Ávila, primer finalista de la 56 Serie Nacional de Béisbol |
Por el contrario, Yosvani Torres —pinareño— se envalentonaba y pedía la pelota para abrir en el «Cepero». Él sabía que no estaba preparado, aunque luego de la derrota diría: «Yo me sentía bien, en buena forma, aunque no me han salido bien las cosas. Esto es así, es complicado a veces cuando no quieren salirte las cosas, fue un asunto de falta de concentración. Estaba dispuesto a todo por el equipo». Dos horas antes del partido, me enteraba, preferí morir con un valiente.

La opción primera era el también pinareño Yaifredo Domínguez, quien salió de relevo, cuando a Torres le superó el lógico agotamiento. Domínguez duró un suspiro, en lo que fue —para esta reportera— la peor elección de refuerzos que haría el mentor Vladimir Hernández. Sí, por encima del vilipendiado Reinier León, quien en un final aportó más a la causa naranja.
Luego de Domínguez, el santiaguero Bisset aguantó lo que pudo, había sido muy efectivo en el cuarto juego, pedirle que lo fuera en el sexto era demasiado. Sumado a esto, el indómito tenía hasta su hija enferma en Santiago.

Cuando los Tigres festejaban en su patio, y los fuegos artificiales hacían parte del paisaje nocturno de la capital avileña, Bisset solo tenía palabras de elogio para el Villa Clara: «No estuve mucho tiempo con ellos, pero sentí todo su apoyo. Tuve una actuación buena o mala, no sé como la califican, pero Villa Clara es un gran equipo, solo que los mejores pitchers de nosotros no pudieron aspirar a una victoria».

Y esa frase rodó de boca en boca, el mismísimo Yeniet Pérez, en entredicho por la afición naranja, por aportar a los avileños hace dos años y no así con los naranjas hoy, así dijo: «Eran las principales cartas de nosotros, no pudieron; tampoco pude yo a la ofensiva, aunque ya sé que el pueblo de Villa Clara pensaba que yo estaba con Ciego. Pero no, yo estuve haciendo mi trabajo. No pude batear, ellos tienen un gran pitcheo. Siempre con el equipo que esté voy a dar el máximo. No me gustó nada ese rumor», dijo el antesalista villaclareño. Apunto —lo dijo a punto de llorar.
Vladimir Hernández, concluiría: «Entré a la 56 Serie con un poquito de más experiencia. El juego diario te aporta muchas cosas. El objetivo primero fue quedar entre los seis y luego entre los cuatro, y logrando esto, siempre de tercer lugar. Para mí es un buen trabajo y me siento contento. Caímos con un mejor equipo, el campeón actual de Cuba».

Fue un buen play off, más allá de los marcadores desbalanceados a favor de Ciego, en algunas ocasiones. Se llegó a un sexto juego cuando luego de la presentación inicial, todo indicaba que sería cuestión de cuatro partidos. Villa Clara hizo su esfuerzo. A la hora de los mameyes muy pocos respondieron, y esa, era la hora. ¡Hasta la 57!