Por Joel García León
Foto: Abel Padrón
Cary, Carolina del Norte.— Más por el furioso bateo que por la leña en la provincia, a los tuneros siempre se les ha identificado en las series nacionales como los leñadores. Y uno de los que más arrasa con los maderos es Yosvani Alarcón, quien ha sido el capitán de nuestra selección en la Liga Can-Am y el tope contra Estados Unidos, concluido el fin de semana en esta ciudad.
Es imprescindible tu opinión sobre el evento canadiense, tras el balance negativo de Cuba (5V-16D).
El nivel de esa liga es más fuerte que la Serie Nacional y poco a poco el pueblo debe comprenderlo. Lo que más impresiona es el pitcheo y la manera en que juegan, porque se equivocan poco. Cuando hablo de los lanzadores me refiero al repertorio que tienen, a la velocidad (más de 90 millas todos) y a la manera en que piensan o combinan los envíos. Fue mi segundo año en esa liga y venía con buena preparación. Eso me dio confianza. En el 2016 tuve buenos números (317 AVE/ 2 HR/ 15 CI/ 10 CA) y ahora pude mejorar algunos (433 AVE/ 8CI/ 11 CA), pero no estoy feliz porque en lo colectivo no logramos lo que nos propusimos.
¿Cuánto influyó la juventud del equipo y la preparación previa?
Tuvimos poco tiempo de entrenamiento para el evento y pudo haber influido, pero lo principal es que llevamos un equipo bastante joven, y por tanto faltó el batazo a la hora clave o la mejor jugada en el momento cero. Además, nuestros principales abridores en los últimos eventos internacionales Lázaro Blanco, Vladimir García, Yosvani Torres, entre otros, no estaban aquí tampoco y la responsabilidad recayó en otros muchachos que poco a poco fueron ganando confianza, como Duquesne y Yera.
¿Alarcón recibió alguna propuesta para jugar allí en el 2018?
Varios entrenadores de nuestro equipo me dijeron que había interés en contratarme, sin embargo, ningún directivo canadiense habló conmigo. Me gustaría probarme en una temporada completa allí.
¿Y en el tope, a qué obedeció la derrota parcial 2-3?
Hemos visto un poco más de velocidad de los lanzadores, el repertorio es más o menos igual a la Liga Can-Am, con la diferencia de que trabajaron sobre las debilidades de cada bateador, lo cual evidencia un estudio previo muy serio. También afectó un poco la preparación física, porque antes del primer juego viajamos 12 horas por carretera y hubo poco tiempo para recuperarnos. En los dos primeros juegos se nos fue la posibilidad de ganar el tope. Y no quiero justificar nada con eso, solo estoy diciendo algo objetivo.
¿Cómo alienta un capitán a su equipo tras tantas derrotas?
Desde el primer revés hablamos de levantar el ánimo. Tengo experiencia como capitán de Las Tunas y les insistía en que había que olvidar los juegos pasados y cambiar la imagen. Se logró al final con dos triunfos en la despedida. La gente respondió bien.
¿Por qué ahora el pitcheo se dirigió desde el banco?
No he estado nunca de acuerdo con eso, sin embargo en este equipo había que hacerlo por la inexperiencia de los lanzadores y los entrenadores tenían que hacerlo. Quiero aclarar que no fue en todos los partidos, sino en determinadas situaciones de juego.
Hay quienes piensan que debes cambiar una posición.
Sí, es cierto, han hablado mucho conmigo, pero no me gustaría irme completo de la receptoría, porque ahí llevo 10-11 años y me he superado bastante. No quisiera irme a una base nueva y dejar lo que he podido avanzar. En par de meses no me voy a hacer un buen jugador ni dueño de la primera base. Pienso alternar, pero no dejaré la mascota.
¿Qué pasará con Las Tunas en la venidera Serie Nacional?
Es hora de que demos un paso más en la tabla de posiciones. Tenemos un buen equipo, un poco más de experiencia en el área del pitcheo y queremos clasificar a la segunda fase.
¿Con qué mentor te has sentido mejor en el equipo Cuba?
A muchos les agradezco su confianza y respeto, pero con Víctor Mesa me ha ido muy bien porque me ha dado la oportunidad de ser regular y demostrar que en eventos internacionales puedo jugar y batear como lo hago en la Serie Nacional.