Los Phillies movieron ficha y lo hicieron con intención. Adolis García será el nuevo jardinero derecho del club y, en los hechos, el relevo directo de Nick Castellanos, una transición que en Filadelfia se venía cocinando desde hace meses.
El acuerdo entre la organización y el pelotero cubano está cerrado a falta del examen físico. Será un contrato por una temporada y 10 millones de dólares para 2026. No hay anuncio oficial todavía, pero dentro del equipo lo consideran un trámite.
García, de 32 años, llega en un momento clave de su carrera. Viene de dos campañas ofensivamente discretas con los Rangers, al punto de quedar fuera de los planes de Texas tras ser non-tender en noviembre. En 2025 bateó .227, con 19 jonrones, 75 impulsadas y un OPS de .665, números por debajo de lo esperado para un bateador de poder. Sin embargo, Filadelfia mira más allá de la línea fría del último año.
Por el Adolis García que apuestan los Phillies
Entre 2021 y 2023, Adolis fue otra cosa. Producción constante, impacto en juegos grandes, dos Juegos de Estrellas y un MVP de Serie de Campeonato que todavía pesa en su hoja de vida. Los Phillies apuestan a que, en un entorno distinto y con menos presión acumulada, ese jugador vuelva a aparecer.
Donde no hay dudas es en la defensa. García sigue siendo un jardinero confiable, con alcance, brazo y lectura. En 2025 terminó con outs above average positivos en el right field, ubicándose entre los mejores de su posición. Castellanos, por el contrario, cerró el año en el fondo de esa clasificación. La diferencia defensiva fue uno de los factores determinantes para acelerar el movimiento.
La salida de Castellanos es cuestión de tiempo. Con un año y 20 millones pendientes en su contrato, los Phillies han intentado encontrarle destino, incluso absorbiendo parte del salario, sin resultados concretos. Si no aparece una vía de cambio avanzada la temporada muerta, el escenario más probable es su liberación. En la organización dan por descartada su presencia en el campamento de primavera.
El desgaste venía de antes. Hubo episodios públicos de frustración, un banquillo en junio en Miami tras ser sustituido por razones defensivas y una relación tensa con el cuerpo técnico. En cuatro años en Filadelfia, Castellanos fue un bateador de rendimiento promedio y un pasivo claro a la defensa, una combinación que terminó pesando más que su nombre.
Desde el punto de vista del valor global, el contraste también es evidente. Aun en un año flojo con el madero, García aportó más WAR que Castellanos, quien cerró la temporada entre los jugadores menos productivos de toda MLB según las métricas avanzadas.
Con Adolis en el roster, el outfield de los Phillies comienza a tomar forma con una mezcla de experiencia y juventud: Brandon Marsh, Justin Crawford, Otto Kemp, Weston Wilson y la competencia abierta para Johan Rojas, además de Pedro León y Gabriel Rincones Jr., todos en el radar del club.
El movimiento también reordena otras piezas. La firma de García, por un solo año, reduce la urgencia de retener a Harrison Bader, especialmente después de asegurar el regreso de Kyle Schwarber y mantener negociaciones avanzadas con J.T. Realmuto. Dave Dombrowski ha dejado claro que el objetivo es sostener la base del equipo que ha competido en la Liga Nacional.
Adolis García no llega como figura salvadora ni como proyecto a largo plazo. Llega como una apuesta medida: defensa segura, poder que todavía puede reaparecer y un contrato corto que protege al equipo. Para Filadelfia, es una corrección necesaria. Para el cubano, una oportunidad directa de relanzar su valor en el mercado.
Todo está acordado. Falta el físico. El resto, en Filadelfia, ya lo dan por resuelto.

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