Por David Venn
LEESBURG, Virginia — El enero del 2015, Yoan López podía pensar que con el sueño logrado de haber salido de Cuba y firmado un contrato de US$8.27 millones con los Diamondbacks-un récord para fichajes internacionales en esos momentos-vendría la felicidad de ser un lanzador de Grandes Ligas y todos los privilegios que eso implica.
Sin embargo, el camino de López no fue nada fácil en sus primeros dos años en el sistema de Arizona. En cada una de sus primeras dos temporadas, el derecho dejó su equipo de liga menor, con la aparente decisión de abandonar el béisbol. Eso, además de algunas lesiones, empañó su trayectoria como profesional y puso en peligro su carrera.
Ahora bien, en el último año, López ha dado varios giros positivos, lo cual incluye una transición de abridor a relevista y, según él mismo, una nueva actitud.
“El 2016 fue un año incómodo, pero he salido adelante”, dijo López, quien fue convertido en relevista la temporada pasada al recuperarse de un tirón en el manguito rotador del hombro derecho. “He sabido cómo controlar las emociones y he ido madurando.
“Me enfoqué en trabajar en todas las dificultades”.
En el terreno, se han visto los resultados. Lanzando mayormente con Clase-A Visalia en el 2017, López pudo combinar su potente recta con sus pitcheos secundarios en presentaciones cortas para terminar con efectividad de 0.85 en 21 juegos, 59 ponches y WHIP (bases por bolas más hits por inning lanzado) de 0.82 en 31.2 entradas.
López, quien fue abridor toda la vida desde sus tiempos con Isla de la Juventud en la Serie Nacional de Cuba hasta sus primeras campañas en los Estados Unidos, afirma que ahora quisiera seguir como relevista.
“Me fue muy bien. A la organización la gustó ese trabajo como relevista y ahí estamos, haciendo ese trabajo”, dijo el serpentinero de 25 años recién cumplidos. “Me he adaptado bien al bullpen y me ha gustado esa función”.
Otro acontecimiento positivo para López es que antes de presentarse a los entrenamientos de primavera en febrero, el lanzador tendrá la oportunidad de visitar Cuba por primera vez desde que abandonó la isla hace más de tres años. Allí podrá reunirse con familiares que no ha visto desde entonces.
“Visitar a Cuba es algo bien importante, porque uno deja a su familia atrás por conseguir un futuro y por el bienestar de mi familia y el mío”, expresó. “Es una forma muy alegre de tener la oportunidad de volver a visitar a Cuba”.
¿Y cuando vuelva al ambiente beisbolero de Arizona el próximo mes?
“A dar el 120% de mí”, aseguró López. “Estoy enfocado. Estoy trabajando mucho y ahí estoy, listo para el 2018”.