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Por Yusseff Díaz
El jugador del cuadro de los Rays de Tampa Bay, Yandy Díaz, encarna la segunda generafuon de peloteros de una familia beisbolera. Su padre Jorge «la araña» Díaz jugó con los equipos de Villa Clara e incluso apareció intermitentemente en los equipos Cuba.
Los azucareros, franquicia histórica de las Series Nacionales, también devinieron en cuna beisbolística de Yandy antes de firmar en 2013 con Cleveland. Al año posterior al contrato debutó en ligas menores con los Carolina Mudcats bateando .286 con dos vuelacercas y 37 carreras impulsadas.
En su segunda temporada como ligaminorista comparrida entre Akron (AA) y Columbus (AAA) combinó un excelente average de .309 con 7 viajes de ida y vuelta y 56 remolques. El performance de Díaz Jr sirvió para impresionar a la jerarquía de Cleveland.
Entonces llegaría 2016 para convertirse en el año decisivo para él. Compilar un extraordinario balance ofensivo de .318 le ganó el nombramiento como novato de la Liga Internacional en la campaña. Así le vimos ademas ocupar un puesto por derecho propio en el Futures Game.
Para los entendidos no fue sorpresa ver al joven cubano converrido en la sensación de los entrenamientos de primavera en 2017 exhibiendo talento con el bate. Un impresionante .458 de acumulado y un OPS de 1.252 le hacían merecedor del puesto como antesalista para comenzar la campaña.
Yandy Díaz pasó la temporada entre Columbus y el gran club cuando llegó en la segunda mitad de la temporada después de un breve período en AAA donde bateó un abrasador .304 con 13 carreras impulsadas. El joven contribuyó significativamente en la racha de 21 victorias consecutivas de Los Indios ese año pero resultó excluido inexplicablemente de la lista de playoffs.
Con el aval del curso anterior en las mayores llegó la primavera de 2018 y comenzó la pesadilla para él. Con una pretemporada terrible debió conformarse con iniciar en ligas menores consternado e insatisfecho.
«La degradación me frustró un poco, pero lo usé como motivación. Estaba un
un poco molesto pero seguí con eso y logré regresar al gran club».
El joven cubano sacudió sus frustraciones en el lanzamiento de la Liga Internacional hostigando el pitcheo rival para .293. Con esa actuación pronto estaría de vuelta en la Gran Carpa. En el primer juego tras su regreso se aferró a su sueño de ligamayorista y conectó tres hits para demostrar que venía para quedarse. En esa misma temporada también llegaría su primer batazo de vuelta completa en Grandes Ligas.
Ese curso también trajo una novedad para el villavlareño. Le fue ofrecida una nueva posición en el equipo que aceptó para ayudar al club. Así comenzó a aprender el oficio de la primera base. Su compatriota Yonder Alonso estuvo para colaborar con la transición.
«Tener a Yonder aquí fue una bendición. Me dio muchos consejos sobre cómo jugar el puesto que yo era
capaz de aplicar durante los juegos» -diría Yandy Díaz-. «La clave para ser un buen primera base defensivo es trabajar en su oficio todos los días incansablemente
y todo encajará desde allí.” -le aconsejó Yonder-.
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El consejo oportuno y el trabajo duro bien merecieron la pena porque Díaz no cometió un error para mantener inmaculado su porcentaje de campo en 1.000 durante el resto del show en el puesto.
Finalizando el año, Díaz pensó que finalmente contaba en los planes Cleveland por lo realizado pero las ideas de la franquicia eran otras. Así después de las reuniones invernales se anunciaba el cambio a tres partes que enviaba a «la arañita» a los Tampa Bay Rays y en el cual regresaba Carlos Santana a la tribu.
Con el Tropicana Field como nueva casa comenzaba una etapa próspera para el nativo de Sagua la Grande, quien se encontraba con una oportunidad de lujo para regresar a la antesala. Dueño de la posición comenzaba el 2019 con una explosión para el cubano.
Los ajustes a su swing le dieron un mejor ángulo de salida a sus batazos y agregó más pop a su swing. Pero pronto lo que parecía un curso de ensueño se descarriló. Una lesión en una de sus extremidades inferiores le impidió aparecer sobre la grama en más de 79 partidos. No obstante en ese lapso el antesalista de la Rayas alcanzó la cifra de 14 bambinazos conduciendo 38 compañeros hacia el home.
Totalmente recuperado, el 2020 comienza con la promesa de convertirse en el año de su consagración. Listo para aportar una contribución superlativa, máxime con las adiciones al line up de Hunter Renfroe y la ex estrella japonesa Yoshitomo Tsutsugo, dos adquisiciones que proporcionarán protección para el joven toletero, se vislumbra como un establecido en el mejor béisbol de mundo.