Como si fuera un mito invisible, las recomendaciones corrían de boca en boca y todo los que le habían visto resaltaban la velocidad y las condiciones de Vladimir Gutiérrez, quien acaba de alcanzar un pacto de $4.75 millones con los Rojos de Cincinnati.
En el complicado mercado de peloteros cubanos se hablaba mucho y bien de este chico de Pinar del Río que decidió buscar un nuevo camino en la Serie del Caribe que tuvo lugar en febrero del 2014 en San Juan.
Gutiérrez lleva ahora su promesa a las Ligas Menores de los Rojos con la meta de convertirse en uno de los mejores lanzadores dentro de un grupo de peloteros cubanos donde sobresalen los jugadores de posición.
Esa es la meta nueva para el joven de carne y hueso.
Han pasado apenas horas desde que se anunció tu firma, ¿cómo te sientes?
«Imagínate, era la oportunidad que estaba esperando y que fuera Cincinnati el que se interesara más en mí…no encuentro palabras para describir esta felicidad. Pero sé que este es el inicio de otro nuevo capítulo».
Atrás quedaron muchos showcases, dudas, días buenos y malos.
«Sí, la gente a veces se cree que este proceso es fácil y no es así. Yo me levantaba a entrenar todas las mañanas sin excusas ni pretextos, y veía que las cosas se demoraban, que los equipos me veían y les gustaba, pero no sucedía nada».
¿Dudaste en algún momento del que paso que diste en San Juan?
«Sí, sobre todo al principio, cuando tuve dos demostraciones realmente malas. No tenía que haberme presentado en abril, era muy pronto. Pero luego fui trabajando de manera más organizada, preparando mejor mi cuerpo hasta tocar las 97 y las 98 millas por hora. Entonces todo comenzó a mejorar».
¿Notas el cambio de cuando eras lanzador en Cuba a ahora?
«Totalmente, y no es un asunto solo de velocidad. He mejorado mucho la mecánica de movimientos gracias a un entrenador, Héctor Berrio, quien me mostró posibilidades que desconocía. Se trata del dominio de los envíos, de la cantidad, de la fortaleza mental. Allá no se trabaja mucho eso».
¿Te acuerdas ahora de ese instante en que te escapas en Puerto Rico?
«Cuando llegué a la Serie del Caribe ya había decidido quedarme. Me atraía mucho la pelota de Grandes Ligas. Todo comenzó con ese primer paso, complicado, porque yo era casi un niño, pero que ahora digo valió la pena».
¿Quién era tu ídolo en la isla?
«A Aroldis Chapman. El no se imagina cómo la gente hablaba allá de la potencia de sus lanzamientos, que si lanzaba 103 millas, que si 104…era y es como una leyenda».
Algunos scouts afirman que posees madera para ser cerrador como él.
«Voy a hacer lo mejor para ayudar a mi equipo y daré el máximo para que podamos ganar un anillo de Serie Mundial, pero mi preferencia es ser abridor. Esa va a ser mi meta. Ya dirán la vida y mis esfuerzos».
Este año va siendo histórico para los peloteros cubanos, 30 han vestido uniformes.
«Todavía no he jugado y ya me siento responsable por los que vienen atrás de mí. Los que estuvieron antes y los de ahora nos abrieron el camino a mi generación. Nos toca entonces continuar esa senda, mejorarla».
¿Qué sentirás cuando te pongas la gorra, el jersey de los Rojos?
«Eso nada más lo sabe uno cuando está en ese momento»