Este miércoles, en el estadio José Ramón Cepero de la capital avileña, comenzará la disputa por el cetro entre los actuales campeones y los pinareños
Desde hoy asistiremos a la misma puesta en escena de hace cinco temporadas. La final de la pelota cubana comienza esta noche en el parque José R. Cepero, y tendrá de protagonistas a los actores de entonces, Ciego de Ávila, campeón defensor, y Pinar del Río, el galardonado en aquella Serie 50.
Ayer el colega Aliet Arzola Lima nos dibujó el escenario actual por el cual han pasado ambos contendientes y como un lustro atrás, los mejores atributos los ha mostrado el elenco vueltabajero. Coincido con él en que es una porfía de muy difícil pronóstico.
Por un lado está el peso de la camiseta pinareña en los clásicos nacionales y el empuje de esta versión comandada por Jorge Ricardo Gallardo, que nunca se da por vencida. Por el otro, encontramos al equipo más sólido en todos los frentes en los últimos cinco años, una selección con una madurez que la distancia en funcionamiento del resto de sus rivales. La nave conducida por Roger Machado es casi una maquinaria de jugar béisbol, al menos al nivel de nuestras campañas.
Veamos frente a frente, posición por posición, a cada uno de los peloteros regulares de ambos conjuntos.
Receptoría: Yosvani Alarcón (PRI)-Osvaldo Vázquez (CAV). Dos máscaras del equipo Cuba, buenos bateadores de fuerza, atributo que los distingue. En mi opinión, el primero saca ventaja detrás de home por su experiencia y consolidación.
Cualquiera los quisiera en su equipo.
Primera base: William Saavedra-Yorelvis Charles, el de Vegueros es uno de los peloteros más peligrosos en partidos de este tipo, es la bujía occidental y excelente defensor. El Tigre es muy seguro, con buenas prestaciones ofensivas y en envidiable forma tras su regreso. Si fuera a escoger uno, me inclinaría por Saavedra.
Segunda base: Andy Sarduy-Raúl González. El villaclareño verde amarillo creo que saca ventaja en la defensa, pero cede ante el madero del avileño, quien además se halla en un momento inmejorable. También están muy parejos, pero me quedo con el de los actuales campeones.
Tercera base: Yordanis Alarcón-Yeniet Pérez. El refuerzo tunero de Gallardo es más bateador y pone mucho la bola en juego, además de contar con velocidad en las bases. Yeniet es más de fuerza y aunque igual custodia bien la antesala, lo veo con menos agilidad que su contrario. Cualquier mentor estuviera satisfecho con tener a uno u otro.
Campo corto: Yorbis Borroto-Michael González. El avileño es uno de los torpederos de la selección nacional, posee maestría deportiva y pesa en su equipo. Es un bateador de temer, con certera defensa. Opino que Michael, quien posee esas cualidades y las ha enseñado en el play off, no lo alcanza.
Jardines: Las lesiones ocasionaron constantes movimientos en las praderas pinareñas. Si alinearan como en su último encuentro frente a Matanzas, en el izquierdo estaría Lázaro Ramírez, en el central Reinier León y en el derecho Lázaro Emilio Blanco, un trío que defiende con los dientes cada pelota. Los dos primeros vuelan sobre las almohadillas; Lazarito es una regadera de jits y a Blanco, que entró por Yusniel Ibáñez, no es nada fácil ponerle out.
Sin embargo, chocan ante una terna, que a nuestro juicio ha de ser la que cope esas posiciones en el próximo equipo Cuba. Por el mismo orden, los patrulleros rayados son: Guillermo Avilés, Luis Robert y José Adolis García. Hoy mismo pudieran no pegar un jit ninguno de los tres, o cometer alguna pifia, pero no existe escuadra en el patio con mejor agrupación en esas plazas.
Designado: Ariel Borrero-Donal Duarte. No me atrevería a dar una ventaja para ninguno de los dos, aunque Borrero se vio mejor en semifinales y Duarte es casi el corazón que bombea la sangre veguera.
Pitcheo: Aquí es, como dice el maestro César Pedroso, donde Pupi va a tocar. A nuestro modo de ver será el área que decidirá al ganador de la presente contienda, y nos parece que un cuerpo como el de la hoja del tabaco, con Yosvani Torres, Vladimir Baños y Erlis Casanova, como trilogía abridora, es superior a la de Vladimir García, Dachel Duquesne y Lázaro Blanco. En función de relevo, Liván Moinelo y Frank Medina, por lo visto en las semifinales, son en estos momentos más estabilizadores que Yander Guevara y Leorisbel Sánchez. Pero los avileños, tienen superioridad en el cerrador, con Yunier Cano, por encima de la carta que saque Pinar en esa función.
Ambos mentores tienen una complicación desde la lomita. Gallardo no posee un zurdo de calidad para las aperturas ante una ofensiva poderosa y netamente derecha. Machado tampoco cuenta con uno de esa mano para sacarle out a Lazarito Ramírez, Lázaro E. Blanco o frente a una posible aparición del todavía mejor bateador Yusniel Ibáñez. Hombre a hombre, parece más Ciego de Ávila, pero el juego es de nueve contra nueve y además una cosa es en este papel y otra en el terreno.