Por quinta vez en fases de postemporada, Pinar del Río consiguió la proeza de ganar los juegos seis y siete (ahora con el añadido de hacerlo en campo ajeno) y estará en la final que comienza el venidero miércoles en el Cepero de Ciego de Ávila. Esta tarde, en un choque de corazones rotos, ganó 3×2 con relevo de Torres y jonrón de Yosvani Alarcón.
Highlights
*Donal Duarte me lo había asegurado antes del juego. Cuando bajé al terreno, después de saludarme, me dijo: “Matanzas tenía que matarnos anoche y no lo hizo. Hoy no hay para nadie”. Y llevaba razón. Como también debo reconocer que estaba claro Alexei, mi amigo de Bandec, quien siempre mostró su desacuerdo con mi vaticinio favorable al Cocodrilo (ojo, mañana lo volvería a hacer igual si las circunstancias del campeonato fueran similares). Honor al que lo merece. Hay que hacerle un homenaje a este Pinar que da la cara en cada juego, sin importar si está perdiendo 6×0 o si debe prescindir de un par de jardineros titulares comenzando el dual meet. De nada valen las depresiones fanáticas de aquellos que, escudados en un provincianismo ciego, no saben dar la mano al verdugo que los ha ajusticiado con el arma admirable del coraje. Entonces, rectifico: verde sobre rojo.
*Casi seguramente, usted concordará conmigo: es una lástima que el choque decisivo de un play off –no importa si se juega un domingo- deba disputarse a plena tarde, al sol del resistero. Por fortuna, la sabiduría de la naturaleza, que arregla mucho entuerto, nos regaló un cielo nuboso que se apuntó el juego salvado.
*En el mismo primer inning aconteció uno de esos sucesos en que el azar hace lo suyo, presagiando tempranamente el posterior suspense. Fue así: Alexander Pozo –de vuelta en el line up- pegó hit, Manduley se ponchó y Yunior Paumier soltó una línea que se abrió tras picar en la raya del izquierdo. Camino de anotar sin problemas, Pozo dio un traspié y cayó de modo aparatoso a escasos metros del home plate, frustrando la posibilidad de la carrera y (quién sabe) el rally en ciernes. El break, ese invitado caprichoso, rompía a favor de la visita.
*La lluvia fue un peligro latente la mayor parte del tiempo. Inclusive obligó a detener una vez el partido, justo cuando Pinar tenía hombre en la inicial y un solo out. Al reanudarse, Freddy Asiel Álvarez solo necesitó hacer un envío para conjurar la amenaza, pues estrucó a Renier León -que se había quedado en 2 y 2-, y en jugada continuada, el receptor Ariel Martínez sorprendió en primera a Yordanis Alarcón. (Tras la apertura fallida del primer día, Freddy actuó ante los verdes en 11.2 innings con balance de una limpia y 11 hits admitidos en 24 turnos oficiales).
*Por Pinar abrió el choque Erlis Casanova, rutilante el miércoles pasado en el Capitán San Luis. El derecho se presentó mermado en su velocidad (la recta se le sentó en 86-87 millas), y con tendencia a lanzar en la zona alta. No le anotaron en la entrada de apertura, aunque tuvo corredores en la ruta. Escapó ileso en el segundo gracias a la defensa de Saavedra. Sin embargo, el tercero resultó su calvario a partir de que la conexión holguinera (Manduley-Paumier) se le embasara y Yurisbel Gracial diera un cohete al medio que rompió el abrazo. Siete hits en 2.1 entradas eran mucho. Demasiado. Así pues, Gallardo decidió llamar a Torres, su caballo de batalla.
*El gigante de Minas llegó con par de hombres en las almohadas, seguramente adolorido el cuerpo por el duro trabajo de estos días. Poncha poco, es verdad, porque le falta el extra en los envíos rápidos. Mas su perfecta localización de lanzamientos lo convierte en un pitcher que obliga a roletear con una frecuencia superior al 65 por ciento de las conexiones. Y eso, justo eso, consiguió frente a Jefferson Delgado. Doble play y fin del cuento.
*En la trinchera local, Freddy Asiel hacía lo más complejo: dominar sin problemas a Saavedra. Pero la pelota no respeta la lógica infinidad de veces, y en el cuarto episodio, ya con par de outs, se le colaron tres vegueros en el circuito. Al bate, Andy Sarduy. O sea, villaclareño contra villaclareño. Y Sarduy, que seguro conoce las tendencias del diestro de Sierra Morena, largó un disparo raso rumbo al center que rechinó los dientes de las gradas, temerosa de que las bases se limpiaran. Error: para evitarlo estaba el guante de Eduardo Blanco, quien firmó –por importante- el fildeo de su vida.
*La postulación de Blanco para MVP del juego siguió tomando forma seis minutos después, en la baja del cuarto, con un imparable al right field que empujó la segunda anotación de los rojos. El muchacho estaba en su tarde, y celebraba como un niño con un juguete nuevo. Al poco rato, recordándonos el breve espacio entre la heroicidad y la villanía, Blanco pifiaba un elevado al medio que propiciaría el acercamiento de Pinar en el score y la salida de Freddy del montículo. 2×1. José Ángel García tomaba las serpentinas por los dueños de casa.
*A esas alturas, otro que jugaba roles protagónicos también llevaba el apellido Blanco. En este caso, un zurdo. La presencia de Lázaro Emilio en las alineaciones no contaba al empezar el dual meet, pero la lesión de Yusniel Ibáñez le abrió un hueco que se negó a ceder. Hoy, su engarce hacia la raya derecha en el quinto capítulo tuvo ribetes encomiables, porque representaba una carrera yumurina. Y más tarde, en el séptimo, su imparable por esa misma banda significó el empate a dos, fabricado después de dos outs con sencillos previos de Yosvani Alarcón y Saavedra a costa de José Ángel.
*El último tercio deparó un torrente de tensiones. Y como siempre ocurre en los choques apretados, el jonrón (o el error) aparecen indefectiblemente. Y lo hizo el primero, salido de las muñecas de Yosvani Alarcón ante un envío de Alexander Rodríguez. La historia estaba casi escrita, y su compás definitivo salió de un rodado a la antesala que acabó en force out en la intermedia. Pinareños al box. Abrazos. Gritos. Otra vez el Cocodrilo al podio. Otra vez el tabaco arderá en una final.
Positivo: El bateo de los Alarcón, la apertura de Freddy Asiel Álvarez, ¡el relevo de Yosvani Torres!… Sobre todas las cosas, el juego mismo. Vibrante. Entretenido. De play off.
Negativo: Los rojos cometieron unos cuantos deslices mortales, especialmente en el corrido de las bases y el fildeo.
Preocupante: Contra Ciego, Yosvani Torres no lanzaría hasta el tercer encuentro.
Incomprensible: ¿Por qué Danger Guerrero no salió como emergente en el noveno?
Recomendable: Para vencer al Tigre, que sí sabe de victorias en finales, habrá que hilar muy fino en el manejo del pitcheo.