POR JORGE EBRO
Considerada alguna vez como puerto seguro para los peloteros cubanos que buscaban seguir camino hacia las Grandes Ligas, la República Dominicana está pasando a ser una especie de Salvaje Oeste por los manejos de quienes «tienen» a los jugadores y la creciente presión de las autoridades.
De acuerdo con varias fuentes, en los últimos meses han sido deportados a Cuba entre ocho y 15 peloteros, algo que apenas se veía en el pasado y que puede convertirse en una tendencia negativa para aquellos que intentan el sueño de las Mayores.
Por otra parte, otro grupo similar de cubanos habrían regresado a la isla por voluntad propia, cansados de esperar por un contrato que nunca llegó y víctimas de «financistas» que no siempre velaron por sus mejores intereses.
«Dominicana era vista como un Paraíso por los peloteros cubanos», expresó Yordano Carmona, experto en el béisbol antillano. «Todavía es un sitio importante para alcanzar las Grandes Ligas, pero hay indicios que esto estaría cambiando y que ese oasis podría desaparecer en un futuro cercano».
Se estima que en estos momentos se encuentran en Dominicana un poco más de 200 peloteros cubanos, muchos ellos con sus documentos legales y en vías de lograr la agencia libre, pero otros en la ilegalidad y sin un plan sensato en el horizonte.
Entre los deportados se encuentran jugadores como Alaín Tamayo, David Mena, Julio Montesinos, y Carlos Juan Viera, quien es un caso singular pues volvió a escapar de Cuba y hasta hace poco se le ubicaba en Trinidad y Tobago.
Uno de los casos más misteriosos es el del jugador de Pinar del Río, Julio Alfredo Martínez, actualmente en su casa y en vías de volver a salir rumbo a Haití, donde -de acuerdo con una fuente- ya fijó residencia.
Más allá de las deportaciones, la presión sobre los peloteros cubanos se ha incrementado de parte de las autoridades, que hasta hace poco eran muy tolerantes, incluso con aquellos sin documentos.
«No puedo decir sus nombres, porque aún están allá y cerca de firmar, pero conozco de dos peloteros que los encarcelaron y les dijeron que los iban a deportar», explicó Yusseff Díaz, uno de los gestores del blog Pelota Cubana. «Solo cuando sus financistas pagaron $120,000 fue que los liberaron».
Ante esta presión, algunos jugadores han decidido, juntos con sus representantes, elegir otros destinos como Las Bahamas, Costa Rica, México y Guatemala, aunque Haití sigue siendo el lugar más accesible hacia la residencia.
SE ESTIMA QUE EN ESTOS MOMENTOS SE ENCUENTRAN EN DOMINICANA UN POCO MÁS DE 200 PELOTEROS CUBANOS, MUCHOS ELLOS CON SUS DOCUMENTOS LEGALES Y EN VÍAS DE LOGRAR LA AGENCIA LIBRE, PERO OTROS EN LA ILEGALIDAD Y SIN UN PLAN SENSATO EN EL HORIZONTE.
Resulta claro que la suerte del pelotero cubano está ligada, primero con su talento y relevancia, pero luego atada a quien -y este es el verdadero dueño de la persona- los «financia», el cual los representa ante las Mayores, las condiciones de entrenamiento y la responsabilidad individual.
«Ahora mismo existen muchos problemas en Dominicana con los cubanos», apuntó Gustavo Domínguez, quien representa a cinco peloteros asentados en Costa Rica. «No quiero a mis muchachos allí. Se habla de investigaciones del FBI, del gobierno dominicano. Los financistas tienen problemas entre ellos, los agentes. Existen personas con mucho dinero involucradas en esto. Hay algunos con ética, pero otros sin escrúpulos».
No es inusual que los peloteros con menos recursos y apoyos vendan porcentajes de sus futuros contratos -de manera multiplicada y desordenada- para obtener algún dinero que luego no pueden pagar.
Para varios de los consultados, la situación en Dominicana comenzó a empeorar justo a partir de la fuga de los hermanos Yulieski y Lourdes Gourriel Jr.,los cuales se marcharon a principios de febrero de la delegación que participaba en la Serie del Caribe y hasta el pasado miércoles se encontraban en Miami, en espera de la agencia libre.
La presión ejercida por el gobierno cubano, mediante su embajador en Santo Domingo Carlos de la Nuez López, sacó a las autoridades del letargo e incluso propició una investigación en varias personas relacionadas con un cuerpo armado, a quienes se les vinculó con la facilitación del escape.
Recientemente en La Habana, el Comisionado del Béisbol, Rob Manfred, dejó entrever que unpotencial acuerdo entre Grandes Ligas y Cuba se inscribiría como parte del nuevo convenio laboral que entraría en vigor en el 2017.
Con todas las contradicciones que esto entraña, -¿qué papel tendrá el gobierno cubano? ¿quién representará a los jugadores?-, un pacto limitaría los riesgos que asumen los cubanos desde que deciden marcharse del país y probarse en las Mayores.
«A raíz de la fuga de los hermanos Gourriel Dominicana se calentó muchísimo para el resto de los cubanos», agregó Carmona. «He conversado con decenas de peloteros allá y están algo nerviosos, sobre todos los que están sin papeles. Algunos, incluso, están pensando en regresar. Creo que estamos asistiendo al principio del fin de una era».