La semana pasada, la leyenda cubana René Arocha realizó el primer lanzamiento en el Busch Stadium durante la victoria de St. Louis por la cuenta 4-0 sobre los Piratas. El cubano-americano Ryan Fernández quien recibió su pitcheo vio acción ese día abanicando a dos de los tres bateadores que enfrentó.
Arocha fue el primer cubano en dejar a la Selección Nacional Cubana durante un evento internacional en 1991 optando por abandonar la isla comunista en busca de libertad y finalmente firmó con los Cardenales. Durante sus tres temporadas en St. Louis, el derecho registró un récord de 18-17, incluida una temporada de novato de 11-8 en 1993.
Anoche visité al derecho en su casa en Homestead, Florida y hablamos sobre una serie de cosas que sucedieron durante su carrera. Uno de los detalles más interesantes de nuestra conversación fue su dominio sobre el gran Barry Bonds, quien bateó .200 contra Arocha durante su carrera.
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Fuiste seleccionado para lanzar la primera bola recientemente en un juego de los Cardenales, ¿Como te hizo sentir eso?
Imaginate, fue algo realmente emocionante para mí. Después de tantos años poder regresar al Busch Stadium, aunque no es el mismo Busch Stadium sino el estadio nuevo. Ver a todos allí vestidos de Cardenales, de la manera en la que me recibieron y me acogieron hizo que me sintiera como en mis tiempos de jugador.
El que te recibió ese pitcheo fue un lanzador cubanoamericano llamado Ryan Fernández. ¿Hablaste con él o le diste algún consejo?
No, simplemente cruzamos unas palabras allí en el home plate. Cuando pasé por su lado a realizar el pitcheo le dije en broma: “prepárate que estoy a 95 mph”, y se comenzó a reír. Fue una experiencia tremenda.
También te invitaron a la cabina de transmisión del equipo. ¿De qué hablaron aquel día, te preguntaron por tus buenos tiempos…?
Bueno, hablamos un poquito de todo allí con Bengie Molina y el resto de los narradores. También fue una bonita experiencia porque hablamos de la pelota antigua, ya que supuestamente el béisbol ha cambiado ahora. Estuvimos allí par de innings y la pasamos bien, ellos hicieron sus preguntas y recordamos viejos tiempos.
Fuiste uno de los pocos lanzadores que tuvo éxito contra Barry Bonds. ¿Cuál era el secreto para lanzarle a ese gran bateador?
Creo que tuve suerte. Me pegó dos hits en diez turnos pero fueron doble y cuadrangular, así que yo ando en la lista de esos 700 y pico de jonrones que pegó. Ahora mismo no te sé decir qué con qué lo dominaba, puede que haya sido con slider, o con recta… lo que sí te puedo decir es que yo era un pitcher que iba agresivo. Yo no me ponía debajo en el conteo y a lo mejor eso fue parte del éxito. De repente lo ponía en dos strikes y ya no podía buscar el pitcheo que quería para batear. No solamente a él, a Tony Gwynn lo llevé de 11-1 también. Entonces quizás era que ellos se acostumbraron a batear cómodos en sus conteos y como yo los atacaba desde temprano, quizás por eso no pudieron.
¿Alguna debilidad que les hayas visto tanto a Bonds como a Gwynn?
Bueno, cómo te digo: ellos no tenían hueco. Eran dos bateadores que no tenían huecos. Con cualquier lanzamiento Bonds te podía dar cuadrangular por el izquierdo o el derecho, y Gwynn tenía demasiado contacto contra todos los envíos. El éxito pienso que fue venirles encima rápido en cada turno.
Eres una leyenda para los cubanos en el exilio porque fuiste el primero que aún jugando Serie Nacional, les dijiste no al régimen y luego abriste la puerta para que salieran muchos en futuros años. ¿Como te hace sentir eso?
Bueno, yo siempre he dicho que yo cuando salí de Cuba en 1991 no salí pensando en jugar béisbol. Salí buscando mi libertad como hacen los médicos, los abogados y todo el que tiene una profesión. Simplemente una vez que estuve aquí traté de revalidarla y lo hice. Pensaba que no iba a jugar más béisbol porque en Cuba en ese momento no se conocía mucho de Grandes Ligas ni de béisbol estadounidense. Pero bueno, sucedió y luego se abrió una puerta para que salieran muchos a demostrarle al mundo que el béisbol cubano tiene calidad. Que no porque el flujo se detuvo en los años 60’s el béisbol cubano dejó de existir.
¿Algún consejo para los jugadores jóvenes que están subiendo a Grandes Ligas en estos tiempos?
Mucho trabajo, sobre todo en el terreno. Mucha dedicación y mucha concentración. Que no se relajen una vez que consigan dinero, que sigan tratando de aprender y meter mano. A veces garantizan sus contratos y después el resultado en el terreno no es el mismo.