Por Joel García León
La primera impresión de los dos partidos inaugurales en el tope beisbolero que celebran Cuba y México no fue el marcador final —empate a uno con Guerreros de Ooxaca y victoria 3-0 sobre los Diablos Rojos—, sino la pobre ofensiva de los equipos de casa ante un pitcheo que mostró control y excelente dominio de la zona baja.
En el estadio Victoria de Girón, de Matanzas, el mentor de Orientales, Pablo Civil, alineó con una formación en la que todos participaron por Cuba en la última Serie del Caribe (con excepción del jardinero derecho Yunieski Larduet), pero no lograron descifrar los envíos del abridor Patrick Jhonson en cuatro entradas.
Fueron los visitantes, dirigidos por José Luis Sandoval, quienes rompieron el estambre de las carreras, al ligarle tres indiscutibles consecutivos al camagüeyano José Ramón Rodríguez en el tercero, a la cuenta de Carlos Paulino, Ray Torres y José Figueroa. Y la realidad es que no hicieron mal porque el lanzador sorprendió a Figueroa en la inicial.
La única de los orientales llegó en el cuarto, impulsado por roletazo de Lázaro Cedeño con hombre en segunda y tercera por hit y error. En lo adelante, vivieron entre amenazas y sustos, pero sin concretar el batazo impulsador. Con solo cinco sencillos en todo el partido parecía una utopía más de una anotación.
Película de lechada en el Latino
En el Coloso del Cerro, con un poco más de público, se repitió el mismo mal del poco bateo frente a los lanzadores mexicanos. En este desafío Octavio Acosta cargó con las tres rayas de Occidentales, dos de ellas empujadas por el torpedero Alexander Ayala, (4-2, con jonrón incluido en el cuarto).
La primera de los comandados por Víctor Figueroa apareció en la pizarra en el inning de apertura por complicación del propio Acosta, quien golpeó a Aníbal Medina y a Frederich Cepeda y luego soportó el cañonazo de Ayala.
El otro bateador cubano que pudo pegar de hit en la noche fue Yordanis Samón (4-2, uno de ellos doble), quien fletó hacia el plato la segunda en el cierre del primer tercio de juego tras un costoso error del tercera base de los Diablos Rojos en fácil roletazo de Medina, que se puso a 90 pies del home tras armarse el tira-tira.
Por Cuba, el abridor Erlis Casanova y el relevista Miguel Lahera lo hicieron muy bien, pero Geonel Gutiérrez, en función de intermedio, apenas puso los pies en la lomita en el séptimo, pues fue quitado tras enfrentarse a dos bateadores.
Moralejas del partido:
-Aunque fue un acuerdo previo y en algunas ligas se acepta el empate, la afición cubana no está acostumbrada y le dejó un mal sabor esa igualada a una. ¿Es tan complicado aplicar la regla Shiller en busca de una decisión desde el décimo capítulo?
– Cinco hits en el caso de Orientales y cuatro por Occidentales (nueve en total en 16 entradas) parece muy poco para intentar par de triunfos. Si a eso sumamos que solo cuatro jugadores del Este (Yordan Manduley, Raúl González, Carlos Benítez y Guillermo Avilés) y dos del Oeste (Ayala y Samón) pegaron estas conexiones, el dominio fue casi total sobre 12 de nuestros peloteros.
– Es muy temprano para comenzar a dar apreciaciones conclusivas, pero los lanzadores deben ser los protagonistas de este tope, en tanto el buen corrido de las bases puede definir más de un juego.
– Con gusto vimos bolas al centro y bajitas cantarlas strikes por nuestros árbitros. ¿Será el despertar de ellos en cuanto a la zona vertical tan reclamada y reconocida internacionalmente?
– Faltó emoción y espectáculo en ambos estadios. Ya sabemos que simultanear preparación e interés de los aficiones es bien difícil, pero se puede intentar.
-Llamó la atención que Roel Santos de fuera en blanco; el ponche de Cepeda con par de corredores en circulación, el nulo aporte de jóvenes como Norel González, Eduardo Blanco y Jorge Tartabull en una serie que reclama su protagonismo.
El juego de ayer en su entereza: