Los felinos avileños completaron su tercer triunfo de manera consecutiva y pusieron en punto de mate el play off final por el título de la pelota cubana
Autor: Aliet Arzola Lima
PINAR DEL RÍO.— Puede ser que dentro de unos años rememoremos la final entre los Tigres avileños y los Vegueros de Vueltabajo y nos venga la imagen de una discusión del título sosa, desbalanceada, sin sabor ni temperatura, pero la realidad es completamente opuesta, sobre todo después de lo visto en los últimos dos partidos.
Un tropel de emociones, literalmente, se vivieron en el tercer duelo de la final, a la postre ganado (6-5) por Ciego de Ávila, que después de estar delante 6-0, se vio con la soga al cuello en las postrimerías, arrinconado contra las cuerdas por unos pinareños impetuosos, que, incluso, con uno de sus peores desempeños de la postemporada, lograron recortar la diferencia y solo claudicar ante los veloces envíos de Yennier Cano.
Al tercio conclusivo llegamos con la mencionada ventaja de los Tigres, quienes se sustentaron en oportunas conexiones de Yorbis Borroto, Luis Robert Moirán, Osvaldo Vázquez (vuelacercas de dos anotaciones frente al relevista Frank Luis Medina) y Guillermo Avilés, este último por fin con algo de suerte, pues tras fuertes batazos ha sido out, pero con un débil elevado al central remolcó una anotación.
Para mayor fortuna, los actuales monarcas contaron con seis episodios en blanco de Dachel Duquesne, siempre en la cuerda floja, balanceándose, aunque sin caerse al precipicio, ayudado en algunos trances por el mal corrido de las bases de los pinareños y por su defensa, sobre todo el patrullero central Luis Robert Moirán, un todoterreno que cubre más de la mitad de los jardines.
“De eso se trata la pelota, jugar en equipo, somos un grupo, no una sola figura, y es cierto que nuestra defensa apoya mucho a los lanzadores”, precisó Duquesne, victorioso por segunda ocasión en los play off.
No obstante, el béisbol es tan impredecible y veleidoso que Pinar del Río estuvo 30 innings sin anotar una carrera limpia, hasta que el suplente Pedro Luis Dueñas quebró la racha y fungió como bujía de la posible remontada de los Vegueros.
“Ellos no se dan por vencidos, saben jugar. Con ventaja de 6-0 busqué hacer una más porque en los finales ellos son muy incómodos. Justamente por eso es que todavía no cantamos victoria, hasta que no ganemos el cuarto no hay nada cerrado”, afirmó el mentor Roger Machado en conferencia de prensa.
Y lo cierto es que el San Luis apretó, con los ángulos congestionados y las puertas cerradas desde temprano, y los Vegueros respondieron en el epílogo, con ataque de Lázaro E. Blanco, los hermanos Alarcón, Michael González, Yusniel Ibáñez y Reinier León, aunque el gasto no les alcanzó, lastrados por muy mal corrido de las bases.
“Demostramos combatividad, pero no jugamos bien técnicamente, tuvimos posibilidades de anotar antes varias veces, pero no fuimos capaces de adelantar los corredores y movernos con inteligencia”, sentenció tras el choque el manager Jorge Ricardo Gallardo, a quien golpeó, como a todos los pinareños el out en tercera de Lázaro Ramírez en el noveno.
El veloz patrullero conectó infield jit, adelantó por error en tiro del lanzador Cano (con el cual anotó Reinier León) y cuando intentó llegar a la antesala —representaba el empate—, fue enfriado por un descomunal tiro de José Adolis García. En esa jugada Ramírez entró fuerte en tercera y Rubén Valdéz respondió con una leve agresión.
“Nos disculpamos por el incidente, fue una indisciplina de Valdéz, pero eso no va a llegar a nada, los dos son buenos muchachos y después conversarán para arreglar cualquier diferencia”, confesó Machado.
¿Pinar está muerto? ¿Los Tigres ya son campeones? Ambas ideas corren como el agua, de boca en boca, mucho más después del balance 3-0, aunque todavía hay que jugar pelota. De cara al cuarto duelo, los avileños contarán con la segunda apertura en la final de su as Vladimir García, mientras los anfitriones, ya sin margen de error, utilizarán a Erlis Casanova.